Pintar las cúpulas de Buenos Aires desde el cielo

Miradores de la ciudad se abren a nuevas experiencias, como una salida que conjuga arte, arquitectura y patrimonio

“Sigan dibujando, no me miren. Tan solo soy una voz en off que les va contando la historia de cada una de estas cúpulas frente a sus ojos”, dice la arquitecta Marga Fabbri a quienes participan de una experiencia novedosa en la ciudad de Buenos Aires: subir a un mirador de un edificio emblemático para, desde ese lugar, pintar un entorno extraordinario. Es difícil elegir una cúpula: en la terraza del Pasaje Roverano y con una vista de 360 grados, se observa al fondo el Río de la Plata y más de 20 torretas pertenecientes a edificios construidos alrededor de Plaza de Mayo.

La última experiencia de Mirar Miradores se organizó en la terraza del edificio Edificio Roverano, Mirador Plaza de Mayo, centro neurálgico de la ciudad, con la mayor densidad de cúpulas
La última experiencia de Mirar Miradores se organizó en la terraza del edificio Edificio Roverano, Mirador Plaza de Mayo, centro neurálgico de la ciudad, con la mayor densidad de cúpulasRodrigo Néspolo – LA NACION

Durante la experiencia, los coloridos remates de las grandes construcciones están a la altura de nuestra vista y apenas a metros de distancia. La escultura de Palas Atenea, sobre el exedificio de La Prensa, parece saludarnos. Si bien hay contabilizadas más de trescientas cúpulas porteñas, en el atardecer rojizo previo a una tormenta el plus está dado por la vista privilegiada que se obtiene desde el piso 9 del Edificio Roverano, llamado Mirador Plaza de Mayo, cerca del Cabildo, en el centro neurálgico de la ciudad, con la mayor densidad de construcciones de este tipo.

Al rooftop de Plaza de Mayo se accede a través de un antiguo ascensor de hierro, luego de atravesar la tradicional galería de la planta baja, que parece languidecer con casi todos sus negocios cerrados (entre ellos la barbería donde se cortaba el pelo el Papa Francisco). Sin embargo, aún se aprecian en este pasaje de la Avenida de Mayo 560 los cristales curvos, las carpinterías de bronce, los vitrales, mármoles y detalles de onix. Su terraza fue inaugurada hace pocos meses por el emprendedor Hernán de la Colina, que al habilitar el último piso promete revitalizar el lugar por donde antes hubo una salida directa al subte de la Línea A.


Nadie se siente intimidado: en esta actividad está el experto junto a aquel que jamás tomó un pincel o un lápiz con fines serios

“Conocer para querer, querer para cuidar” es el lema principal de esta movida artística abierta a todo tipo de público, que busca revalorizar el patrimonio de Buenos Aires. La invitación se publica en la cuenta de Instagram de la artista y arquitecta @margafabbri y, esta vez, en @rooftopplazademayo; dependiendo del lugar, se cobra por la actividad (con materiales, charla sobre patrimonio y consumición) desde $1800. Solamente hay que llevar las ganas de disfrutar de un atardecer pintado, pero se recomienda también ir con repelente, anteojos de sol y una campera liviana, porque puede soplar buen viento (en el Roverano, donde se realizará la próxima experiencia, el 17 de este mes, se instalaron defensas vidriadas que evitan que los papeles salgan volando).

Las cúpulas con bares en grandes ciudades son tendencia a nivel mundial desde hace años, pero la idea de invitar a mirar los remates de edificios y a dibujarlos, sabiendo o no sabiendo pintar bien, es novedosa. A Fabbri se le ocurrió hace un par de años en la terraza de la Galería Güemes. “Tuve el impulso de pintar las cúpulas, algo que hago desde siempre. Pero a partir de allí, busqué experiencia con la gente y decidí organizar el encuentro Mirar Miradores”, asegura la artista, quien convocó al público a tener su primera vivencia de este tipo en el mismo lugar, en la Güemes. Ya pasaron 27 salidas similares en el Edificio La Inmobiliaria; en el Bar Notable El Colonial; en el Edificio Cenit; frente a la Unione Operai Italiani de Virgilio Colombo y en el Edificio Bencich de Tucumán y Esmeralda.

Al ingresar a la terraza del Roverano, tintas, carbones, grafitos, acuarelas, gomas de borrar y hojas en blanco se despliegan. Los participantes toman lo que necesitan, se sientan en cualquiera de las mesas y comienzan a pintar el remate del edificio elegido, mientras Fabbri camina, alienta y sugiere colores o perspectivas. Nadie se siente intimidado, aunque está el experto junto a aquel que jamás tomó un pincel o un lápiz con fines serios. Los temores se disipan ya en el ascensor, cuando uno se topa con los primeros participantes, Mariana y Federico, una joven pareja: “No sabemos pintar. Somos arriesgados. Tan solo queríamos hacer la experiencia”.

El último piso fue puesto en valor y posee cómodos espacios para sentarse y tomar algo, tanto adentro como afuera. Parada en medio de la terraza, Fabbri señala y nombra a cada una de las cúpulas. Escuchamos atentos. Desde hace 20 años investiga el patrimonio arquitectónico para luego volcar ese conocimiento en sus cuadros y en estos encuentros. “En otros rooftops se degustan comidas o tragos, acá degustamos cúpulas”, asegura, aunque en realidad una chica pasa convidando empanadas y cervezas. “Antes Buenos Aires era chato, de barro, adobe, madera. Era una aldea, un lugar de paso. Pero luego en 1880, se construyen estos edificios, que son íconos del poder: bancos, compañías de seguros, sedes del poder legislativo, ejecutivo”, explica. ¿Y qué, de todo esto, se puede elegir para pintar? es lo primero que uno piensa cuando se enfrenta a un paisaje urbano revelado. Cada cúpula tiene su encanto, ninguna pasa inadvertida. Se pueden mencionar las del Palacio de la Legislatura y su edificio preexistente; los colosos del Siemens, el NH Hotel, el Cabildo, la Casa Rosada, el Banco Nación con sus mansardas verdes, el Railway Building de las primeras empresas de ferrocarril, el Banco Francés, el Palacio Municipal, las Galerías Güemes, La Prensa, La Equitativa del Plata, las tres cúpulas de los dos edificios de los hermanos Bencich, el Gath y Chaves, el Hotel Majestic, el Obelisco.

“Vayan a todos los miradores que puedan, cada uno de ellos nos ayudará a completar la vista. En Buenos Aires hay mezcla de estilos tal como sucede aquí, en diez cuadras a la redonda. Es una ciudad ecléctica”, asegura. Hay quienes le hicieron caso y subieron a otros rooftops con ella a retratar Buenos Aires. Tal es el caso de Patricia Valli, pintora, que se ubicó muy decidida, apuntando hacia la Casa de Gobierno. Su objetivo es retratar la Pirámide de Mayo: “Llegué y recorrí esta terraza que me sorprendió. Elegí la Pirámide como punto de fuga para luego abrirme hacia la Rosada, el río, etcétera. Son planos en perspectiva”, dice la mujer, con su dibujo apoyado sobre una mesita, mucho más avanzado que el resto.

A su lado, Liliana Amadori elige la cúpula del Cabildo, desde un lado no tan conocido. “Me gustan sus asimetrías, la decoración de azulejos tipo Pas de Calais”, asegura. De pronto, suenan las campanadas de la Legislatura. Son las siete de la tarde y no hace tanto empezamos a pintar. Tenemos dos horas más de tiempo: a las nueve cierran las puertas del Roverano y todos habremos vuelto a casa con el cielo porteño en nuestras manos.

Más miradores de Buenos Aires

Diferentes posibilidades para disfrutar la ciudad con altura

  • Visitas gratuitas a cúpulas y miradores organizadas por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Las inscripciones se abren y renuevan periódicamente. Los cupos son limitados y hay que anotarse en https://www.buenosaires.gob.ar/cultura/patrimonio-de-la-ciudad/noticias/se-reanudan-las-visitas-los-miradores-de-buenos-aires
  • Mirador Plaza de Mayo. Av. de Mayo 560 8ºPiso. Lunes a Viernes, de 11 a 18, con reserva previa. Actividades: Cúpulas Nocturnas, Grandes Relojes de Bs As, Campanas & Vinos. En Instagram: @miradorplazademayo @rooftopplazademayo
  • Chalet de 9 de Julio. Sarmiento 1113. Lunes a viernes, de 18 a 20. IG: @puntoceroproduccionesok También forma parte de los puntos que se pueden visitar gratis con el programa del gobierno porteño.
  • Edificio Otto Wulff. Sábados, a partir de las 17. Perú 375. Únicamente con reserva en IG: @visitas_ottowulff
  • Iglesia Santa Rosa de Lima. Av. Belgrano 2216. Cenas, almuerzos, visitas. Consultas por teléfono (54) 9 11 4928-2340 o en la página de Facebook @BasilicaSantaRosaDeLima
  • Tango Hotel. Av. de Mayo 1396. Roof top bar. Abre a las 19 [email protected]
  • Palacio Barolo Salón 1923 Avenida de Mayo 1370 16º. https://www.reservaonline.support/salon1923/index.html Visitas técnico históricas, con el arquitecto Fernando Carral, los domingos, a las 10 y 12; reservas en Instagram @carral.f
  • Edificio Comega. SkyBar. Av Corrientes 222 Piso 15. Lunes a sábado, de 12 a medianoche, con reserva a partir de las 18. IG:@ piso15_skybar
  • Mirador Galería Güemes. Florida 165 Piso 13. Lunes a Viernes, de 10 a 13 y de 14 a 17. En IG @buenosairesdesdelasalturas
  • Hotel Alvear Roof bar. Av. Alvear 1891 11º piso. Abre a las 19. http://alvear-roof-bar.mesa.express/

Fuente: Virginia Mejía , La Nación