El Palacio Barolo, increíble obra arquitectónica enclavada en el corazón de la tradicional Avenida de Mayo, cumple 100 años. Sin dudas se trata de uno de los edificios más hermosos de la Ciudad de Buenos Aires. La imponente construcción es un deleite para la vista y está rodeada de historias increíbles.
La celebración por el centenario se llevó a cabo este viernes 7 de julio y contará con un programa especial de actividades artísticas y culturales en la que se destacó la presentación de Martha Noguera, pianista de reconocimiento internacional y presidenta de la Fundación Chopiniana Argentina.
Los 100 años del edificio más emblemático de la Ciudad de Buenos Aires es un momento a recordar.
El evento comenzó a las 19:00 con la proyección de un video homenaje a la historia del Palacio Barolo. Para esta ocasión serán colocadas pantallas en la planta baja del edificio con el fin de que todos puedan disfrutar del material histórico audiovisual. A continuación, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires entregó una placa conmemorativa a representantes del primer rascacielos latinoamericano.
Posteriormente, Martha Noguera ofreció un selecto repertorio dedicado al extraordinario Federico Chopin. La concertista se manifestó “muy honrada por haber sido invitada” para realizar “el Concierto en el día del Centenario” del Palacio Barolo.
“Es un sentimiento de orgullo para mí, unido a la admiración que provoca la magnificencia arquitectónica del Palacio y la genialidad de su inspiración en la poesía, dado que hace referencia y homenaje a la Divina Comedia de Dante Alighieri”, remarcó la concertista.
Sobre su presentación en los festejos del centenario destacó que eligió “un programa sobre Chopin -compositor icono de la composición pianística universal-, que es amado por todos los públicos”.
“Además, en mi carrera internacional la interpretación de sus obras me ha proporcionado grandes reconocimientos entre los cuales destaco el inmenso honor de haber sido condecorada por decreto del señor presidente de Polonia en 2000 con la Gran Cruz de Caballero, en mérito al éxito obtenido en varios escenarios de Europa y también en Argentina, con la interpretación de la obra completa para piano ( 176 obras) del compositor polaco”, remarcó quien desde el 2001 es la Presidenta Fundadora de la Fundación Chopiniana de Argentina.
En la destacada trayectoria de la pianista figuran tanto recitales solistas como en destacadas orquestas a cargo de reconocidos directores de América, Europa, Asia y África. Su repertorio es asombroso, incluye las versiones completas de la Integral de las 32 sonatas para piano de Beethoven, la obra de Maurice Ravel y del propio Chopin. Además, ha dedicado gran parte de su carrera a dictar cursos magistrales en Suiza, España e Italia.
El Palacio Barolo, ícono porteño
El Palacio Barolo fue declarado en 1997 monumento y patrimonio histórico de la Ciudad de Buenos Aires y posee diversas singularidades que lo hacen único en el mundo. Fue el edificio más alto de Argentina durante más de una década, hasta que se inauguró el Kavanagh en 1936. Incluso superó hasta cuatro veces las reglamentaciones de altura llegando su coronamiento a los cien metros sobre la Avenida de Mayo.
Los creadores del Palacio Barolo fueron el arquitecto Mario Palanti y el empresario Luis Barolo, ambos de origen italiano, se conocieron durante el centenario de la Revolución de Mayo.
Uno y otro sentían profunda adoración por la figura de Dante Alighieri y construyeron en su homenaje este edificio lleno de analogías a la Divina Comedia. Inaugurado en 1923, fue el primer rascacielos de Latinoamérica. Es una pieza indispensable de la arquitectura porteña, con un aspecto que rompió todos los moldes de la época. Ya desde sus inicios, el Barolo llamó la atención. El edificio se puede categorizar dentro del movimiento «art nouveau«, pero tiene detalles de arquitectura gótica y neorromántica. Además, fue construido utilizando la técnica del hormigón armado, un método moderno para su época. La cúpula, por su parte, está inspirada en el templo Rajarani Bhubaneshvar, de la India. «Rascacielos latino»: así resumió su estilo ecléctico su autor.
Al mirador se accede por una escalera caracol y subirla tiene su recompensa: se disfrutan vistas panorámicas de la ciudad de Buenos Aires, en cada uno de los balcones que rodean los 360 grados del mirador. El faro, ubicado en el último nivel del Paraíso, representa a los Nueve Coros Angelicales y sobre él se alinea la constelación de la Cruz del Sur con el eje del Palacio Barolo en los primeros días de junio.
La historia del Barolo está llena de anécdotas épicas y excepcionales. Desde los detalles de su creación hasta los esfuerzos y perseverancia de un consorcio que pudo generar aliados para lograr diversas puestas en valor que tuvieron su hito en el 2010 cuando la luminaria del Barolo fue declarada Faro del Bicentenario Argentino. Incluso el llegar a tener visitas guiadas todos los días de la semana es, en sí mismo, un acto de gallardía porque los recorridos comenzaron hace casi veinte años cuando el edificio no tenía la asombrosa presencia que hoy todos disfrutamos.
Los eventos artísticos en la planta baja del edificio fueron, también, los que potenciaron la visibilización del Barolo acercándolo al público y llamando la atención de empresas que colaboraron en su transformación. Y dado que la cultura salvó al Barolo, es a través de ella que se celebra su centenario.
Sobre la Fundación Los Amigos del Palacio Barolo
Tomas y Miqueas Thärigen forman parte de la Comisión Directiva como Presidente y Secretario, respectivamente. Estos hermanos tienen una profunda conexión con el edificio que se remonta a su bisabuelo Carlos Jorio, quien fue parte del Barolo desde los primeros años de su creación. Esta fuerte vinculación continuó luego con su abuela Amelia, la cual realizó y donó la réplica de la escultura Ascensión (la pieza original fue robada antes de llegar al edificio a inicios del siglo XX).
Perteneciendo a un linaje que aboga por el proteccionismo del Barolo, se dedicaron los últimos años a rastrear la escultura original entre locales de antigüedades de toda la provincia de Buenos Aires. Finalmente, la ubicaron y recuperaron su base, aquella que tiene la firma de Palanti, junto a la leyenda “Trieste 1919″. Esta escultura es una reliquia de nuestra historia ciudadana y actualmente se exhibe en la Oficina Museo del edificio en el séptimo piso.
Desde su labor de gestores culturales, Tomás y Miqueas, tienen la misión de lograr que los argentinos conozcan la majestuosa singularidad del Palacio Barolo. Llevan desde hace décadas múltiples actividades y acciones de difusión en pos de visibilizar al edificio y así establecerlo como un referente arquitectónico de la Ciudad de Buenos Aires.
A través del tiempo, fueron captando la atención de la población y los medios de comunicación: La campaña sanitaria “Iluminate” fue una de las primeras acciones que posicionaron al Palacio Barolo a nivel internacional y cuenta con el auspicio de LALCEC.
Los aniversarios del edificio también formaron parte de las producciones que llevaron adelante los hermanos Thärigen. Renombrados artistas participaron en cada cumpleaños que se organizó para celebrar a este patrimonio histórico que continuaba más vigente que nunca en el cariño de la gente.
A partir de estas acciones, y la entusiasta respuesta del público, nació la idea de encauzar sus actividades de gestores culturales del edificio, creando una Fundación que permitiera canalizar de manera más precisa la multiplicidad de eventos y alianzas que otorgan una mayor difusión del Palacio Barolo como patrimonio histórico y edificio emblemático de Argentina, tanto a nivel nacional como internacional.
La entrada es libre y gratuita a la planta baja del edificio.
Los cupos son limitados y el ingreso es por orden de llegada.
Organiza: Fundación Los Amigos del Palacio Barolo