Furor por Joaquín Sabina: agotó seis funciones y anunció dos más en el Movistar Arena

Mirá todas las ubicaciones y los precios. En menos de 10 horas se agotaron los conciertos del 24 y 26 de marzo, y 2, 4, 6 y 9 de abril. Más de 55.000 tickets vendidos. Debido a la altísima demanda, se suman dos nuevas fechas: 11 y 13 de abril, en su gira despedida «Hola y adios».
En menos de 10 horas se agotaron los conciertos del 24 y 26 de marzo, y 2, 4, 6 y 9 de abril de 2025 en el Movistar Arena.  Más de 55.000 tickets vendidos. Debido a la altísima demanda, se suman dos nuevas fechas: 11 y 13 de abril.   ¡Imposible perderse esta oportunidad única!
Venta general abierta en www.movistararena.com.ar  6 cuotas sin interés con VISA BANCO GALICIA y todos los medios de pagos disponibles   Recordamos que Buenos Aires será el único escenario testigo de esta despedida.
24 y 26 DE MARZO 2025 MOVISTAR ARENA AGOTADOS 02 y 04 DE ABRIL 2025 MOVISTAR ARENA – AGOTADOS 06 y 09 DE ABRIL 2025 MOVISTAR ARENA  – AGOTADOS   NUEVAS FUNCIONES: 11 y 13 DE ABRIL 2025 Buenos Aires – Argentina
En su reciente cita con el público Joaquín Sabina ofreció, contra todo pronóstico, la más rotunda gira de su dilatada carrera, donde la ilusión, profesionalidad y experiencia del maestro de Úbeda vencieron el pulso al vértigo inicial, contagiando alegría y energía a sus músicos, impregnando las interpretaciones de una inusitada y arrebolada sensibilidad y ganándose a un respetable —más de 700.000 personas en casi 60 conciertos por una docena de países a ambos lados del Charco — que se volcó, entusiasmó y conmovió hasta ese punto de mágica alquimia donde confluyen el aplauso fervoroso, la lágrima de emoción y ese ánimo costalero con el que, de haber sido posible, le hubiesen sacado a hombros tras cada uno de los recitales. Al calor de esas mieles y por la llana cortesía de no abandonar la fiesta sin despedirse, Joaquín Sabina ha decidido subir de nuevo a los escenarios para saludar por última vez antes de bajar el telón. Una gira donde decirnos, donde decirse, HOLA Y ADIÓS.   Con esta nueva gira, de la que pronto se anunciarán fechas concretas, Sabina nos brinda la oportunidad de despedir unas canciones que, aun siendo demasiado jóvenes para la eternidad que les aguarda y que de tan nuestras ya no parecen venir de un cantautor, sino de las fuentes mismas de la tradición popular, resistiendo incólumes el paso de sucesivas generaciones, nunca más serán cantadas ante miles de personas por su propio autor, que jubila su faceta de trotamundos guitarra en ristre celebrando su propia supervivencia con este convite de despedida. Con todo, como el tahúr que conoce sus cartas y cómo marcarlas, Joaquín adelanta que tras este HOLA Y ADIÓS ya no habrá más periplos interminables por recintos multitudinarios, pero se guarda en la manga el as de reaparecer a placer, sea porque las musas le susurren poemas o canciones que merezca la pena compartir, o porque le piquen las ganas de subirse a cualquier entarimado para darse, darnos, un homenaje.     Sabina cuelga con HOLA Y ADIÓS sus guantes de piel de poesía y guitarra trasnochadora rellenos del polvo de la carretera y la manta, del intenso carmín de las mil veces mil y una noches, remendados tantas veces con el hilo de la derrota y la hebra de la esperanza, y preparados para ofrecernos un último nocaut emocional de más de dos horas de duración con una veintena larga de temas que son ya plegarias universales del sueño imposible del amor y del querer meterle mano a la vida. HOLA Y ADIÓS será la despedida multitudinaria de una garganta que, sin destilar, rezuma impía e impúdica verdad; de un bombín que es sinónimo de golfería dandi y pícara caballerosidad; de una icónica silueta perfilada con humo de cigarrillo y güisqui sin soda. Por supuesto, esa esencia trasnochada jamás dejará de escribir las historias y canciones que siempre le rondarán la mente. El oficio del poeta no piensa jubilarse, tampoco el del creador nocturno.     Con HOLA Y ADIÓS, la vuelta al ruedo de Sabina, se cierra un círculo que abarca medio siglo desde sus primeras apariciones públicas, cuando hacía la calle en el metro londinense, durante su autoexilio en las postrimerías del franquismo. Un incierto punto de partida para alguien que, tras cabalgar a lomos de los vertiginosos ochenta con un bello lirismo urbano que excedía el ámbito de la canción de autor, traspasó durante los noventa la frontera de profeta en su tierra para entrar definitivamente en el nuevo milenio bajo la categoría de mito internacional: desde Tierra de Fuego hasta el Desierto de Sonora, precedido por una leyenda disoluta y un sólido e impresionante torrente de canciones indelebles alojadas en una discografía totémica que, que, como ya viene sucediendo, se seguirá estudiando en los libros de la Historia del acervo popular.   Aquel suburbano de la City le tenía guardadas a Joaquín paradas en los escenarios más legendarios del mundo: el Royal Albert Hall de Londres, el Luna Park y la Bombonera de Buenos Aires, el Olympia de París, el Palau Sant Jordi de Barcelona, el Auditorio Nacional y el Zócalo de Ciudad de México, el Madison Square Garden de Nueva York, el Wizink y Las Ventas de Madrid… Recintos, algunos de los cuales, volverán a sentir, por última vez, el peso ligero del Flaco, el peso pesado de sus canciones, en este próximo y definitivo HOLA Y ADIÓS.   La gira comenzará en el próximo mes de febrero 2025 en América y durante 11 semanas recorrerá México, Estados Unidos, Costa Rica, Colombia, Perú, Chile, Uruguay y Argentina. Tras una breve pausa la gira seguirá su rumbo a España y Europa, hasta su final en el mes de noviembre. Las fechas, ciudades y venta de entradas se darán a conocer en el mes de julio para América y en septiembre para España.
Joaquín Sabina regresará a Buenos Aires para decir: “Hola y Adiós”. Se presentará en la Argentina y también en México, Estados Unidos, Costa Rica, Colombia, Perú, Chile, Uruguay, España y otros países de Europa.
En su reciente cita con el público Joaquín Sabina ofreció, contra todo pronóstico, la más rotunda gira de su dilatada carrera, donde la ilusión, profesionalidad y experiencia del maestro de Úbeda vencieron el pulso al vértigo inicial, contagiando alegría y energía a sus músicos, impregnando las interpretaciones de una inusitada y arrebolada sensibilidad y ganándose a un respetable —más de 700.000 personas en casi 60 conciertos por una docena de países a ambos lados del Charco — que se volcó, entusiasmó y conmovió hasta ese punto de mágica alquimia donde confluyen el aplauso fervoroso, la lágrima de emoción y ese ánimo costalero con el que, de haber sido posible, le hubiesen sacado a hombros tras cada uno de los recitales.

Al calor de esas mieles y por la llana cortesía de no abandonar la fiesta sin despedirse, Joaquín Sabina ha decidido subir de nuevo a los escenarios para saludar por última vez antes de bajar el telón. Una gira donde decirnos, donde decirse, HOLA Y ADIÓS.   Con esta nueva gira, de la que pronto se anunciarán fechas concretas, Sabina nos brinda la oportunidad de despedir unas canciones que, aun siendo demasiado jóvenes para la eternidad que les aguarda y que de tan nuestras ya no parecen venir de un cantautor, sino de las fuentes mismas de la tradición popular, resistiendo incólumes el paso de sucesivas generaciones, nunca más serán cantadas ante miles de personas por su propio autor, que jubila su faceta de trotamundos guitarra en ristre celebrando su propia supervivencia con este convite de despedida.

Con todo, como el tahúr que conoce sus cartas y cómo marcarlas, Joaquín adelanta que tras este HOLA Y ADIÓS ya no habrá más periplos interminables por recintos multitudinarios, pero se guarda en la manga el as de reaparecer a placer, sea porque las musas le susurren poemas o canciones que merezca la pena compartir, o porque le piquen las ganas de subirse a cualquier entarimado para darse, darnos, un homenaje.    

Sabina cuelga con HOLA Y ADIÓS sus guantes de piel de poesía y guitarra trasnochadora rellenos del polvo de la carretera y la manta, del intenso carmín de las mil veces mil y una noches, remendados tantas veces con el hilo de la derrota y la hebra de la esperanza, y preparados para ofrecernos un último nocaut emocional de más de dos horas de duración con una veintena larga de temas que son ya plegarias universales del sueño imposible del amor y del querer meterle mano a la vida.

HOLA Y ADIÓS será la despedida multitudinaria de una garganta que, sin destilar, rezuma impía e impúdica verdad; de un bombín que es sinónimo de golfería dandi y pícara caballerosidad; de una icónica silueta perfilada con humo de cigarrillo y güisqui sin soda. Por supuesto, esa esencia trasnochada jamás dejará de escribir las historias y canciones que siempre le rondarán la mente. El oficio del poeta no piensa jubilarse, tampoco el del creador nocturno.    

Con HOLA Y ADIÓS, la vuelta al ruedo de Sabina, se cierra un círculo que abarca medio siglo desde sus primeras apariciones públicas, cuando hacía la calle en el metro londinense, durante su autoexilio en las postrimerías del franquismo. Un incierto punto de partida para alguien que, tras cabalgar a lomos de los vertiginosos ochenta con un bello lirismo urbano que excedía el ámbito de la canción de autor, traspasó durante los noventa la frontera de profeta en su tierra para entrar definitivamente en el nuevo milenio bajo la categoría de mito internacional: desde Tierra de Fuego hasta el Desierto de Sonora, precedido por una leyenda disoluta y un sólido e impresionante torrente de canciones indelebles alojadas en una discografía totémica que, que, como ya viene sucediendo, se seguirá estudiando en los libros de la Historia del acervo popular.  

Aquel suburbano de la City le tenía guardadas a Joaquín paradas en los escenarios más legendarios del mundo: el Royal Albert Hall de Londres, el Luna Park y la Bombonera de Buenos Aires, el Olympia de París, el Palau Sant Jordi de Barcelona, el Auditorio Nacional y el Zócalo de Ciudad de México, el Madison Square Garden de Nueva York, el Wizink y Las Ventas de Madrid… Recintos, algunos de los cuales, volverán a sentir, por última vez, el peso ligero del Flaco, el peso pesado de sus canciones, en este próximo y definitivo HOLA Y ADIÓS.  

La gira comenzará en el próximo mes de febrero 2025 en América y durante 11 semanas recorrerá México, Estados Unidos, Costa Rica, Colombia, Perú, Chile, Uruguay y Argentina. Tras una breve pausa la gira seguirá su rumbo a España y Europa, hasta su final en el mes de noviembre. Las fechas, ciudades y venta de entradas se darán a conocer en el mes de julio para América y en septiembre para España.

Joaquín Sabina ofreció el año pasado la más rotunda gira de su dilatada carrera -atinadamente, la llamó Contra todo pronóstico-, con más de 700.000 personas en casi 60 conciertos por una docena de países a ambos lados del Océano Atlántico. Ahora el cantautor español ha decidido subir de nuevo a los escenarios para saludar por última vez antes de bajar definitivamente el telón. Una gira que se llamará Hola y adiós y volverá a traerlo a la Argentina.

La gira de Joaquín Sabina comenzará en febrero de 2025 en América y durante 11 semanas recorrerá México, Estados Unidos, Costa Rica, Colombia, Perú, Chile, Uruguay y la Argentina. Tras una breve pausa la gira seguirá su rumbo a España y Europa, hasta su final en el mes de noviembre.

Sus shows en la Argentina en 2023

Joaquin Sabina abrió anoche su serie de ocho shows en la Argentina el año pasado (seis en Buenos Aires, completando los días 15, 21, 23, 25 y 27 de este mes; uno en Córdoba el 18 , y cerrando la gira «Contra todo pronóstico» el 29 en Rosario) ante un Movistar Arena repleto y con un repertorio que llevó a su público de paseo por varios momentos de su ajetreada vida artística.

El recital abrió con Cuando era más joven, canción incluida en su disco Juez y parte (1985), y un Sabina sentado en taburete que de a pocos momentos va a abandonar.

Con menos voz que en su última gira de 2017 y bastante parco de palabras, pero con su proverbial simpatía intacta, el cantante echó mano a una lista de canciones que sin ser un grandes éxitos puso al público de pie durante casi todo el concierto.

Sin embargo, en el repertorio figuraron canciones como Yo quiero ser una chica AlmodóvarCon la frente marchita (compuesto por Sabina especialmente para nuestro país, inspirado en un amor argentino), 19 días y 500 nochesPrincesaNoches de bodaY nos dieron las diez Pastillas para no dormir.

A lo largo de su carrera, Sabina ha publicado más de 15 discos y escrito varios libros de poesía y relatos. Su estilo lírico, lleno de metáforas, ironías y un toque indiscutible de realismo urbano, ha influido en generaciones de músicos y poetas. A pesar de los desafíos, Sabina ha logrado mantener una carrera musical exitosa, siendo reconocido en todo el mundo hispano como poeta, cantautor y escritor. A sus más de 70 años, Sabina sigue siendo una figura vital en el mundo de la música.

Entre sus reconocimientos, se cuentan la Medalla de Plata de Andalucía, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, la Medalla de Oro de la Ciudad de Madrid, la de Huésped de Honor de la Ciudad de Buenos Aires y de Montevideo, los tres premios Ondas y el Premio Grammy Latino a la Excelencia Musical. Él, sin embargo, con su singular humor, asegura preferir los muchos bares que llevan el nombre de alguna de sus canciones tanto en España como en Latinoamérica.