Cuando destacamos a la ciudad de Puerto Iguazú definida por sus magníficos saltos de agua considerados como una de las 7 maravillas naturales del mundo moderno, hablamos de un sin número de factores que hacen que la estadía del visitante sea más amena: la hotelería, restaurantes, bares y cervecerías de altísimo nível de calidad ofrecen confort y productos acordes con la necesidad del visitante.
Los paseos por los distintos sectores de la ciudad se acrecentaron, al igual que la proximidad a las vecinas Foz do Iguaçu del lado brasileño y Ciudad del Este, Paraguay, conocida por sus comercios de mercaderías importadas que otrora supieron de precios mejores.
Para atravesar a las mencionadas ciudades limítrofes, es necesario cruzar el puente Tancredo Neves que nos une con Brasil. Allí entra a jugar un papel preponderante para el ingreso a la Argentina el sector de Migraciones y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Esta última, realiza a través de su amable y respetuoso personal, un trabajo que es digno de destacar, ya que en tiempos de alta temporada o fines de semana largos, atraviesan aproximadamente unas 15 mil personas y requieren el control necesario de los objetos ingresados en el país; generalmente, son compras realizadas en Ciudad del Este o en el sector brasileño.
Es por eso qu, la Administradora Mercedes Marcó Del Pont y el resto de las autoridades a nível nacional pueden estar tranquilas de la labor que realiza el personal de la institución en esta área fronteriza, sin dejar de lado la importancia y difícil tarea en el control de ingreso de los transportes de carga que portan toneladas de produtos bajo la supervisación de los agentes de la AFIP, un trabajo que se realiza en silencio y que la mayoría de los ciudadanos comunes -como quien suscribe- ignoramos.
Las áreas de fronteras requieren una labor incansable para quienes se desenvuelven allí. Los que vivimos en la denominada “Tres Fronteras”, tenemos la posibilidad de atravesar la aduana con bastante frecuencia y a trav{es de los vecinos hasta podemos conocer los nombres de algunos agentes destacados en ésta difícil misión. Por respeto a la privacidad exigida -con justa razón-, por la administración federal, no mencionamos sus identidades, aunque sí nos referiremos cuantas veces sea necesario a que tanto mujeres como hombres que nos revisan en la entrada a la Argentina, lo hacen con total profesionalismo y aunque en muchas ocasiones se nota en sus rostros el cansancio por las horas de trabajo, no realizan su faena con mala voluntad o gestos autoritarios.
¿Quizás Ud amigo lector de Diario de Cultura se pregunte si la cantidad de ingreso de gente mencionada anteriormente es frecuente?. Le respondemos que al valer la moneda brasileña casi 40 veces más que el peso argentino, es permanente el acceso de personas de los países vecinos a realizar compras de distintos artículos de la canasta familiar, como carne, aceite, fideos, leche e inunmerables produtos.
Además, los combustibles para el ciudadano de Brasil son mucho más económicos en la Argentina. Si bien en esta latitud a los automóviles extranjeros se les cobra la nafta común a ARS 150 el lítro, el equivalente aproximado a 4 reales de la moneda brasileña, en ese país un litro del mismo producto cuesta en torno a 7 reales. Similares precios pagan los paraguayos, por lo que el flujo de personas que entra en el territorio nacional es constante debido a lo conveniente que les resulta comprar en Puerto Iguazù. Por eso, con su trabajo prácticamente anónimo, los hombres y mujeres de la AFIP, dicen presente.
En líneas generales, los seres humanos tenemos por costumbre reclamar cuando en algún organismo público o en determinados lugares, no somos tratados como nos gustaría, -muchas veces con razón y otras no tanta-, y en contadas ocasiones damos las gracias por atendernos bien. De todas maneras, se escucha decir también que es obligación el buen trato, cosa que es cierta, pero en realidad cuando quien atiende recibe un elogio de parte de quienes estamos del otro lado del mostrador, es una caricia al ego, es apreciar la labor y para quienes trabajan denodadamente como el personal de la Administración Federal de Ingresos Públicos destacados en la Aduana de Puerto Iguazú, vaya nuestro reconocimiento al esfuerzo demostrado, siempre con cordialidad y respeto.
Si Ud amigo lector viene a admirar una de las 7 maravillas del mundo moderno: Las Cataratas del Iguazú del lado argentino y desea pasar a la vecina Foz do Iguaçu, Brasil o a Ciudad del Este, Paraguay, sepa que al reingresar en nuestro territorio y luego de hacer el trámite migratorio, será parado a escasos 10 metros por personal de la AFIP que gentilmente le preguntará que está entrando en el país, tramite simple y rápido.
Nuestro reconocimiento a los trabajadores de la AFIP Puerto Iguazú por tal difícil tarea…
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Alberto Antonio Curia es Periodista y Consultor Turístico