Desde esta primavera europea, presume con orgullo ser considerado el pueblo más bonito de Italia. Se trata de Tropea, una localidad calabresa bañada por aguas del mar Tirreno, elegida Borgo dei Borghi 2021 por los italianos, en un popular concurso organizado anualmente por la RAI.
Como hicieron también en su día los telespectadores de France 3, que coronaron Sancerre en lo más alto del Olimpo de los pueblos galos, millones de italianos sucumbieron ante los encantos de una localidad cuya belleza está fuera de toda duda.
Parada ineludible en cualquier ruta por la costa calabresa o destino perfecto para una escapada de desconexión, Tropea es una embriagadora combinación de mar, sol, arte, cultura, arquitectura, gastronomía y hospitalidad.
Santuario de Santa Maria dell’Isola, Tropea. Foto Shutterstock
La Perla del Tirreno
Conocido como la Perla del Tirreno, Tropea es un pueblo de la provincia de Vibo Valentia que no alcanza los siete mil habitantes, considerado la joya de la corona de la Costa degli Dei, la Costa de los Dioses italiana.
Lugar privilegiado, encaramado sobre una roca frente al mar, a caballo entre los golfos de Gioia y Santa Eufemia, se erige como un mirador panorámico con vistas al mar, en una bellísima estampa que desde hace siglos enamora a cuantos la contemplan.
Las calecitas de Tropea, Italia. Foto Shutterstock
Sus paisajes son una sucesión de playas de arenas blancas, aguas cristalinas y colinas cubiertas de vegetación típicamente mediterránea. Le separan un centenar de kilómetros de Mesina y unos 200 de Catania, ambos al sur; 325 kilómetros de Palermo, al suroeste, y 425 de Nápoles, al norte.
Si una imagen simboliza Tropea esta es la de la gran roca sobre la cual se levanta el santuario de Santa Maria dell’Isola, una vieja construcción que se asemeja a un castillo, a la que se accede por una pintoresca escalera excavada en la piedra.
Rodeado de vegetación, el paraje es de una belleza singular, aunque, una vez en lo alto, lo que fascina realmente es la vista que recorre el litoral, alcanzando las islas Eolias y las costas sicilianas, con los volcanes Estrómboli, Vulcano y Etna en el horizonte.
Tropea tiene playas públicas y privadas. Foto Shutterstock
Hora de ir a la playa
Las playas de Tropea atrapan por sus aguas turquesas y arenas blancas. Privadas, con reposeras y sombrillas de alquiler, o públicas -salvajes o abarrotadas- hay varias opciones para elegir.
La más popular, de aire caribeño, es conocida como Spiaggia della Rotonda, y se encuentra a los pies del santuario. No solo es la más hermosa de la localidad, sino que está considerada una de las más bonitas de Italia.
Otras playas ineludibles son la de Linguata, familiar, ideal para bucear; la de Oasi, que como su nombre indica, es un oasis tranquilo de arena dorada rodeado por paredes rocosas, o la de Petri i Mulinu. Esta última es una cala aislada situada muy cerca de la grotta dello Scheletro, una cueva marina singular.
El casco viejo. Foto Shutterstock
Casco antiguo
Frente al mar y en lo alto del acantilado, Tropea permanece hermoso, majestuoso, con un casco antiguo de callejones serpenteantes y calles y plazas adoquinadas, salpicadas de edificios históricos y locales que por la noche cobran vida.
Se accede al centro desde el paseo marítimo por una larga escalera. Se impone pasear para descubrir tesoros en forma de palacios aristocráticos -algunos de ellos reconvertidos en museos u hoteles-; visitar el duomo local, la catedral de Santa María Santísima de Rumanía, construida en piedra de toba y lava, o el antiguo palacio episcopal, actual Museo Diocesano.
Pero sin duda, lo que cautiva a quienes lo visitan son las espléndidas vistas. Diversos miradores, como el de la plaza del Cañón o el de Affaccio del Corso permiten desafiar al vértigo y contemplar panorámicas de auténtico lujo.
Cebollas moradas de Tropea, Calabria, Italia. Foto Shutterstock
La gastronomía local
Uno de los grandes placeres del pueblo más bonito de Italia es la gastronomía, con platos sencillos a base de pescado, cocinados con productos típicos de la zona, junto a especialidades calabresas más contundentes.
Es el caso de las bruschette, rebanadas de pan tostado untadas con n‘duja, (carne de cerdo) o con sardella, la típica salsa de sardinas, embutidos, y condimentos para la pasta.
Pero si hay un ingrediente que destaca por encima de los demás es la cebolla de Tropea. De sabor dulce y con su característico color rojo-morado, está considerada una de las mejores del mundo, por lo que es usada en la elaboración de todo tipo de platos y también con fines curativos.
Sus leyendas
Los orígenes de Tropea están envueltos en fascinantes leyendas. La más extendida de todas ellas tiene a Hércules como protagonista.
Y es que según viejos relatos, fue este dios, hijo de Júpiter quien, tras haber liberado Calabria de los gigantes, o mientras buscaba el Toisón de Oro con los Argonautas, fundó la localidad. Este argumento explica, según los locales, porque su nombre original fuera Forum Herculis.
Más allá de las leyendas, lo cierto es que cuantos visitan Tropea descubren en su belleza un pueblo digno de dioses; un rincón calabrés que sorprende, hechiza y enamora a partes iguales.
Magda Bigas
Fuente: La Vanguardia, Clarín