Escuchá completo el álbum nuevo de Charly García ‘La lógica del escorpión’ tema x tema

Tiene 13 canciones en total; algunas junto a Pedro Aznar, David Lebón y Fito Páez, covers propios y ajenos y el recitado de una fábula que se convirtió en concepto.

La lógica del escorpión, el nuevo álbum de Charly García, tiene trece canciones. Siete en la cara A y seis en la cara B, tal cual lo ordenó García pensando siempre en el formato vinilo. Llegaron a grabarse otros ocho temas, pero quedaron fuera del tracklist final. Desde el vamos, el disco estuvo concebido como un vinilo simple y fue el mismo Charly el que decidió dejar algunos temas afuera y elegir lo mejor que había sobre la mesa.

“Rompela”

Uno de los primeros temas que apareció como fija para el disco fue el que terminó abriendo La lógica del escorpión. Una versión en castellano del “Break It Up” que figura en Kill Gil (2010) y una de las tantas autorreferncias en loop que plantea el concepto del álbum. “Tenés que hacerme feliz/ Rompé las tendencias/ Gritá, agitá, no seas como los demás”, canta Gracía en mood “rock and roll, yo”.

“Tuve mi bautismo de fuego con ‘Rompela’”, cuenta Samalea. “Un riff binario e intenso, a pura hipnosis, de pulso machacante y síncopas de tom-toms por ahí. Sabía que en las grabaciones de García, al ir acomodándose los arreglos, podían suceder cosas singulares. El entramado de los instrumentos siempre ha sido lo suyo. Al componer, se vale de una maquinaria emocional perfecta en la cual, de la nada, brillan sonidos o cambios de ritmo que van determinando tal o cual parte nueva. Yo ya lo había experimentado al participar de tantos discos o demos suyos, donde siempre se manifestaba ese componente mágico. Avanzada la grabación, por ‘mística’, llevé al estudio mi Yamaha Recording (que el propio Artista me regaló durante nuestras lejanas aventuras en Nueva York), para que su linda energía de tambores pintarrajeados impregnase nuestro presente también”.

 “Yo ya sé”

El segundo tema del lado A arranca con un sintetizador moog contagioso e incluye, en palabras del mismo baterista, “una preciosa armonía subconsciente, estribillos sincopados y una frase irónica brillante: ‘Freud lo ha arruinado todo, como internet’”. Allí también suma coros Hilda Lizarazu, que junto a Rosario Ortega se repartieron las voces femeninas del disco.

“El Club de los 27”

Un blues que retoma una de las ideas madre de la lírica de García de las últimas décadas, la muerte y la resurrección, y en el que David Lebón se luce con un solo de los suyos.
Desde hacía tiempo Lebón le venía insistiendo a su excompañero de Serú Girán para grabar juntos una versión de “Nos veremos otra vez”, incluido originalmente en el álbum Serú 92, y sumarla a la retrospectiva discográfica de su obra editada en dos volúmenes, Lebón & Co. García aceptó y contraatacó: “Yo también estoy haciendo un disco que está buenísimo. Venite a grabar unas guitarras”.

El guitarrista dijo que sí, devolviendo la gentileza, y le pidió a Sznaider que le mandara algunos temas para ver cómo sumarse al proyecto. “No le mandemos nada —replicó Charly—. Que venga acá y que grabe como hicimos toda la vida”. A los pocos días, Lebón llegó al estudio Happy Together con su guitarra y una pedalera y en pocas tomas grabó el solo de “El Club de los 27” y unas bases para “La medicina N° 9”.

“Nos divertimos mucho”, recuerda Lebón. “Nos reímos de esas situaciones que se presentan siempre en el estudio y nos sorprendimos de tener la misma conexión de siempre, como si el tiempo no hubiera pasado. Carlitos es un ser único, hipertalentoso, muy seguro de lo que quiere y hace. No hay en el mundo un Charly García…es único”.

“La medicina N° 9”

El tema retoma un motivo de “El rap de las hormigas”, mientras el mántrico “number night, number night” de los Beatles se repite detrás. La voz de García suena más cruda que nunca, como en casi todo el disco, bien al frente y casi en plan testimonio, documental. Charly García canta aquí como Dylan lo hace en sus conciertos, con más actitud que técnica. “La voz está totalmente diferente a como está en Random”, confirma Sznaider. “Acá está la voz real de él bien al frente. Las voces transmiten mucha energía y es genial que se lo pueda escuchar a él bien, vivo, enérgico. La gran mayoría de las cantadas provienen de una misma toma, por ahí alguna cosita hay de otra, algunos coros que se sumaron que también grabó Charly, pero la idea era que siempre mande una voz líder que transmita la energía que las canciones necesitaban. Escucharlo así creo que le da un plus y a más de uno le va a causar sorpresa”.

“Te recuerdo invierno”

Una de las primeras canciones que compuso el adolescente Carlos García Moreno y formó parte de los primeros ensayos de Sui Generis. Un tema que el dúo nunca llegó a grabar oficialmente, pero que García sí recuperó en el disco Estaba en llamas cuando me acosté, con la firma de Casandra Lange, un registro en vivo con varios covers editado en 1996. Esta nueva versión de apenas dos minutos de duración suma un bandoneón y espíritu tanguero.

“Autofemicidio”

“Hay gente que se suicida, un acto muy egoísta, para salir en la tele, en diarios y en las revistas”, canta Charly en este rock ciento por ciento García. “Todo el disco es muy colorido, muy diverso. Tiene rock, tiene una intensidad impresionante y también cosas muy sensibles y románticas, pero siempre en un plano muy emotivo. Tiene los colores que conocemos de Charly y algo de esos discos tipo ópera rock, como The Wall o Tommy”, aporta Kabusacki.

“América”

El cierre del lado A es con Pedro Aznar haciéndose cargo del bajo eléctrico, la guitarra, la batería y las voces. Satisfacción garantizada. “Tengo miedo de América y de entrar sin salir”, canta Charly en el tema más limpio del álbum, un track que bien podría funcionar como adelanto de un tercer capítulo discográfico del proyecto Tango. “Tengo miedo de América. Tengo miedo de Dios. De noticias histéricas y de mí y de vos” (al parecer hubo que convencer a la editorial dueña de los derechos de autor de David Bowie de que la canción no tenía nada que ver con “I’m Afraid of Americans”, que el Duque Blanco publicó en 1997, en su álbum Earthling).

“Juan Represión”

Damos vuelta el disco y la apertura del lado B es con una que conocemos todos: “Juan Represión”, grabada en 1974 por Sui Generis, para el disco Pequeñas anécdotas sobre las instituciones. Cincuenta años después, García se saca las ganas de ser la voz líder del tema (originalmente lo fue Nito Mestre) y comparte coros con Rosario Ortega. “Cuando escuché por primera vez la versión de ‘Juan Represión’ fue muy emocionante”, dice Kabusacki. “Le dije a Charly que me hacía recordar a la primera vez que escuché ‘Los dinosaurios’, a principios de los 80, en Rosario”.

“Estrellas al caer”

García se pone el traje del hombre que recicla melodías y vuelve sobre la armonía y un giro melódico de su hit de mediados de los 90, “Chipi Chipi”, para ahora recrear el espíritu festivo y alegre de los años 60. “Y era fácil fantasear, discutir, ayudar/ A que todos sientan la canción, el amor, la ilusión/ que no estuvo muerta/ Si puedes recoger estrellas al caer/ verás que es imposible perder”.

“La pelícana y el androide”

Una de las canciones compuestas por Luis Alberto Spinetta, en 1984, para el proyecto trunco de álbum conjunto con Charly. De aquellos fugaces pero ardientes encuentros surgieron temas como “Rezo por vos” (luego ambos grabaron y publicaron sus respectivas versiones: Spinetta en Privé, de 1986, y García en Parte de la religión, de 1987, “Una sola cosa” (también incluida en Privé), “Hablando a tu corazón” (en 1986 publicada en Tango, el disco de Charly junto a Pedro Aznar) y “La pelícana…” (Privé).

“El tema habla de aquello que ha logrado transformarse hasta dejar atrás su realidad originaria (…) La idea central era que no solo se podían enamorar una pelícana y un androide, sino que además podían tener hijos, y esos hijos simbolizan el producto de esa metamorfosis (…) Es una reflexión sobre la indiferencia y el desdén del mundo ante estas metamorfosis. Hay quienes sostienen que algo así no es posible, como si no estuviéramos ya constituidos por partes imposibles”, le dijo Spinetta a Juan Carlos Diez (Martropía: conversaciones con Spinetta, Bs. Aires, Editorial Aguilar, 2006), sobre la única canción mid-tempo de aquel álbum solista del Flaco, que incluía el sample, entre otros ruidos y ruiditos, de un gol relatado por José María Muñoz.

En una de las tantas tardes/noches de pandemia en las que García se sumergía durante horas en el océano de YouTube, el músico se encontró con los audios de un “disco pirata” suyo, con los demos de sus canciones de la década del 80. Allí fue que descubrió una versión temprana de “La pelícana…” con la que terminó obsesionándose.

“Verlo a Charly trabajar sobre ‘La pelícana…’ me hizo dar cuenta de lo que es la sensibilidad de un artista”, dice Sznaider. “Charly vio ese tema como una posibilidad certera para el disco mucho tiempo antes de que cualquiera de nosotros realmente lo pensara. En esa época estaba fascinado con YouTube y cuando encontró esos out-takes propios y escuchó ‘La pelícana…’ quedó en shock”.

Charly tomó el demo y lo editó una y otra vez, quitó partes y extrajo la voz de Spinetta. Luego armó toda una instrumentación con sus teclados y copió el mismo pattern con samples de la misma batería electrónica utilizada originalmente, una Yamaha RX 11, y convocó a Kabusacki para que grabara unas “guitarras etéreas”. “Charly me contó que esa versión la habían grabado en los 80, en su casa de Coronel Díaz”, continúa Sznaider. “Me dijo que el tema era de Luis, que él no cantaba y que tocaba apenas un poco y por eso decidió, más allá de grabar algunos vocoders y refuerzos, darle un lugar predominante a la voz de Spinetta. Creo que el descubrimiento de ‘La pelícana…’ fue el momento más emotivo del disco. Él estaba radiante de poder usar esta pieza”.

Kabusacki asegura estar maravillado con todo el proeceso de la grabación del tema. “No sé si muchas veces en el rock argentino se logró algo tan, pero tan power como esta versión. Cada vez que la volvía a escuchar me emocionaba. Haber podido meter mi guitarra ahí es realmente un superlujo. Siempre es un lujo estar con Charly y siempre que estoy con él siento que estuve con Van Gogh o con Beethoven o con los Beatles todos juntos, ¿se entiende? No es que siento que estuve con Paul McCartney, siento que estuve con los cuatro Beatles”.

 “Watching the Wheels” / “La lógica del escorpión”

Versión en castellano del tema de John Lennon publicado en Double Fantasy (1980), que Charly ya había grabado para Kill Gil (2010), pero que ahora cuenta con la autorización oficial. “Siempre me identifiqué con el famoso ‘dicen que estoy loco, haga lo que haga’. Se aplica perfecto en mi caso”, confesó García en su momento.

Ahora, la canción funciona también como intro para el texto/concepto de la fábula de la rana y el escorpión, que Charly recita en compañía de Rosario Ortega y deja como coda el piano de “20 trajes verdes” (el mismo que había utilizado en sus conciertos bautizados 60X60, en 2011, para presentar versos de sus canciones intercalados al azar, recitados por Graciela Borges).

“Rock and roll Star”

El cierre de La lógica del escorpión es a toda festividad con esta adaptación al español del tema de los Byrds, “So You Want To Be a Rock’n’Roll Star” (1967), con el incondicional Fito Páez como partenaire. “Si querés ser una estrella de rock/ Escuchame bien lo que te digo yo/ Alquilá la eléctrica ya/ Tomate un mes, aprendé a tocar”, cantan.

“Fito vino casi al final, después de los festejos por los 70 de Charly en el CCK”, cuenta Sznaider. “Creo que ese concierto, con todos los músicos amigos, es un poco la condensación del optimismo que hubo en la gestación del disco. Fito llegó al estudio y con Charly se pusieron a grabar desde el control, en vivo, y fue otro de los tantos momentos mágicos que vivimos haciendo este disco”.

Este texto es parte de la nota de tapa del número de este mes de Rolling Stone, que esta semana ya podés encontrar en los kioscos. Leé acá el artículo completo, la historia secreta detrás del concepto y el sonido de La lógica del escorpión.

Fuente: Rollingstone