Entre los diversos ofrecimientos, se destacan 14 propuestas internacionales, distintas coproducciones y 17 obras seleccionadas por concurso que podrán disfrutarse en 115 sedes, que incluyen salas oficiales, comerciales e independientes, y espacios públicos.
Consolidado como un festival de verano, con la novedosa particularidad de tomar por sorpresa a espectadores en su andar cotidiano y la inclusión en su programación de Ciudanza, un festival independiente que se suma a este encuentro, la propuesta también servirá de vidriera para unos 145 gestores culturales que se acercarán desde otros lugares del mundo en busca de iniciativas novedosas.
Así se informó en una reunión de prensa de la que participaron el ministro de Cultura porteño, Enrique Avogrado; el director artístico del Festival, Federico Irazábal; la subsecretaria de Gestión Cultural, Viviana Cantoni; y la directora artística de Ciudanza, Brenda Angiel.
«Estamos muy entusiasmados con este FIBA absolutamente renovado», se entusiasmó el ministro, quien destacó la frecuencia anual que adquirió este encuentro, cuyo inicio se remonta a 1997.
Por su parte, el director de este encuentro destacó que las obras que formarán parte de esta edición rondarán en torno a temáticas relacionadas con el cuidado del medio ambiente, la diversidad de género y la tecnología, además de tener en cuenta la accesibilidad de personas con distintas capacidades especiales.
Una de las particularidades destacadas por los organizadores reside en la «sinergía» generada entre las salas oficiales, los teatros comerciales y las salas independientes, y la continuidad que muchas de esas obras estrenadas para la ocasión tendrán una vez finalizado el Festival.
Todas éstas podrán disfrutarse de manera gratuita o, en algunos casos, con entradas a precios populares, fijados en 150 pesos para las producciones locales y 300 para las internacionales.
Pero la gran diferencia, sin dudas, la hace la posibilidad de poder asistir a distintas performances en espacios públicos o toparse con éstas en lugares de tránsito habitual.
Por caso, la apertura se llevará a cabo en la sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín y en dos salas de cine de El Cultural San Martín, donde se exhibirá la obra «El público», de Mariano Pensotti; pero continuará más tarde con una gran fiesta performática en el Casco Histórico de la Ciudad.
El cierre está previsto en la zona del Abasto, donde se realizarán diversas propuestas multidisciplinarias, con las calles, los bares y hasta los balcones como principales escenarios.
«Buscamos ser amplificadores de la cultura. Que más personas sean protagonistas», propuso Avogrado, quien subrayó que por ese motivo se pone «énfasis en el espacio público» con intervenciones que «rompen la rutina e interpelan al público».
En este aspecto, Irazábal destacó una nueva sección llamada «Teatro de Frontera», que «descontextualiza las obras, las saca de las salas y las lleva a escenarios naturales», y puso como ejemplo la representación de «Boy Scout» en los Bosques de Palermo, en donde «el árbol no está representado con cartón y sogas sino que es real».
Dentro del Festival se incluirá el encuentro Ciudanza, que también propone la adaptación de diversas obras en el entramado urbano.
La apertura será el viernes 24 de enero con una recorrida que irá por la Diagonal Roque Sáenz Peña hasta la Plaza Lavalle y contendrá distintas piezas, hasta culminar con una obra llamada «Cumbia de Cámara», que invitará al público a sumarse.
«Esta inclusión permite que Ciudanza tenga mayor visibilidad. No se trata de danza en la calle, sino que se adapte al espacio público», dijo Angiel, su directora.
Por su parte, la subsecretaria de Gestión Cultural puntualizó la inclusión de obras generadas desde el programa «Arte en Barrios» y destacó la idea no sólo de ocupar el espacio público, sino además de «devolver la noche, tener un lugar adónde ir».
«Haber pasado el FIBA al verano y convertir a Buenos Aires en un escenario a cielo abierto hace que el Festival vuelva a ser aquello de lo que se habla», concluyó.