La mezquita de Santa Sofía, un Patrimonio de la Humanidad de la Unesco R. Hackenberg – The Image Bank
Situada en Estambul, la ciudad más poblada de Turquía, Santa Sofía -el emblemático monumento convertido en mezquita- es una de las atracciones más importantes la región, que atrae a cientos de turistas día tras día. En este marco, y para garantizar su preservación, las autoridades comenzaron a cobrar una entrada de 25 euros (lo que equivale a unos US$27) a los turistas que quieran ingresar y conocer el histórico lugar que antes del 15 de enero era accesible de forma gratuita.
Con más de 1600 años de antigüedad, la antigua basílica cristiana fue nombrada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y recibe alrededor de 3,5 millones de visitantes cada año. Es por esto que el organismo especializado de las Naciones Unidas recomendó la implementación de un Plan de Gestión de Visitantes, que no sólo incluye el cobro de una entrada a aquellos que no sean devotos a partir del pasado 15 de enero, sino que, además, se instalaron cámaras de seguridad, sistemas de detección de incendios y comunicaciones de emergencia.
El Ministro de Cultura y Turismo, Mehmet Nuri Ersoy, aseguró al portal Greek Reporter que esta medida debería “agilizar el flujo de visitantes, reducir la masificación y proteger la importancia histórica y cultural de Hagia Sophia”.
Pese a estas implementaciones, algunos expertos consideran que el flujo de visitantes podría ser perjudicial para el ícono de la ciudad. El historiador turco Ilber Ortayli aseguró que incluso la visita de entre 20.000 y 30.000 personas al año (lo que significaría reducir fuertemente el número que ingresa actualmente) representa un riesgo de dañar la mezquita. Según sus cálculos, la atracción debería cerrarse por restauración para todo el público, ya que su función como lugar de culto estaba acentuando su ya precaria condición.
La mezquita de Santa Sofía
Fundada en el año 537, funcionó como catedral ortodoxa bizantina de rito oriental de Constantinopla hasta 1453 (excepto entre 1204 y 1261, cuando fue reconvertida en catedral católica de rito latino por las cruzadas), cuando fue convertida en mezquita. Luego, el entonces presidente Mustafa Kemal Ataturk la abrió como un museo, al que se podía acudir para conocer más sobre su historia y la de la región; hasta que en julio de 2020 fue transformada nuevamente en mezquita.
Famosa por su enorme cúpula, Santa Sofía está considerada como el epítome de la arquitectura bizantina, y se dice que “cambió la historia de la arquitectura”, ya que fue la catedral con mayor superficie del mundo durante casi mil años. El diseño es obra del arquitecto y físico Isidoro de Mileto, y del matemático y arquitecto Antemio de Tralles.
Debido a su gran importancia arquitectónica, Santa Sofía sirvió como modelo para muchas otras mezquitas otomanas, como la mezquita del Sultán Ahmed, la mezquita de Sehzade, la mezquita de Solimán, la mezquita Rüstem Pasha y la mezquita Kiliç Ali Pasha.
Fuente: La Nación