El 20 de diciembre del 2001 se inauguraba en Puerto Madero un nuevo y moderno ícono porteño: el Puente de la Mujer del célebre Santiago Calatrava Valls. Lo habían trasladado en partes a través del Océano Atlántico; era una mole de 1000 toneladas de acero y hormigón blanco que representaba a una mujer bailando tango.
Sin embargo, durante años lució en mal estado, despintado, y con las maderas del deck rotas, lo cual complicaba cruzarlo a pie. Para revertir esta situación el Gobierno porteño está abocado a las tareas de una puesta en valor integral de uno de los sitios más visitados de Buenos Aires.
“Estaba muy deteriorado, especialmente el piso, con maderas totalmente corroídas. Lo vamos a reemplazar por un solado de madera reciclada que es más resistente y conlleva menor mantención. En la ciudad es la primera vez que realizamos un trabajo de tan gran magnitud con ese material”, dijo a LA NACION Clara Muzzio, ministra de Espacio Público e Higiene Urbana, durante una recorrida a lo largo del puente giratorio peatonal. Allí se observa como los operarios trabajan a lo largo de una extensión de 820 metros cuadrados.
Luego de retirar las maderas viejas se procede al hidrolavado y posterior pintura destinada a proteger la estructura. Finalmente, se coloca el nuevo piso sustentable fabricado a partir de la recuperación de 100.000 botellas PET, es decir de plástico reciclable, las cuales contienen plásticos de un solo uso en su interior. Son las llamadas “botellas de amor” recolectadas por los vecinos. Fueron necesarias dos piletas olímpicas llenas de este tipo de envases para obtener la nueva madera plástica del Puente de la Mujer.
En cuanto a los beneficios de este entablonado, Lucrecia Panizoni, subsecretaria de Mantenimiento Urbano, explica que “a diferencia del anterior se van apoyando los listones directamente en el piso, no posee tornillos ya que se oxidan. Además, no se ensancha con el agua y soporta la humedad”.
Los trabajos tienen una duración de 23 días, lo realizan 20 operarios en forma rotativa y estarán listos el 8 de enero. “Ese día esperamos poder inaugurar las obras. Luego nos abocaremos a pintar el mástil blanco con pintura donada por una empresa para abaratar costos”, agregó Muzzio. El mástil posee 40 metros de alto y para realizar dichas tareas será necesario contar con grúas especiales instaladas dentro del agua.
Las maderas que se retiran, dependiendo de cuál sea su estado se enviarán al Centro Piedrabuenarte en Lugano, a donde llegarán las que están en mejor estado para fabricar un piso de danza en el centro cultural; al Centro de Compostaje Indoamericano, que recibirá las maderas en buenas condiciones para hacer composteras o al Centro de Reciclaje de la Ciudad a donde llegarán las rotas, astilladas, o en mal estado para reciclarlas en su planta de Chipeo.
En cuanto al sistema de rotación del puente, compuesto por 20 motores que hacen que gire sobre sí mismo para que todos los miércoles pasen embarcaciones a través del Dique 3, el Ministerio informó que se hace un mantenimiento mensual regular. El sistema hidráulico y eléctrico funcionan correctamente, agregaron.
Patrimonio cultural
Puerto Madero, en la Comuna 1, es el barrio más nuevo de Buenos Aires, y el Puente de la Mujer es su emblema. Es una pasarela por la cual pueden caminar 120 personas por minuto al mismo tiempo y está a mitad del espejo de agua del Dique 3, que une las orillas este y oeste. En 2018 la Legislatura porteña lo declaró Patrimonio Cultural de la Ciudad.
Fue diseñado por el arquitecto español Calatrava. Fue su primera obra en América Latina, seguida por el Museu do Amanhã en Río de Janeiro. Representa a una pareja bailando tango debido a que el mástil se proyecta hacia el cielo en diagonal, haciendo las veces del hombre. Sus brazos son los 19 tensores que a su vez con una leve curva simbolizan al cuerpo femenino.
Calatrava diseñó varios puentes y, según los expertos, el porteño es el primero de su serie giratoria. Es muy parecido al Samuel Beckett, de Dublín, Irlanda, y al Puente del Alamillo, en Sevilla, España.
A finales de la década del 90, cuando el arquitecto recibió el encargo, pidió que le enviaran discos y videos de tango para poder diseñar una estructura que imitara una pareja bailando. Sin embargo, nunca vino a Buenos Aires. Envió su majestuosa obra en barco desde Bilbao, España. Aquí fue ensamblado e instalado por el ingeniero Claudio Breuning quien en el 2019 alertó sobre el mal estado del puente.
Breuning, gerente de proyectos de Puerto Madero Este, dijo que en la actualidad el sistema de ingeniería “funciona bien, caso contrario no giraría”. En cambio, cuestionó el nuevo piso: “No tiene nada que ver con la obra original tal como la pensó Calatrava. Deberían poner el mismo tipo de madera que estaba antes”.
Fuentes del Gobierno porteño respondieron que para cada puesta en valor y renovación se buscan opciones amigables con el medio ambiente. “En ese sentido conseguir tantas botellas plásticas es parte de la economía circular a la que estamos apostando”, dijeron.
Alberto González fue el empresario que lo mandó a construir y se lo donó a la Ciudad. Lo hizo cuando era dueño del Hotel Hilton y miembro de la Corporación Antiguo Puerto Madero, encargada de transformar el Dique 3. Lo bautizó Puente de la Mujer, como homenaje a su esposa e hijas, por un lado, y, por el otro, debido a que las calles de la zona conmemoran a mujeres luchadoras de nuestra historia.
“Este puente es símbolo de la mujer, del tango y de una de las zonas turísticas porteñas por excelencia. Estamos felices de empezar a poner en valor uno de los lugares más representativos y visitados de la Ciudad”, dijo Muzzio.
Según Breuning, González donó para el puente “10 millones de dólares”. No pudo verlo instalado, ya que murió el 25 agosto de 2001, un día después de ser montado. Se comenzó a construir en 1998. La inauguración fue el 20 de diciembre de 2001, una fecha muy triste para la Argentina ya que muy cerca de ese sitio, ese día, cinco personas fueron asesinadas por la represión policial en Plaza de Mayo.
Al puente se lo ubicó en línea con el llamado Eje Cívico de la Ciudad, un trazado que va desde el Congreso Nacional hasta Casa Rosada. En la actualidad forma parte del Espacio Público porteño.
Por Virginia Mejía
Fuente: La Nación