Con sus micros de doble piso descapotables como bandera, dos operadoras van a salir a medirse en las calles porteñas con sus buses turísticos. De un lado, con sus característicos micros amarillos, una empresa con diez años de experiencia local. Del otro, un gigante internacional que presta el servicio en ciudades como Nueva York, Londres o Barcelona y que identifica sus vehículos con el color rojo. En el medio, Buenos Aires y un mercado de turistas extranjeros en alza.
El servicio fue lanzado en 2008 y, hasta ahora, había un solo operador que no tenía competencia. Pero después de una nueva licitación, en junio fueron seleccionadas dos uniones transitorias de empresas (UTE) que competirán entre sí para atraer a los viajeros. Empezarán entre mediados de diciembre y mediados de enero y sumarán prestaciones más modernas, como wifi a bordo y en las paradas y tickets virtuales.
De un lado está la operadora actual, Rotamund, asociada con General Urquiza SRL y con Sierras de Córdoba. Del otro, una UTE conformada por División Industrial S.A., AV&MV SRL y Condominios S.A., más conocidas por sus nombres de fantasía: Andesmar, que se ocupará de la operación de los buses, y la marca internacional Gray Line, que será el socio turístico.
El bus turístico operado por Rotamund. El nuevo diseño también será amarillo. Foto: Diego Spivacow
Cada UTE ofrecerá un circuito diferente, aunque con varios puntos en común: ambos servicios pasarán por Plaza Congreso, la avenida de Mayo, el Paseo de la Historieta, San Telmo, la Bombonera, La Boca y Caminito, Costanera Sur, Puerto Madero, Galerías Pacífico, Plaza San Martín, Parque Thays y la Floralis Genérica, el MALBA, el Planetario y el Monumento de los Españoles.
El servicio de Rotamund, General Urquiza y Sierras de Córdoba saldrá de Recoleta y, como diferencial, pasará por Plaza Italia y el Ecoparque, la Plaza Julio Cortázar -más conocida como Serrano-, el Distrito Arcos, y los Bosques de Palermo. Le habían asignado el color azul para sus micros, pero la empresa hizo un pedido especial para mantener su clásico amarillo.
Con el mismo rojo que caracteriza a Gray Line en otras ciudades del mundo, la segunda operadora saldrá de Diagonal Norte y Florida y, a diferencia de la anterior, recorrerá la Costanera Norte, pasando por el Monumento a Cristóbal Colón y el Parque de la Memoria. También pasará por el estadio Monumental, el Barrio Chino, el Campo Argentino de Polo y el Museo Nacional de Arte Decorativo.
Cada recorrido contará con unas 20 paradas, en las que los pasajeros podrán subir o bajar, con la modalidad «hop on hop off». Y cada UTE deberá pagar un canon equivalente al 17% de su facturación anual, aunque en los pliegos se exigió una cifra mínima de $ 20.400.000. Esa suma fija podrá actualizarse en el inicio de cada año.
La UTE que incluye a Rotamund todavía no estableció sus tarifas, pero actualmente por el pase de 24 horas cobra $ 1.300 para extranjeros y $ 690 para residentes. Su recorrido dura cinco horas y los buses pasan cada 20 minutos.
Por su parte, desde Gray Line anticipan que el pase de 24 horas para viajeros internacionales costará US$ 29,99; el de 48, US$ 34,99, y el de 72, US$ 39.99. Para argentinos, mitad de precio o menos. En la empresa afirman que van a manejar promociones y tarifas accesibles para los residentes. «Nuestra política va a ser tener siempre las butacas ocupadas», explica Martín Allera, director de Gray Line Argentina.
Así serán los buses de Gray Line que circularán por la Ciudad.
¿Por qué dos operadoras diferentes? “La renovación del bus turístico surgió de un objetivo claro: mejorar la experiencia del viajero -explica Gonzalo Robredo, presidente del Ente de Turismo de la Ciudad-. Por eso nos decidimos por un esquema que garantiza la competencia y que logró atraer a empresas que brindan el servicio en las mejores ciudades del mundo. Con esta experiencia internacional, la calidad del servicio aumentará. Además, al tener dos empresas en dos circuitos distintos, llegamos a más puntos de la Ciudad de Buenos Aires».
«Todo esto, además, sucede en el momento ideal, con números récord para el turismo internacional. Tuvimos un primer semestre histórico y proyectamos cerrar el año con tres millones de visitantes extranjeros por primera vez», agrega Robredo.
El mercado de turismo porteño, ¿es suficiente para dos operadores de buses turísticos? «La cantidad de pasajeros de Buenos Aires no se equipara a la de ciudades como Londres o Nueva York. Pero la competencia es buena para mejorar el servicio. Y vamos a hacer el mayor esfuerzo para dar la mejor prestación, como creo que hemos hecho hasta ahora», dice Roby Petti, socio gerente de Rotamund.
El bus turístico actual, en Plaza de Mayo. Su operadora quedó a cargo de uno de los dos circuitos.
Con el actual bus turístico, Rotamund pasea a 25.000 turistas por mes y hay picos de 30.000, aunque en meses como mayo o junio la cantidad cae a 12.000. En la empresa confían en que su experiencia en la Ciudad va a ser un plus a la hora de atraer pasajeros.
«Los pasajeros usan los buses turísticos para tener un pantallazo general de la Ciudad. Es un servicio seguro y reconocido en todo el mundo que, con el sistema de hop on hop off, permite que la gente se baje en los lugares que les parecen más atractivos. Nuestros clientes suelen bajar sobre todo en La Boca, Recoleta y Puerto Madero. Y hay puntos de ascenso donde la gente se concentra más, como Palermo o en atracciones como el teatro Colón», cuenta Petti. Y explica que compraron buses nuevos y que están renovando los que ya tienen para adaptarlos a las nuevas exigencias.
Una de esas exigencias es que el 30% del piso superior esté cerrado y que el resto pueda cubrirse con un techo plegable. Además, ese piso debe contar con un sistema de climatización. En cuanto a la tecnología, los prestadores están obligados a incluir un sistema de carga para el celular en el bus; wifi a bordo y en las paradas, y código QR para los tickets.
Martín Allera, director de Gray Line Argentina.
En este punto, cada empresa se adaptará a los requerimientos con sus matices particulares. «Si bien nosotros vendemos los servicios por Internet o desde el celular, estamos haciendo nuevas aplicaciones para que quien lo prefiera pueda viajar con un código QR -cuenta Petti-. Pero siempre, contra ese código se le va a entregar un ticket. Porque si el pasajero se queda sin batería, no le anda el celular, no tiene roaming o tiene alguna dificultad con su línea, con el ticket impreso va a poder viajar sin problema. Además, hay gente mayor que no está habituada a la tecnología. Por otra parte, en las paradas además de wifi va a haber un cartel predictivo, que anunciará cuándo llega el próximo bus».
En el caso de Gray Line, no habrá tickets impresos. «Se va a poder tomar el servicio en cualquiera de las 20 paradas del recorrido. Y aunque va a haber locales afiliados en la calle, no habrá necesidad de acercarse a ellos. Vamos a trabajar con el e-ticket. Cualquier pasajero que lo compre a través de buenosairescitybus.com, graylineargentina.com o cualquiera de nuestros distribuidores, va a recibir un e-ticket con un código QR. Mostrando ese código desde el celular va a poder subir al bus a partir del día que seleccionó para que entre en vigencia. Las 24, 48 o 72 horas van a contar a partir del primer escaneo que haga el guía del bus», destaca Allera.
El bus turístico que opera Gray Line en Nueva York. Foto de archivo (Chris Hondros/Getty Images/AFP)
Según Allera, en la Ciudad se cumplirán los estándares de calidad que exige la marca estadounidense Gray Line. «Importamos unos equipos de Canadá para las audioguías, con una tecnología GPS que hace que las pistas se activen automáticamente cuando se pasa por determinados puntos geográficos. Son los mismos equipos que se usan en la mayoría de las ciudades donde opera Gray Line -ejemplifica-. Ahora estamos trabajando en el guión junto al Ente de Turismo. Y como pide el pliego, el audio va a estar disponible en 10 idiomas. A bordo, igual, va a haber guías para darle asistencia al turista o hacerle recomendaciones».
Fuente: Clarín