La llegada al ápice del Obelisco. La pequeña habitación con cuatro paredes que se encuentra en lo más alto tiene 3,5 x 3,5 metros y su cúspide es roma. Sobre ella se encuentra un pararrayos, cuyos cables corren por dentro. (Foto: Adrián Escandar)
Los preparativos para la trepada. Miembros de Defensa Civil acompañaron al equipo de Infobae que registró cómo es el interior del Obelisco (Foto: Adrián Escandar)
Las medidas de seguridad fueron extremadas: cada uno llevaba casco, arnés y guantes. El equipo de Defensa Civil subió primero para asegurar con cuerdas la escalada. (Foto: Adrián Escandar)
Los miembros de Defensa Civil alistando todo para comenzar a subir la escalera, que es recta y está ubicada en una de las esquinas del monumento. Existe una sola puerta de ingreso ubicada en la cara oeste, mirando a la avenida Corrientes. (Foto: Adrián Escandar)
La altura total del Obelisco porteño es de 67,5 metros. (Foto: Adrián Escandar)
Comienza la trepada. En su base el Obelisco tiene 6,80 metros por lado. (Foto: Adrián Escandar)
La escalera de hierro es recta y consta de 206 escalones. Existen 7 descansos cada 8 metros y uno a 6 metros. El tiempo promedio para alcanzar su cima es de 15 minutos (Foto: Adrián Escandar)
A unos 40 metros de altura se encuentra el descanso principal, que rodea todo el monumento. Un miembro de Defensa Civil corrobora que la subida se efectúe en forma segura. (Foto. Adrián Escandar)
Uno de los consejos que dieron los hombres de Defensa Civil para encarar la trepada y no tener vértigo fue «mirarse las manos únicamente en cada escalón» (Foto: Adrián Escandar)
En la construcción del Obelisco trabajaron 157 obreros. Se utilizaron 680 m3 e cemento y 1.300 metros de piedra calcárea blanca traída desde la provincia de Córdoba. (Foto: Adrián Escandar)
La construcción estuvo a cargo de la compañía alemana GEOPE (Compañia General de Obras Públicas del Estado), que erigió, además, la Galería Güemes, el Correo Central, el estadio La Bombonera del club Boca Juniors y la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. El costo total fue de 200 mil pesos moneda nacional de entonces, unos U$S 14.200 en aquel momento. Hoy, equivaldrían a $24.000.000. (Foto: Adrián Escandar)
El Obelisco pesa 170 toneladas. En su interior, se encuentra una caja de hierro empotrada que guardaría una foto del jefe de máquinas de la construcción y una carta destinada a quienes lo demuelan. (Foto: Adrián Escandar)
Un miembro de Defensa Civil, atento a ayudar a los que llegan a la cúspide. Toda la tarea de puesta en valor del emblema porteño estuvo a cargo de CEPRARA (Cámara de Empresarios Pintores y Restauraciones Afines de la República Argentina). (Foto: Adrián Escandar)
Desde la cara sur del ícono porteño se divisa el chalet de Rafael Díaz, un mueblero de Banfield que tenía su local en ese edificio. Lo mandó a construir en la terraza para almorzar y dormir la siesta. Se terminó en 1927, antes que el Obelisco fuera erigido. (Foto: Adrián Escandar)
La cara sur del Obelisco: a la izquierda, la avenida Roque Saenz Peña (Diagonal Norte) en su trayecto hasta Plaza de Mayo. Y por la 9 de Julio, la vista se pierde más allá de Constitución, sólo interrumpida por el edificio de Obras Públicas. (Foto: Adrián Escandar)
La vista de la bandera nacional y las iniciales de la ciudad de Buenos Aires, ubicadas bajo la fachada norte. En ese sitio, la enseña patria se enarboló por primera vez en la ciudad el 23 de agosto de 1812, como se inscribió en una de sus fachadas (foto: Adrián Escandar)
Este año se hizo una puesta en valor del Obelisco, con un hidrolavado de la estructura, retiro de vegetación y revoque mal adherido y pintura de la fachada, que insumió 310 litros de color piedra París y una mano previa de pintura antigraffitti. (Foto: Adrián Escandar)
Fuente: Infobae