Cerca del famoso «Barrio Chino», en Barrancas de Belgrano, si se camina por dentro del parque, en dirección a la esquina de la calle La Pampa y la avenida Virrey Vértiz, pasando la calesita y los juegos para niños, aparece con la antorcha en la mano la Estatua de «la Libertad» porteña.
La nuestra es una versión mini-me: mide casi tres metros mientras que la americana 93. Pero fue realizada por el mismo escultor que hizo la de Nueva York: el francés Frédéric Auguste Bartholdi. Es más, la pequeña fue inaugurada antes que su «melliza» famosa.
La Libertad
La obra, recostada sobre la calle La Pampa, se yergue sobre un basamento de piedra, y representa a una mujer en marcha en cuya mano derecha porta una antorcha simbolizando «La luz de la libertad por el mundo», mientras sobre su brazo izquierdo reposa el texto con la declaración de la Independencia. A sus pies, una cadena rota representa la «ruptura con los lazos de la tiranía».
La estatua original fue donada por Francia a los Estados Unidos, en 1886 al cumplirse el centenario de su independencia. La nuestra fue comprada por la municipalidad.
El downgrade, además del tamaño, se nota en el material de construcción. La de USA es de bronce. La nuestra es de hierro fundido, pintado color bronce.
Pero tampoco es una baratija, según explica Elisabeth Robert-Dehault en su libro «Fundiciones de arte francesas del siglo XIX»: la réplica se inscribe en la etapa de la modernidad donde se vincula el arte y la tecnología o «lo bello dentro de lo útil».
Dónde encontrarla
En Barrancas de Belgrano, hay personas haciendo ejercicio con su personal trainer,gente paseando sus perros y vecinos simplemente disfrutando del verde. Pero la estatua no se ve a simple vista, parece que estuviera escondida.
Si se camina desde la calle Juramento, la zona está tapada por bastante vegetación. Hay que acercarse hasta casi 10 metros para poder divisarla.
Lo mismo pasa, si se la busca desde abajo, sobre la calle La Pampa. Haciendo un esfuerzo se ve pequeña. Pero está en una colina, apunta al cielo y mira desde lo más alto de la barranca…con aires de su prima más conocida.
«Es una bizarreada total», cuenta Rosario de 33 años, al ser consultada por LA NACIÓN sobre la obra. Dice que vivió hasta los 25 años enfrente a la plaza y recién a los 20 supo que estaba «La Libertad» a pocos metros. La conoció por un «safari fotográfico» que hicieron con amigos y se ríe mientras lo cuenta. «Es que soy arquitecta, y todo lo que se parezca a Las Vegas me causa gracia». No todo es NY en BA.
¿No sabía de su existencia?, el dato no es muy conocido, ni para los que viven en Belgrano.
«Viví toda mi vida acá y nunca supe hasta hoy que existía una Estatua de la Libertad», dice un colega periodista que se encontraba haciendo quehaceres domésticos mientras cruzaba la plaza.
«Si, claro que la conozco. Yo la descubrí una vez que jugamos con mis hijos al juego de ‘encontrar el tesoro’, eso fue hace 30 años», comenta Alicia de 75, vecina del barrio desde siempre.
Al señalarle la estatua, Gin, de 70 años, sonríe y afirma que «No sabía». Este ciudadano oriental hace 30 años que vive en el barrio.
Antecedentes
Además de estar casi oculta, su historia tampoco es muy clara. En principio se sabe que fue adquirida por la municipalidad de Buenos Aires, según el Archivo General de la Nación Argentina. Y supuestamente, fue hecha de hierro rojo. Hoy tiene otro color.
Para saber algo más, LA NACIÓN consulto los archivos del Museo de obras de Arte (MOA) que se encuentra en el parque Tres de Febrero, al lado del jardín japonés. «Sobre un pedestal de piedra se levanta la figura que simboliza ‘La Libertad’. Esta estatua es una réplica de la de Nueva York», aclara la primera ficha de la estatua.
Jorge Grimaz, ingeniero civil y Coordinador Operativo del MOA desde hace más de 30 años, cuenta que se sabe poco de la obra: «El museo empezó a funcionar en el año ’53. Para todo lo anterior, se recabó información en base a archivos [para armar su ficha]. De ésta estatua sólo figura lo que se encontró en algunos libros de la época».
La fecha de emplazamiento o inauguración es confusa. Se dice que se inauguró el 3 de octubre de 1886, unos 25 días antes de la de NY. Pero, en 1990, un francés llamado Francis Beaumatin, miembro del Club de los Amigos de la Estatua de La Libertad, vio en una revista que teníamos una versión porteña. Solicitó por carta fotos y antecedentes que explicaran tal existencia al secretario de cultura.
La respuesta del ministerio cita al autor Alberto Octavio Córdoba en su libro «El Barrio de Belgrano, Hombre y cosas de su pasado» de 1968. En la página 59 está escrito que «la estatua de la Libertad fue emplazada en 1875, durante el período en el que José G. Saborido se desempeñaba como Juez de Paz de Belgrano», citando como fuente para ello la «Memoria» que presentó el mismo juez al renunciar a su cargo.
Nada más se sabe.
El autor
Federico Augusto Bartholdi (1834-1904), fue escultor de la Escuela francesa – Alumno D’Asy Scheffer.
Entre sus mejores obras figuran: «La marte moderna», «Vencedor», «Lafayette arriba a América», «Los ciegos», «General Grbeauval» y la famosa (y original) estatua «La Libertad», que pesa 20.000 kilos y tiene una altura de 46 metros (93 desde el suelo hasta la antorcha) en la entrada del puerto de Nueva York
Existen varias réplicas por todo el mundo. En Buenos Aires hay otra arriba de un colegio en Callao 450 y también se encuentra una «Lady Liberty» en la ciudad de Pocito, San Juan. Solo resta salir a mirar.