“Hay verdades que pueden destruir a un ser humano. En nombre de mi concepto de la verdad ¿se justifica que destruya una vida?”, se pregunta Julio Chávez, que estrena su nueva obra “Lo sagrado”, el 12 de abril en el Paseo La Plaza.
En coautoría junto a Camila Mansilla, con quien ya había escrito “Después de nosotros”, “Un rato con él”, “Inés” y “Cuando la miro”, la obra que dirige y protagoniza Chávez cuenta con actuaciones de Rafael Federman, Eugenia Alonso y Claudio Medina. Trata sobre el encuentro entre un filósofo y escritor con el hijo de su antigua pareja con el que convivió. El joven viene a pedirle que cumpla una promesa. Conversamos con Chávez.
Periodista: ¿Cómo surgió la obra?
Julio Chávez: Queríamos hablar de lo sagrado, aunque primero no era esa la palabra que aparecía sino promesa. Indagamos en aquellas cosas que tienen que ver con compromisos, promesas, palabras que uno dice, ideologias que uno cree que lleva adelante, el tema de la ética. Los principios a los que se pone un obstáculo, una prueba. A veces prometemos pero eso nunca pasa a la acción. Cuando decimos cosas la vida de golpe te toca el timbre y te dice ¨vos diiste esto, ahora tenés que cumplir¨. Como dice Shakespeare, la responsabilidad es aquello que uno deja afuera de la casa para poder ser feliz.
P.: ¿Cómo abordan estos temas?
J.C.: El cuentito tiene que ver con un autor de novelas, escritor, filósofo conocido, exitoso y estimado, que en un momento avanzado de su vida se permite escribir su autobiografía con reflexiones sobre cosas que ha vivido. Se le presenta un joven como el enfrentamiento de la vida vivida con la que queda por vivir. Como despertarse a la mañana y decir ¨voy a ser un buen ser humano¨ y como el tema es lo sagrado, ¿qué es aquello que cada cual considera sagrado? No queremos poner el objeto de lo sagrado sobre escenario sino la pregunta por lo sagrado.
P.: ¿Cómo despliegan ese interrogante sobre el escenario?
J.C.: Por ejemplo, los artistas suponen que el arte justifica todo, los seres legitimados del pensamiento justifican cualquier cosa. Las instituciones del saber legitimadas y las culturales, ¿tienen la verdad acerca de la existencia humana? ¿Aquelllos que creen que saben, saben de todo? Y en la obra llega alguien que es joven y viene con un pedido muy particular, el “conmigo no te metés”. Si para mi la verdad a rajatabla es sagrada y sigo adelante con esa consigna, hay verdades que pueden destruir a un ser humano. En nombre de mi concepto de la verdad ¿se justifica que destruya una vida?
P.: ¿Por qué se centraron en el vínculo de un padrastro con su hijo?
J.C.: Porque juega cierta responsabilidad que se sostiene no por un vinculo natural de padre-hijo orgánica que obliga a alguien, se asume responsabilidad de protección sin ser el padre y eso es una doble decisión. Nada obliga y se establece esa responsabilidad que supuestamente está llevada por algo natural. Hay algo de la palabra puesto en juego, la conciencia no es algo q se regula de manera natural, no es natural, se construye. Cada cual tiene la responsabilidad de entender y en esa conciencia ética está la pelea.
P.: ¿Qué otras cuestiones se ponen en juego a la hora de la conciencia ética?
J.C.: Pienso en la información que tenemos de otros seres humanos, desde elevada a pequeña, por caso, la vecina recibió a dos hombres, ¿qué hace uno con eso? ¿El haber visto da derecho? ¿Cuáles son las consecuencias q puede tener hablar de otro? Todo lo que informamos de manera seductora, ¿cuántas veces decimos maldigo la hora en que conté todo esto? Porque aquello que conté inocentemente o no puede ser usado de manera dañina. Desde la chusma de barrio hasta un biógrafo o periodista que puede llegar a revelar cuestiones íntimas.
P.: ¿Qué opina del recorte a la Cultura?
J.C.: La administración del arte está fallada desde siempre, todos estamos fallados. Siempre que se quita una ayuda no estoy de acuerdo, podría llegar a haber un momento en que una tribu toma la decisión de rever cuestiones, eso es una cosa, otra es hacer daño indiscriminadamente. En la obra no me refiero a la administración político cultural, no entramos en ese sistema, si bien cualquiera puede agarrar el tema y transportarlo a la coyuntura, la pregunta por lo sagrado es más amplia aunque bien puede enmarcarse ahí también.
Fuente: Ámbito