SAN MARTIN DE LOS ANDES. – Si el centro de esquí Chapelco es uno de los atractivos indiscutibles del invierno (con 140 hectáreas esquiables, 12 medios de elevación y cañones de nieve, entre otras cosas), las temperaturas más cálidas invitan a los recorridos terrestres, los deportes acuáticos y el deleite de unos paisajes que parecen salidos de un cuadro.
Una ciudad rodeada de montañas entre lagos, arroyos y bosques parece un buen destino para pasar el verano, o al menos, una parte. Ubicada al sudoeste de la provincia de Neuquén y enmarcada por el Parque Nacional Lanín, San Martín de los Andes se dibuja como uno de los favoritos de la temporada estival, mucho más ahora que a la oferta tradicional de vuelos se suman opciones directas y económicas en clave low cost. Sin ir más lejos, las cifras oficiales arrojan que San Martín está dentro de los 10 destinos más elegidos para las próximas vacaciones.
Según la Secretaría de Turismo de San Martín de los Andes se calcula que para la temporada 2024 el porcentaje de ocupación rondará el 80%; con un rango de alojamientos que va de los 75 mil pesos por noche, para dos personas, en hosterías y hoteles, y 100 mil por noche, para cuatro, en cabañas y aparts. “El aeropuerto de Chapelco se encuentra entre los cuatro con más crecimiento de pasajeros del país”, agregan desde la entidad. “Solo en octubre, recibió 17.000, visitantes, lo que significó un 45% más que el año anterior”.
En dos ruedas
Una buena opción para tener un primer pantallazo de la ciudad es recorrerla en bicicleta, algo más que factible teniendo en cuenta la tranquilidad de las calles y la amabilidad de los conductores con los ciclistas. Es posible, entonces, hacer un recorrido en dos ruedas por la zona céntrica, recorriendo la calle San Martín, que es la principal arteria de circulación de la ciudad y donde se concentra el día a día de la vida urbana. Desembocar en la costanera del lago Lacar es lo más recomendable, un espejo azul Francia enmarcado por imponentes montañas.
Desde el muelle, precisamente, parten excursiones a la Villa Quila Quina, una de las joyas de la Patagonia que está a 18 km de San Martín de los Andes, de cara a la Cordillera. Si bien el paseo se realiza todo el año, en verano la modalidad es de “traslado”, es decir que hay frecuencias diarias de lanchas que realizan el viaje hasta la villa sin necesidad de contratar un guía de turismo.
El viaje dura media hora y ya desde la cubierta del barco pueden apreciarse cerros que se recortan contra el cielo, con el lago de fondo. Sobre la costa sur (o margen izquierda), un poco más adelante, aparecen las playas del balneario y el camping de Catritre; sobre la margen opuesta se encuentra el “Paraje Trompul” mientras que sobre la costa se accede a una playa con camping agreste en la zona conocida como “playa Blanca”.
Sobre la margen sur del lago, en tanto, se levanta imponente el cerro Abanico, una espectacular pared de granito cuyo nombre deriva de sus vetas verticales. A sus pies, se registra la profundidad máxima del lago Lácar: 277 metros.
En pocos minutos se llega al fin a Quila Quina, un escenario donde se fusionan el lago, la montaña y el bosque, con un microclima con temperaturas que en verano alcanzan los 30 grados e invita a caminatas, visitas a las pinturas rupestres, cabalgatas, paseos en bicicleta, pesca, náutica y excursiones en vehículos doble tracción.
Aquí conviven dos culturas: la de los propietarios de viviendas de estilo montañés (la mayoría las utilizan solo durante sus vacaciones o algunos fines de semana) y la de los mapuches, que subsisten gracias a los productos de huerta, venta de leña y artesanías, y cría de ganado lanar.
¿Una sugerencia? Realizar también la caminata hasta la cascada del Arroyo Grande, a unos 700 metros del muelle. Ahí hay que abonar un acceso (ya que se encuentra dentro de las tierras de la comunidad mapuche) y un guía local acompaña al visitante hasta el salto de agua.
Información útil: en la villa hay confitería, un restaurante, un camping agreste y puestos de artesanías de pobladores locales que ofrecen desde trabajos en madera hasta dulces y tejidos de todo tipo.
Otras opciones para el recorrido diurno son los paseos por los cerros, que permiten alcanzar miradores naturales como el Bandurrias y Arrayán, desde donde es posible apreciar el esplendor del lago Lácar, así como también bosques y cascadas.
Por supuesto, está también el infaltable Circuito de los Siete Lagos que, a través de la ruta 40, puede recorrerse durante todo el año. Se trata de un camino de bosques, lagos, montañas y miradores que enlazan en 110 kilómetros tres áreas protegidas: el Parque Nacional Lanín, el Parque Nacional Nahuel Huapi y el Parque Nacional Los Arrayanes.
A los saltos en el Chimehuin
Para los más inquietos y arriesgados, San Martín de los Andes brinda también la posibilidad de realizar actividades de aventura como cabalgatas, canopy, trekking, mountain bike, caminata, avistaje de aves, canotaje, navegación a vela y pesca deportiva. Para quien quiera aumentar las dosis de adrenalina, el rafting es un imprescindible. En esta línea, Pomelos Tour se especializa en excursiones donde todo está pensado: el traslado en camioneta, los trajes de neoprene y el calzado que soporta las embestidas del azulado río Chimehuin. Así, la propuesta es una navegación en balsa por los rápidos de este icónico curso de agua, en una travesía con dificultad grado 2, apta para principiantes e incluso para familias. Consejo: llevar una muda de ropa seca porque a pesar de los trajes de neoprene es inevitable terminar empapados. A favor, hay vestuarios donde cambiarse y la excursión termina con una reconfortante merienda caliente antes de emprender el regreso.
A 100 km de la ciudad, además, se eleva el volcán Lanín que, con 3776 metros de altura, se consolida como la montaña más alta del parque. Sus sendas bien definidas lo convierten en la meca de los aficionados al andinismo brindando la posibilidad de ascender hasta los refugios ubicados en los 2150 metros o continuar hasta la cumbre. Eso sí: es imprescindible el equipamiento y tener conocimiento técnico de escalada en hielo.
Sabores y relax
Sin dudas, uno de los mojones imperdibles a la hora de una merecida pausa para descansar y reponer energías es la casa de té Arrayán, la primera de la Patagonia, que está a 3 km de San Martín de los Andes y fue fundada por la inglesa Reneé Dickinson en el año 1936. Cuenta la historia que, enamorada del entorno, Dickinson instaló allí su lugar, construido por el arquitecto Cullen, discípulo de Alejandro Bustillo. No sorprende, entonces, que Arrayán haya sido declarado patrimonio histórico, arquitectónico y cultural en 1995. Hoy, esta cabaña fabricada en madera de ciprés sobre la ladera de un antiguo camino de montaña, con vistas increíbles que se aprecian tanto desde afuera como a través de los ventanales, es uno de los grandes atractivos turísticos de la zona. Entre fotos, réplicas de diarios antiguos que cuentan la historia de la casa de té y gatos que reposan en los sillones, es posible disfrutar de variedades de tortas, tés elaborados en el lugar y delicias como tomates secos, ciervo, todo tipo de quesos, salmón y panes caseros.
Otro recomendado es Casa Pueblo Chapelco, una casa de montaña a 1000 metros de altura, dentro de Pueblo Chapelco. Desde su deck o a través de las amplias ventanas, Casa Pueblo regala una panorámica de las montañas y la cascada Sepúlveda para apreciar mientras se disfruta de las picadas regionales con vinos patagónicos, o unas ricas meriendas con tortas y sándwiches de todo tipo, además de los vinos orgánicos.
Por último, es más que recomendable pasar por la hostería Hua Hum, un rincón rodeado de calma y naturaleza, a 42 kilómetros de San Martín de los Andes y a 1500 metros del Paso Internacional Huahum a Chile.
El lugar es propicio tanto para alojarse como para pasar el día, ya que ofrece un excelente servicio de restaurante. Además de relajarse frente al lago Nonthue, es posible ir, desde allí, hacia la senda de la cascada Chachín, uno de los destinos más visitados del Parque Nacional Lanín a la que muchos califican como la más imponente del Parque. Se accede a ella a través de un sendero interpretativo, con una caminata de aproximadamente media hora repleta de aire puro y especies nativas. Así, a lo largo de todo el recorrido, el visitante se adentrará por el bosque que bordea el río homónimo, en un camino con poca dificultad y mucho disfrute: los árboles centenarios, el canto de los pájaros y la naturaleza omnipresente lo vuelven apto para todas las edades.
Al regresar, existe la opción de hacer una experiencia mindfulness in situ, customizada según las necesidades de cada uno (consultar en la hostería).
Recostarse bajo las montañas, el lago de fondo, el sonido de los cuencos y la guía de un experto en la materia, es una vivencia ideal para cerrar el viaje, en total armonía.
Datos útiles
Cómo llegar
Desde julio de 2023, JetSmart se transformó en la primera aerolínea low cost en volar a San Martín de los Andes. Un dato interesante de cara al verano es que, recientemente, esta aerolínea lanzó nuevas conexiones para maximizar el uso de su red de destinos en el país y así sumar conectividad (por ejemplo, Iguazú-Mendoza, vía Buenos Aires). El pasaje ida y vuelta en enero cuesta desde 130.000 por persona.
Dónde alojarse
Amonite Apart & Spa ofrece unidades de 1, 2 y 3 dormitorios con equipamiento como microondas y heladera para resolver comidas o desayunos diarios allí. Además, cuenta con sauna y piscina climatizada al aire libre.
Excursiones
Para ir a la Villa Quila Quina, una buena opción es reservar en la Naviera Lacar & Nonthue (se puede hacer online). La duración del traslado en barco dura 30 minutos y el costo, ida y vuelta, es de $ 17.000 (no incluye el acceso el Parque Nacional Lanín). También realizan traslados a Hua Hum, el lugar donde el lago Nonthue derrama sus aguas en un río, que cruza la cordillera de los Andes, para volcarlas en el océano Pacífico.
Fuente: Violeta Gorodischer, La Nación.