El fenómeno de la simulación deep fake llegó al arte, pero no por vía de la inextricable lógica de las Inteligencias Artificiales sino por una cuestión bastante más antigua como es el valor del original o de la autenticidad en una obra. Acaso porque con ayuda de la IA cualquier cosa puede ser cualquier otra es que la misión del arte contemporáneo es extremar los bordes del verosímil. En la próxima edición de la feria Pinta Miami, entre el miércoles 6 y el domingo 10, el artista argentino Emiliano Miliyo (Buenos Aires, 1970) presentará en el stand de AMIA una réplica de la copa que Argentina ganó hace un año en el mundial de Qatar. Pero no se trata de una esmerada artesanía o ni siquiera de un ready made conmemorativo sino de presentar como obra de arte original un objeto que lejos de encubrir su condición la exacerba. “Fake for Real. Non-Original Trophy” (Lo falso por lo real. El trofeo no-original) es el nombre de una obra que viene acompañada por un acta de escribanía que certifica eso mismo: que la obra es falsa.
El acta firmada el 23 de noviembre en la sede de AMIA (Pasteur 633) es, ya mismo, uno de los documentos más relevantes del arte argentino. A pedido de Miliyo y de Elio Kapszuk, responsable del programa Arte y Solidaridad de la mutual judía, fueron citados el joyero anticuario Gabriel Rabinovich, la encargada de la tienda de bijouterie Luna Garzón, el periodista Juan Pablo Varsky, el fabricante de trofeos Matías Mininni, Mirta Alicia Saldaña, dueña del local de comida al peso “El Avellano” donde utiliza a diario una balanza SYSTEL modelo CLIPSE 15 y el curador Rodrigo Alonso. Todos, desde su expertise, para certificar que la copa es fake excepto Alonso que asegura que se trata de una obra de arte contemporáneo. De algún modo, estos testigos calificados forman parte de esta estrategia del arte conceptual como actores secundarios de Miliyo y Kapszuck.
“Qué pasa si uno copia este objeto?”, se preguntó Miliyo cuando Kapszuk le comisionó una idea que reflexionara sobre la copa del mundo. “A partir de ahí pusimos todas las energías en trabajar sobre las ideas de original y copia en relación con la obra de arte ya que el trofeo en sí mismo es una escultura con atributos de belleza”, explica el artista que viene de presentar una serie de intervenciones sobre un poster popular de Maradona de 1981. “En lugar de ocultar la falsedad de la pieza quisimos resaltarla con los procedimientos habituales de la autenticación y convocamos a este grupo de expertos para que certifiquen su falsedad”.
En el texto que acompaña la falsa copa del mundo Kapszuk escribe: “¿Qué es falso? ¿Qué es original? Las respuestas no son las mismas si nos hacemos estas preguntas dentro del mundo del arte o fuera de él. ¿Es posible que un trofeo no original, certificado como tal, pueda convertirse en la obra original de un artista? Al final, ¿es verdad que el arte no se trata sólo de los objetos, sino también de las operaciones que los artistas hacen con ellos? ¿Cuál es el verdadero valor de algo? ¿Qué pasaría si, por un momento, sentenciáramos que todo lo que brilla es oro? Sería la primera campaña internacional para empoderar a todos los seres dorados”.
La copa de Miliyo parece, a la vez, un objeto conmemorativo de esa suerte de happening involuntario que terminó con la imagen más likeada de Instagram (75 millones en diciembre de 2022) en la que se veía a Messi sostener una copa del mundo (la tercera para Argentina) …falsa. Hay que contarlo de nuevo. Los hinchas argentinos Paula Zuzulich y Manuel Zaro llevaron a la final una réplica de la copa con el objetivo de que fuera firmada por todo el equipo. Luego de la angustiante definición por penales, la réplica de la copa por la que Zuzulich y Zaro esperaron seis meses estuvo más de cuarenta minutos dando vueltas hasta que pudieron recuperarla. En ese lapso, un fotógrafo inglés captó a Messi en esa imagen que se viralizó a la velocidad de la luz. Fue Angel Di María el que advirtió que no se trataba del trofeo de FIFA al advertir diferencias en la parte inferior. Los fabricantes, de todos modos, se habían esmerado. Tenía el mismo peso de la original y había sido realizada en resina y cuarzo en el interior con un baño de pintura símil oro.
El acta firmada en AMIA es también obra. Sin recurrir a la escritura legal como parodia provoca una inevitable mueca, lo cual demuestra la efectividad de la estrategia. Así van desfilando los expertos. De Carolina Scorofitz Garzón se lee que “(…) como especialista en piedras declara que la base de este trofeo no está compuesta por la piedra preciosa llamada malaquita, sino que ha sido reemplazada por un simple esmalte sintético, por lo tanto, certifica que estamos frente a una copa FIFA no original”. “Seguidamente”, dice el acta, “una persona que se identifica como Juan Pablo Varsky dice ser periodista y trabajar en los medios de comunicación hace más de treinta años (…) considera ser palabra autorizada para hablar sobre la Selección Argentina de Fútbol y dice que ha tenido el privilegio de palpitar con una cercanía envidiable la tercera estrella ganada por Argentina en el mundial del año 2022; en este sentido manifiesta que a simple vista se puede observar que estamos frente a una copa FIFA no original”. Acaso el summum de la estrategia sea el testimonio de Mirta Alicia Saldaña que con su balanza SYSTEL modelo CLIPSE 15 deja constancia que: “(…) habiendo pesado el trofeo en cuestión acredita que su peso es de 3,900 kg mientras que la original pesa 5,175 kg por lo tanto estamos frente a una copa FIFA no original”.
En el stand que AMIA presenta en Pinta también se verán obras de Liliana Porter y el maestro abstracto Pablo Siquier presentará una pelota mundialista intervenida con sus laberínticos diseños. Pero la obra de Miliyo pone el acento en la novedosa fiebre del soccer a partir de la incorporación de Messi al Inter de Miami. Un fútbol casi fake.
En contexto
Por Elio Kapszuk (Responsable del programa Arte y Solidaridad de AMIA)
En el año 2017, la AMIA creó el programa Arte y Solidaridad con el objetivo de generar recursos económicos para el desarrollo de programas a través de la venta de obras de arte. El primer proyecto se llamó Testimonio Contemporáneo y se trataba de una carpeta con seis serigrafías originales, firmadas, tituladas y numeradas por los artistas. El objetivo era poder representar el arte argentino a través de sus más importantes exponentes, que a su vez tuviesen un gran reconocimiento internacional para generar un abanico ecléctico y único que pueda representar un verdadero mapa sobre el territorio de las artes en nuestro país. Es por eso que fueron convocados Guillermo Kuitca, Eduardo Stupía, Liliana Porter, Jorge Macchi, Pablo Siquier y Nicola Costantino. La serie cuenta con 98 ejemplares. A partir de ahí, se fue incrementando la colección.
En el año 2021, se sumaron dos serigrafías de Liliana Porter, “Tres de ellos” y “Tres de ellos II”, que son dos obras que pueden formar un díptico, cuyo tiraje es de 48 ejemplares. En el año 2022, se incorporaron “El imprevisto (verde)”, “El imprevisto (rojo)” y “El imprevisto (azul)”, que pueden funcionar como tríptico, con un tiraje de 30 ejemplares por obra. Ese mismo año, Jorge Macchi realizó otra obra para la colección, “El mar”, con un tiraje de 85 ejemplares. Pensando especialmente en una acción vinculada al fútbol para incorporar al Espacio de Arte y Solidaridad durante la feria Pinta en Miami, la cual se desarrollaba en forma paralela al mundial de fútbol de 2022, es que decidimos hacer una intervención sobre pelotas de fútbol.
Fuente: Fernando García, La Nación