El último tramo del tren justo poco antes de llegar a Maimará es pegado a la paleta del pintor.
El tren solar finalmente comenzó a rodar y la Quebrada de Humahuaca puede recorrerse con un medio de transporte revolucionario: una máquina amigable con el paisaje que permite al turista ascender y descender cuantas veces se quiera, para recorrer cada pueblo.
Punto a punto
La formación recorre 35 kilómetros, a un lado de la ruta 9. Circula lento a un promedio de 25 kilómetros por hora y tarda unos 90 minutos todo el recorrido completo, para promover una experiencia distinta a la de viajar en vehículos automotor.
Lo interesante es la opción de subir y bajar a lo largo de la misma jornada, para hacer un paseo por la quebrada en los tiempos de cada viajero.
El nuevo tren parte desde la estación de Volcán -situada a 42 kilómetros de San Salvador- un pueblo pequeño a 2.078 metros de altura, que tiene un mercado de artesanías y un pucará que fue el primer poblado indígena de la zona.
El tren circula desde las ocho de la mañana: tarda 20 minutos hasta la primera estación. Va en continuo ascenso por la quebrada, en un paseo plácido para el turista, dado que la estabilidad en el interior de la formación evita mareos.
La primera parada es Tumbaya, un minúsculo pueblo erigido en 1899 orillas del río grande con una iglesia que es epicentro de peregrinaciones a la Virgen de Copacabana. Este bucólico pueblo fue villa de descanso de los pobladores de San Salvador y tiene un museo y un sitio arqueológico. Desde allí, el tren tarda media hora hasta la siguiente estación.
La siguiente estación es Purmamarca, el pueblo famoso por su cerro de los siete colores. Pero atención: el cerro no se ve desde el tren. Es necesario descender y trasladarse dos kilómetros hasta el pueblo, desde la ruta 9. En la estación hay taxis apostados en los horarios que pasa el tren.
Finalmente la última parada es la estación de Maimará. Este último tramo es el más largo y el más atractivo: el tren tarda 40 minutos desde Purmamarca en el trayecto más imperdible del paseo: desde las ventanas se puede contemplar toda la Paleta del Pintor, un cerro multicolor tornasolado en verdes, amarillos, ocres, grises y rosados que acaso sólo compite en belleza con el Hornocal.
Es posible subir y bajar de la formación a lo largo de todo el día para visitar cada pueblo: el tren pasa cuatro veces en ascenso y otras cuatro veces en descenso, o sentido contrario del recorrido, y facilita que el turista arme el recorrido a su tiempo, acorde a la modalidad “hop on, hop off”.
El valor del ticket del primer tren eléctrico propulsado por baterías de litio, recargables con energía proveniente de un parque solar, es de $40.000 para los turistas nacionales. Pero tiene una tarifa promocional de $10.000 para los locales de Jujuy. Se pueden comprar online.
“Es hermoso verlo regresar. Lo esperamos por 30 años”, afirmó Luis Quevedo, hijo de un ferroviario que vive frente a la estación de tren de Maimará”.
“Es cómodo. Muy lindo”, dijo Isabel Montial, una vecina que aprendió, durante un viaje de prueba, a cargar su teléfono móvil en la butaca de apoyo para brazos de su asiento, una de los servicios a bordo que ofrece la formación.
Fueron exactamente 31 años desde que el tren transitó por última vez por estas vías. Los pueblos de la Quebrada quedaron suspendidos, esperando el vapor. Pero ahora llegaron dos formaciones propulsadas con baterías de litio- que se enchufan y recargan energía a una red alimentada con energía solar.
El gobierno de Jujuy informó que invirtió unos 17 millones de dólares en esta primera etapa. En un futuro, el tendido de las vías del tren llegará hasta Tilcara, Humahuaca. Y allí tendrá una estación solar de carga. El proyecto final incluye extender el recorrido hasta La Quiaca, en el límite con Bolivia.
“En China hicimos este tren, no tenemos registro que haya otro igual en el mundo”, sostuvo el ingeniero Yin Yuguo, jefe del equipo de la empresa CRRC, que se instaló en el país para armar el tren.
La transición energética marca todo un hito a la hora de reducir la huella de carbono en territorio que es Patrimonio Cultural de la Humanidad: el tren no emite polución ni ruido.
Innovación ambiental
El tren consta de dos formaciones con autonomía de 100 kilómetros cada una. Cada formación, con capacidad de 70 asientos regulares más uno adaptado para personas con discapacidad, recorre a baja velocidad la Quebrada de Humahuaca en una experiencia que facilita el turismo con bajo impacto en el medio ambiente y sin huella de sonido. La bocina solo se escucha al salir. Y luego el silencio es prácticamente total.
“Es un tren que usa energía cien por ciento verde –aseguró Diego Valdecantos, secretario de Turismo de la provincia de Jujuy–. La energía solar proviene hoy del parque Solar Caucharí que alimenta al 70 por ciento del consumo de la provincia. No tiene paneles solares en el techo: el tren tiene baterías de litio y se enchufa para recargar”
Las ventajas de viajar en un tren sustentable con el cuidado del ambiente no son sólo favorables para disminuir las emisiones tóxicas en el lugar: los pasajeros podrán disfrutar de un traslado más estable que en un auto y que un micro mientras ascienden por la Quebrada de Humahuaca.
“No conozco otro tren igual en toda Europa”, dijo a Lugares Norma Lafuente, ciudadana de Barcelona que participó de una prueba piloto a bordo del tren, durante una visita por Jujuy, y quedó maravillada. “Es una joya. Espero llegue pronto a Humahuaca”. Pero esa es otra etapa.
Fuente: La Nación