La ciudad del escritor Manuel Puig», como reza un cartel en la entrada de General Villegas, perdió la casa donde nació uno de los grandes novelistas argentinos. Esta mañana se conoció la noticia de que la vivienda donde nació el escritor Manuel Puig el 28 de diciembre de 1932 había sido demolida. El portal de noticias Distrito Interior, que difunde información local, advirtió que la edificación estaba deshabitada y su estructura, deteriorada, con techos caídos y pisos hundidos. El trabajo de demolición comenzó el sábado y hoy se compartieron en redes sociales imágenes de las ruinas de la casa natal del autor de La traición de Rita Hayworth. Ubicada en la calle Arenales, en pleno centro de la localidad bonaerense, no contaba con ninguna placa recordatoria; sin embargo, en la plaza principal de Villegas, un plano destaca esta dirección entre los lugares donde vivió Puig.
«La casa no tenía ningún tipo de protección legal -contóN Patricia Bargero, reconocida promotora de la obra de Manuel Puig-. Desde la Asociación Civil Te Queremos Tanto intentamos comprarla, pero era imposible de pagar; aunque no era una casa muy grande, la suma en dólares era muy difícil de conseguir. Fue un golpe ver que la tiraron abajo en un fin de semana». Dentro del recorrido por los sitios de interés que se hace en la ciudad, la casa natal del genial autor de Boquitas pintadas era un punto obligado.
Según LA NACION pudo saber, el actual intendente de la Municipalidad de General Villegas por Juntos por el Cambio, el médico Eduardo Campana, había prometido que se encargaría de negociar con la familia Grosso, a la que pertenece el inmueble; uno de los hijos del propietario, Guillermo Grosso, es, a su vez, subsecretario de Gobierno de General Villegas. Un detalle irónico, que tal vez hubiera divertido a Puig, y que trascendió hoy, es que las rejas, ventanas y otros elementos que se rescataron de la demolición serán donados a la municipalidad. Este diario intentó comunicarse sin éxito, por ahora, con el intendente Campana, que va por su segundo mandato.
Manuel Puig vivió en la casa de la calle Arenales hasta los seis meses. Luego, la familia necesitó más espacio y se mudó a un lugar más amplio, en la misma manzana, sobre la calle San Martín. Allí vive Bargero desde hace veinte años, después de comprar la vivienda en 1998. La familia Puig, antes de abandonar General Villegas rumbo a la ciudad de Buenos Aires, vivió en una casa de la calle Rivadavia, que hoy tampoco existe. Algunos carteles con el rostro del autor fueron vandalizados en varias ocasiones en General Villegas y en 2016 aparecieron pintadas con la leyenda «Maldición eterna a quien lea», en alusión a la novela Maldición eterna a quien lea estas páginas. «No todo el mundo quiere a Puig en Villegas», indicó Bargero.
Este año se cumplieron treinta años de la muerte de Puig, en Cuernavaca, México. Curiosamente, fue una universidad brasileña la que se ocupó de organizar un homenaje al creador de Boquitas pintadas. La Jornada Virtual Internacional «30 años sin Manuel Puig», fue una iniciativa del Programa de Postgrado en Estudios de Lenguaje de la Universidad Federal de Mato Grosso. Entre otros especialistas en la obra puiguiana participaron Graciela Goldchluk, Julia Romero, José Amícola, Lionel Souquet, Juan Ferreira Fiorini y Patricia Bargero, que trabaja en un libro sobre la vida del escritor. En General Villegas, cada dos años, octubre es el mes en que se homenajea a Puig; este año, por la pandemia la Asociación Civil Te Queremos Tanto y la Biblioteca Pública Popular y Municipal «Domingo F. Sarmiento» realizarán varias actividades virtuales para recordar al autor de Cae la noche tropical.
Fuente: La Nación