Un solo día en la vida de Wolfgang Mozart fue suficiente para que el escritor alemán Eduard Mörike elaborara una semblanza sobre el célebre compositor en su novela Mozart camino de Praga, publicada en 1855. Con esta obra que le dio gran reconocimiento, el autor describe todo lo que les sucede al músico y a su esposa cuando viajan a Praga para el estreno de la ópera Don Giovanni, en el otoño de 1787. A través de estas páginas queda retratada la personalidad de quien marcó la música para siempre. Allí se habla de sus anhelos, sus temores, muestra a las personas que influían en su carácter y como era observado por el público. Ricardo Sciammarella, músico y director de Ensamble Concentus Buenos Aires, venía imaginando desde hacía tiempo una obra diferente, una con la cual mostrar la música clásica desde otro lugar y Mozart camino de Praga fue el perfecto disparador. “Yo siempre quise abrir el espectro de lo que es un concierto y vincularlo con otras artes. Pensando en cómo establecer ese vínculo recuperé el libro de Mörike, que conocía desde hace muchos años. Esta una obra que no traiciona a la figura de Mozart, más bien le devuelve su lado humano, a diferencia de lo que hace Schaffer con Amadeus. Armé un texto más corto e ideé este espectáculo que es un diálogo entre música y literatura. La música se imbrica con el texto y a su vez este la introduce, la justifica. Esa resultaría la esencia de Mozart camino de Praga. En realidad, no estoy inventando nada nuevo, Schumann lo había dicho hacía tiempo, las artes tienen que vincularse. Schiller tiene tanto que decirle a Berlioz como Berlioz a Schiller, así como Goethe y Beethoven. Hay una necesidad de trasvasamiento indispensable y hoy eso está más vigente que nunca. Vivimos una sociedad a la que hay que ofrecerle diversas lecturas”, explica Sciammarella.
El siguiente paso fue encontrar una voz que fuese tan protagonista como la música. “Una noche estaba escuchando la entrevista que Luis Novaresio le hacía a Luis Brandoni y me encontré concentrado en el sonido de su voz. Le comenté a mi mujer que esa era exactamente la voz que buscaba para el espectáculo de Mozart”.
Mi objetivo con esto es abrir el abanico; creo que tenemos ese deber porque si no estamos cada vez más apolillados. El mundo del teatro siempre propone cosas nuevas y nosotros seguimos con códigos de fines del siglo XIX. A pesar de que pueda sonar contradictorio, puesto que somos una agrupación que interpreta las obras con criterios historicistas, lo hacemos con una visión puesta en el hoy”, dice el director.
A días del estreno internacional de Nada, serie de Mariano Cohn y Gastón Duprat, en el Festival de Cine de San Sebastián y que protagoniza junto a Robert De Niro; de su compromiso casi diario en Parque Lezama, la obra dirigida por Campanella en la que actúa junto a Eduardo Blanco y de haberse impuesto en la interna para competir como legislador para el Parlasur en las PASO del 13 de agosto, Luis Brandoni hace un espacio y se prepara para debutar en un área en la que nunca había participado. “Tener una experiencia nueva a mi edad es una cosa rarísima, por eso me entusiasmé apenas me propusieron este cruce con la música clásica. Me crié en una casa en la que todo pasaba por la radio y como italianos que éramos se escuchaba sobre todo ópera italiana, que sigue siendo uno de mis cariños. Después en el colegio secundario me acerqué al jazz y me hice admirador de esa corriente musical. Y también está el tango, que es algo muy importante en mi vida. En la época de la dictadura casi no podía trabajar en ningún lado e hice un espectáculo en el que yo decía los tangos acompañados de la música. Como no canto como cantan los que cantan, entonces los digo. Aparecía el poema en primer plano, se revalorizaba al poeta sin dejar de lado al compositor. Años más tarde hice un disco que se llamó Tangos dichos, con la compañía de Julio Pane en bandoneón y Hugo Rivas en guitarra”, explica Brandoni.
En Mozart camino de Praga Brandoni interpretará a varios personajes en simultáneo. “Allí radica la dificultad, tengo que hacer que el público se imagine quién es el que habla sin más elementos que mi voz. Salieri es fundamentalmente el que relata, pero también está el propio Mozart y otros más. Hay toques de humor, así como reflexiones importantes y momentos penosos. De alguna manera se humaniza al compositor y se lo baja del pedestal. Lo más raro es que mi interlocutor es la orquesta y voy a tener que aprender cuando me tengo que callar. La música y la palabra transmiten de maneras diferentes y lo más lindo de toda esta experiencia es el cruce que se da entre ambas”, dice el actor.
En paralelo a su vida artística, Brandoni tiene una larga trayectoria de compromiso político y es un defensor de que la expresión de las ideas debe de darse en completa libertad. “No puedo olvidar que cuando yo era chico si algún artista o deportista ganaba algo tenía que dedicárselo al General Perón. Eso que alguien que se destaca en alguna disciplina del arte deba influenciar con sus ideas a otros me parece un disparate. Yo luché mucho contra eso cuando era dirigente gremial de la Asociación Argentina de Actores. El arte debe de ser un lugar de encuentro y aunque es muy probable que haya personas a quienes pueda interesarle este espectáculo y no vayan porque estoy yo, también es posible que otros que no tienen el hábito de ver conciertos lo hagan porque estoy yo allí. Y abrir puertas es maravilloso. Alguien dijo una vez algo que siempre repito: el arte es la posibilidad de sentirnos mejores personas por lo menos por un rato. Veremos si enamoramos a la gente con esta propuesta.”
El Ensamble Concentus Buenos Aires surge en 2019. Son 34 músicos provenientes de toda la Argentina, así como de países vecinos. “Luego de haber dirigido a la Sinfónica Nacional en un concierto de Beethoven con criterios historicistas surgió la posibilidad de crear un proyecto exclusivo para los períodos del clasicismo y del romanticismo. Aquí las agrupaciones con este criterio están enfocadas en el barroco, por lo que somos pioneros. Decidimos dar un salto cualitativo y ofrecer propuestas propias. Tiene un punto experimental, esperamos convocar un público más heterogéneo, que crezca y se repita por todo el país”, dice el director.
La obra se inicia con la obertura de Don Giovanni, que era precisamente la ópera que Mozart iba a estrenar a Praga. “Conversando sobre historicismo con Pablo Saraví, violinista y curador de la colección de los instrumentos antiguos del Museo Fernández Blanco, surgió la idea de hacer algo juntos. Lo convoqué para interpretar uno de los conciertos para violín y seleccionó el No. 2. Esta es una obra que Mozart compuso con apenas 19 años y como en el texto hay muchas referencias a su juventud, de alguna manera es el propio texto el que lo introduce. Terminamos con la Sinfonía nº38, K.504, mejor conocida como Praga y llamada así puesto que la estrena en esa ciudad con un éxito descomunal justo en el invierno anterior”, explica Sciammarella.
Mozart camino de Praga. Ensamble Concentus BA, dirigido por Ricardo Sciammarella. Narrador: Luis Brandoni. Solista: Pablo Saraví. Teatro Avenida, Av. de Mayo 1222. Martes, a las 20. Entradas: desde 1200 pesos.
Fuente: Helena Brillembourg, La Nación