«No basta con oír la música, además hay que verla», decía el compositor ruso Igor Stravinski, uno de los músicos más importantes del siglo pasado, cuya presencia en 1960 durante las primeras temporadas del Mozarteum Argentino -fundado en 1952- marcó un hito en el camino de excelencia que ha caracterizado a esta institución por tantos años. Su fundadora, Jeannette Arata de Erize, obviamente era una convencida de esta afirmación y no se conformaba con que esta opción estuviese solo disponible para quienes podían permitirse comprar un abono. Observando el interés que la música despertaba entre quienes aprovechando el descanso laboral de la hora del almuerzo caminaban por las tiendas de discos en la calle Florida, pensó que sería maravilloso poder ofrecerles la oportunidad de asistir a un concierto. Tendría que ser con entrada libre y gratuita, cerca de la city porteña. para que luego pudiesen regresar sin problemas a sus lugares de trabajo.
Además, debía tener una duración máxima de una hora para que el tiempo les alcanzara. Así fue como nació este ciclo en 1959, el cual durante todos los miércoles del año y sesenta temporadas ininterrumpidas ha contribuido a acercar la mejor música a un público al que por diversas razones, sean económicas, de distancia o de tiempo disponible, le estaba vedada la oportunidad de ser testigo de la magia que se produce al presenciar una interpretación musical en vivo.
Sesenta años es tiempo más que suficiente para crear una tradición, y esto es efectivamente lo que son los Conciertos del Mediodía del Mozarteum. Todo un clásico de la vida cultural de Buenos Aires que al momento suma un total de 1021 conciertos y un público que se estima que ya ha superado la cifra de 1.900.000 asistentes. Su primera sede estuvo en el Cine Florida, de allí pasaron sucesivamente al Broadway, al Ambassador, al Coliseo, al Teatro Ópera, al Gran Rex, y desde la temporada pasada cuentan como nuevo espacio con las salas Sinfónica y de Cámara del CCK. Como algo novedoso, durante estos últimos años también reciben alumnos de nivel primario y secundario de escuelas tanto públicas como privadas, para quienes seguramente esta represente su primera experiencia de un concierto en vivo.
Este ciclo nunca fue interrumpido y ha atravesado todos los momentos de la vida política argentina y sus crisis económicas sin haber suspendido jamás sus presentaciones. «Es una iniciativa tan noble que a nadie se le ocurrió pensar en interrumpirla por razones políticas, y por razones económicas habría que destacar el gran esfuerzo que hacen todos los involucrados. Siempre ayudó la excelente relación que tenemos con los músicos, así como con nuestros sponsors, quienes nunca nos han fallado, y también hemos contado con la generosidad de los teatros, que gentilmente ceden sus espacios. En realidad, creo que todos se emocionan mucho de poder brindar este regalo al público. Y lo digo así porque cuando uno observa a la gente entrando antes de los conciertos, lo hace como para recibir un regalo», dice Gisela Timmermann, directora ejecutiva de la institución y quien precisamente tuvo su primer contacto con el Mozarteum cuando siendo muy jovencita trabajaba por la zona y se acercó a escuchar los Solistas de Zagreb en el Cine Ambassador.
Para quien ha estado involucrada durante muchos años en esta actividad, no resulta sencillo poder nombrar un evento que se destaque entre tantos que integran la historia de este ciclo. «Pero no puedo evitar mencionar cuando salimos en tapa de LA NACIONal ser los causantes del corte de la avenida Corrientes, cuando acudió una multitud a ver a Jorge Donn bailando. Así como la clase magistral que brindó Barenboim cuando se dedicó a explicar Dérive 1 y Dérive 2, de Pierre Boulez, a sala llena en el Gran Rex, logrando que mucha gente apreciara la maravilla de estas piezas contemporáneas», afirma Timmermann.
Al leer la lista de artistas que han desfilado durante tantos mediodías se observa que ha habido siempre un gran espacio para mostrar el talento argentino, desde jóvenes promesas hasta artistas ya consagrados que han compartido el protagonismo de este ciclo junto a grandes nombres del extranjero. Alfred Brendel, Narciso Yepes, Pierre Fournier, Antonio de Raco, Salvatore Accardo, Paul Tortelier, Ariel Ramírez, Ástor Piazzolla, Philippe Entremont, Rudolph Buchbinder, Rafael Gintoli, Pablo Márquez, Gerardo Gandini, Elisabeth Leonskaja, Sol Gabetta y Ralph Votapek son solo ejemplos de quienes han mostrado su talento junto a agrupaciones como el Quintetto Chigiano, la Orquesta de Toulouse, la English Chamber Orchestra, el Studio der Frühen Musik, la Filarmónica de Hamburgo, la Orquesta de Cámara de Viena, el Coro de Cámara de Dresden, Wiener Kammersymphonie, el Estudio Coral de Buenos Aires/López Puccio, la Filarmónica de Buenos Aires, la Camerata Bariloche, entre tantos otros.
Temporada en el CCK
Como no podía ser de otra manera, esta temporada que celebra una fecha tan importante debía tener una programación que brillara por su oferta y calidad. Y así fue planificada. «Tratamos de dar un abanico de las distintas disciplinas, que haya una orquesta sinfónica, coro, música de cámara, solistas que emergen y algún programa especial moderno. Para nosotros resulta un inmenso placer hacer esto. El Mozarteum no existe sin los Conciertos del Mediodía, es una parte muy sólida de nuestra institución y sabemos que el público así lo aprecia. Hay un sentimiento de pertenencia con este ciclo, la gente lo siente suyo», explica la directora ejecutiva.
La cita para las quince fechas programadas para este año comienza pasado mañana y termina el 6 de noviembre, siempre a las 13 y con entrada gratuita. Solo hay que acercarse al CCK, hacer la fila y esperar a que den sala, generalmente media hora antes del inicio del concierto.
La presentación del Cuarteto Petrus inaugurará formalmente la temporada. Reconocido en varias oportunidades como el mejor conjunto de cámara argentino, interpretaráAdagio y Fuga en Do menor, K. 546, de Mozart, y el Cuarteto N° 14 en Re menor, D. 810, «La Muerte y la Doncella», de Schubert.
Las tres fechas siguientes tienen el canto como protagonista: en mayo se estará presentando la soprano Carla Filipcic Holm, con María Cecilia Muñoz en flauta travesera y Fernando Pérez al piano, para interpretar un programa exclusivo de música francesa titulado Enchanté. Luego, el Ensamble Ecléctico, dirigido por Lucía Zicos, con obras de los compositores Ottorino Respighi y Claudia Montero.
En junio habrá una oportunidad única para escuchar música coral de los siglos XVI al XX a cargo del Knabenchor Collegium Iuvenum Stuttgart, un coro ecuménico de niños varones cuyo objetivo al fundarse fue el de garantizar la continuidad de lo que constituye una tradición milenaria de la música coral sacra. Acompañados por su director, Michael Chulo, el programa está titulado Tanto amó Dios al mundo.
Para julio habrá un programa que recorre siglos de composiciones para instrumentos de cuerdas que trae la String Academy Virtuosi, un conjunto que pertenece a la prestigiosa Jacob School of Music de la Universidad de Indiana, Estados Unidos. En julio, un recital de piano con Ezequiel Castro, quien, aparte de la «Appassionata» de Beethoven y composiciones de Scriabin y Debussy, presentará en estreno mundial «Otras iluminaciones», del argentino Alex Nante. Y el mismo mes habrá tango, con la Orquesta El Arranque.
Entre agosto y octubre se multiplicarán las oportunidades para escuchar a excelentes violinistas y pianistas. Estarán Leonardo Jaffé, el ganador del concurso de violín Tucumán 2018-Festival Minz, junto a la pianista Paula Peluso; la pianista ucraniana Julia Botchkovskaia; el argentino Antonio Formaro, considerado toda una autoridad sobre la obra de Mendelssohn, en un recital que incluye los «Seis preludios y fugas» de este compositor. Y en octubre, el dúo compuesto por el violinista Benjamin Baker y el pianista Daniel Lebhardt.
MusicaQuantica Voces de Cámara, quienes inauguraron la anterior temporada, vuelven nuevamente para presentarse en agosto. Dirigidos por Camilo Santostefano, van a interpretar «Un réquiem alemán», de Johannes Brahms. El Ensamble Alma Viva, con Ezequiel Spucches al piano y en la dirección musical, traerá para septiembre un programa que incluye obras de Villa-Lobos y Guastavino.
Para cerrar, en septiembre la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación, dirigida por Sebastiano De Filippi y junto al Coro Nacional de Jóvenes (dirigido por Pablo Banchi), con los solistas Jaquelina Livieri, Carlos Ullán, Gustavo Gibert y María Inés Natalucci, interpretará un programa dedicado íntegramente a Gustav Holst, en el que se destaca el estreno argentino de la ópera de cámara Savitri: un episodio del Mahabharata. Y como broche de oro, en una doble celebración, la Sinfónica Juvenil Nacional José de San Martín (en su 25° aniversario, con su director, Mario Benzecry, y su directora adjunta, María Clara Marco Fernández), para interpretar la Marcha eslava, Op. 31, y la Sinfonía N° 4 en Fa menor, Op. 36 de Chaicovsky.