El Gobierno duplicó la superficie protegida con seis nuevas áreas en Córdoba, Tucumán, Buenos Aires, Corrientes y el Mar Argentino Austral. Este logro estuvo acompañado con un número histórico de turistas: más de 4 millones de personas viajaron a conocer los Parques Nacionales de nuestro país.
Sin embargo, estas cifras esconden una disparidad que se arrastra durante todas las gestiones. Iguazú, Los Glaciares y Nahuel Huapi concentran el 65% de visitas de todos los Parques Nacionales de nuestro país. Es decir que tan solo tres áreas atraen al grueso de turistas, mientras que las 35 restantes permanecen fuera del radar.
En la Argentina, la superficie protegida a cargo de la Administración de Parques Nacionales para los ecosistemas terrestres es del 1,53% (4.295.411 ha) del territorio. Para los marinos, del 6,50% (10.423.010 ha). En total, se trata de 48 áreas protegidas nacionales que abarcan 14.732.264 hectáreas del país y que se distribuyen entre las 18 ecoregiones de la Argentina.
El Parque Nacional Iguazú es el más visitado. En 2018, más de 1 millón y medio de turistas visitaron las Cataratas, un 28% más que hace 4 años. Es más del doble de las visitas que recibió el segundo parque preferido: Los Glaciares (687.190). En los primeros siete meses de este año, Iguazú ya recibió más de un millón de personas. Pero a diferencia de lo que ocurre con casi todos los parques, son más los extranjeros que visitan Iguazú que los adultos argentinos.
Iguazú se convirtió en un Parque Nacional en 1934 a través de la ley 12.103. En 1984 fue designado patrimonio mundial de la humanidad por Unesco. Además, el parque de 67.620 hectáreas conserva una muestra de la ecorregión de la selva paranaense, que es la de mayor biodiversidad de nuestro país. Sus Cataratas son una de las nueve maravillas del mundo.
Misiones es subtropical, sin estación seca, con máximas de 33 °C en verano y mínimas de 10 °C en pleno invierno. Lo ideal es viajar en estaciones intermedias Crédito: Inés Auquer
Gustavo Santos, secretario de Turismo de la Nación, dice que Iguazú es el «parque estrella» y explica que el crecimiento abismal en el número de visitas tiene su raíz en las políticas de cuidado y preservación de Mauricio Macri , el incremento de la conectividad aérea, la facilitación de los visados. También señala a la que considera su exitosa campaña de promoción digital denominada «Descubre tu naturaleza».
«Hoy nuestros esfuerzos están puestos en el ecoturismo, porque permite y potencia el desarrollo económico local, evita la migración a centros urbanos, genera arraigo y fortalece los valores culturales. El turismo hoy es sustentable o no es turismo. Ya nadie puede concebir un turismo que no preserve recursos naturales. De hecho, en diez años el principal ingreso de divisas por turismo lo generará el turismo de naturaleza», explica Santos.
La laguna de los tres en el Parque Nacional Los Glaciares Crédito: Pablo Castagnola
Detrás de Iguazú se encuentra Los Glaciares, ubicado al sudoeste de Santa Cruz. Posee 726.927 hectáreas, es el más extenso del Sistema Nacional de Áreas Protegidas y recibió 688.776 visitas promedio por año. El parque fue creado para preservar la extensa área de hielos continentales y glaciares del bosque andino-patagónico austral, además de muestras de la estepa patagónica. En los primeros cinco meses de este año el parque recibió 401.936 visitas, un 10% más que el mismo período del año pasado.
Más abajo figura el parque Nahuel Huapi, que tan solo en los primeros cinco meses de este año recibió más de la mitad del total de sus visitas en el 2018. Este parque nacional es el primero del país y su origen se remonta al año 1903. Posee 710.000 hectáreas ubicadas en Neuquén y Río Negro y cuenta con dos villas: Mascardi y Traful. A diferencia de Iguazú y Los Glaciares, los adultos y estudiantes argentinos son los que más visitan el parque.
Pero no todos los parques comparten esta misma suerte. Hay dos parques nacionales en particular, Copo y San Guillermo, que tienen en promedio solo 100 visitas por año. De hecho, el año pasado solo tuvieron 26 y 23 visitas, respectivamente. El Parque Nacional San Guillermo está ubicado en el norte de la provincia de San Juan y fue creado en 1998 por la ley 25.077. Posee una superficie de 166.000 hectáreas en las que se entremezcla la porción más austral de la eco-región de la Puna con los Altos Andes. Mientras que Copo está ubicado en Pampa de los Guanacos en Santiago del Estero y fue creado en el año 2000.
Kristine Tompkins, la embajadora de Áreas Protegidas de la ONU y líder de la Fundación Tompkins Conservation, reclama que «se necesita emparejar el nivel de manejo. Algunos parques suelen tener mucho apoyo, otros no tanto» y profundiza sobre la importancia de mantener las visitas activas en todos las áreas: «Sin el cuidado y la atención de los ciudadanos, un parque puede existir, pero pronto se pudrirá. Los argentinos deben entender que su futuro está atado a los parques nacionales y defenderlos».
Desde Parques Nacionales, el vicepresidente y activista ambiental, Emiliano Ezcurra, admite que «el techo todavía está muy lejos. Cuando se crea un sistema, se debe vestirlo de forma gradual, hay que generar accesos, los pueblos tienen que estar preparados para responder. El pueblo más cercano del Parque Nacional Talampaya ni siquiera tenía cajero automático y hoy puede tener 50.000 visitas porque nos aseguramos de instalarlo y mejoramos su infraestructura. Se hizo muchísimo, pero queda mucho más para exprimir».
En el caso específico de San Guillermo, Ezcurra explica que la baja en cantidad de visitas se debe al «acceso complicado» con caminos de cornisa de anchos variables y pendientes pronunciadas y al clima frío y seco con gran amplitud térmica diaria. En invierno las mínimas llegan a -15°c con nevadas habituales. En verano, las lluvias y los deshielos cordilleranos dificultan el acceso. Además, el mayor conflicto es que «los accesos se encuentran por fuera de la jurisdicción de la Administración de Parques Nacionales», entonces se debe coordinar con el municipio, la provincia y vialidad nacional, algo que todavía no se concretó. Lo mismo ocurre con el Parque Nacional El Rey.
En cambio, en el Parque Nacional El Copo ya se están llevando adelante medidas para revertir la tendencia en caída de visitas. Desde 2018, el parque se encuentra cerrado por las obras de reacondicionamiento de los senderos y las áreas de uso público.
Ante la consulta sobre la extensa duración de la obra, Ezcurra manifesta: «En El Copo y Ciervo de los Pantanos, las obras de recepción de los visitantes todavía deben ser completadas. El teatro Colón estuvo cerrado mucho tiempo y nadie cuestiona todo el trabajo que se hizo para ponerlo a la altura de uno de los mejores del mundo. Las obras se están haciendo y la Auditoría General de la Nación las controla».
Desde la Secretaría Nacional de Turismo, Gustavo Santos considera que mientras la concientización sobre el cuidado de la naturaleza y la creación de servicios en los parques continúe, la brecha de disparidad será reducida. Además, sostiene que «la dificultad está en hacer entender a la población que el ser humano tiene que ser el principal benefactor de la preservación. Las áreas protegidas no pueden ser concebidas solo como áreas de reserva y preservación sino que deben contemplarse también como lugares de disfrute y motores de la economía».
A su vez, Santos busca transformar la desigualdad de visitantes en oportunidad de negocio: «El turismo, como cualquier fenómeno de desarrollo, es progresivo. No todos los destinos crecen con la misma intensidad. Primero hay que consolidar los destinos más visitados, porque todavía tienen mucha capacidad de carga. De forma progresiva, se incorporan las nuevas ofertas. Un país tiene que estar permanentemente ofreciendo nuevas alternativas y productos a sus clientes».
Kristine Tompkins aconseja que la única forma de revertir esta disparidad y activar el compromiso ciudadano con la naturaleza es a través de educación y activismo. «Los argentinos no son grandes mochileros. No les interesa ir a los Parques Nacionales durante las vacaciones. Eligen destinos como Punta del Este o Miami. Es algo cultural». Y agrega: «Sabemos que el compromiso no se fabrica de un día para otro, requiere mucha campaña turística e inversión por parte del Gobierno».
Fuente: La Nación.