Cinco manantiales de aguas puras y muy famosas

1 Argentina. La reserva de Villavicencio. El hotel de la famosa imagen de las botellas de agua existe. Queda en un valle al pie de los Andes, a unos 50 kilómetros de la ciudad de Mendoza.

Para conocerlo hay que seguir la ruta 52 que lleva hasta Uspallata por un vertiginoso camino de ripio y más de 350 curvas. Es un trayecto que culmina en el paso de Paramillos, a 3100 metros. Allá arriba siempre hay guanacos buscando comida entre las rocas y se puede ver la punta del Aconcagua.

Entre curvas, la reserva Villavicencio, en Mendoza
Entre curvas, la reserva Villavicencio, en Mendoza

Es el límite de la Reserva Natural donde brota el agua de Villavicencio, 72.000 hectáreas de montaña en total, que protegen las vertientes por donde se filtran las lluvias y la nieve y surgen más abajo en el valle en la forma de varias fuentes de agua mineralizada.Como la marca comercial, la reserva Villavicencio está a cargo de la multinacional Danone, que actualmente vuelve a poner en valor el predio del viejo hotel termal con obras de refacción y organiza visitas guiadas todo el año. Así, se puede conocer el «hotel de la botella», pasear por jardines de montaña diseñados por Carlos Thays hijo y ver una cascada del arroyo que nace en las mismas fuentes del agua que se embotella. No hay que irse sin abrir el grifo frente a la explanada del hotel para tomar agua del famoso manantial y recargar su botellita, como todos los visitantes que llegan al lugar. El predio de Villavicencio está abierto todo el año: en temporada alta de verano e invierno, todos los días; por estas semanas, de miércoles a domingos, de 9.30 a 18. Las visitas guiadas se realizan cada hora entre las 10.30 y las 16.30. La entrada cuesta 290 pesos por persona (160 para mendocinos y 140 para menores de hasta 12 años). Incluye el alto en el jardín interpretativo al costado de la ruta 42 antes de llegar al hotel y pronto también la capilla, en curso de restauración. El Parador Villavicencio es un restaurante cafetería al costado del exhotel termal. Abre en los mismos horarios. El chef Eduardo Giordano prepara comidas con sello mendocino para los mediodías. Reservas: [email protected]

2 Italia. San Pellegrino Terme

Las famosa ciudad termal de San Pellegrino
Las famosa ciudad termal de San Pellegrino

El nombre de esta pequeña ciudad termal del valle del río Brembo es conocido en todo el mundo. Las aguas hicieron la riqueza de San Pellegrino mucho antes de la Belle Époque, un periodo que quedó fijado en el estilo y la fastuosidad de sus principales edificios, cuando eran visitados por la corte italiana. Su casino. de arquitectura art nouveau, es el más importante en su género en toda Europa. Luego de décadas de decadencia, San Pellegrino atraviesa una renovación. Las termas se transformaron en un spa ultra moderno mientras el palacio se encuentra en restauración. Ya fueron habilitados ciertos sectores donde se realizan eventos, congresos, desfiles de moda, exposiciones y recitales. La pequeña ciudad vecina a Bergamo vuelve así a lucir parte del brillo que solía mostrar hace un siglo. El circuito histórico y termal, eje de las visitas, está compuesto por edificios concebidos casi enteramente en estilo Liberty por el arquitecto Romolo Squadrelli: fue quien le dio la particular fisonomía que hoy San Pellegrino conserva. Como en Villavicencio, es posible tomar agua desde una canilla en una esquina del centro termal y comprobar que surge naturalmente sin gas? La transformación se realiza en la planta embotelladora, que está en las afueras de la ciudad y no se visita. San Pellegrino está a 25 km de Bergamo y 70 de Milán. El circuito turístico abarca el parque y las termas QC Terme, la estación de trenes y el Grand Hotel construido en 1902 por Squadrelli. Está en proceso de renovación al igual que el funicular, que podría prestar nuevamente servicio a fines de este año para ir de la parte alta a la parte baja del pueblo. Hay un desnivel de 287 metros entre ambas y pendientes de hasta 55%. Este año las aguas San Pellegrino celebran sus 120 años con varios eventos en el pueblo. www.turismosanpellegrinoterme.it

3 Islandia La pureza de Ölfus

El agua vikinga de Ölfus, en Islandia
El agua vikinga de Ölfus, en Islandia

Si un país puede reivindicar la pureza de sus aguas y la preservación de su medioambiente es Islandia. Solo hacía falta que la isla vikinga se insertara en el mundo globalizado. a partir de los años 90 -para bien o mal-, para que empezara a vender sus aguas a gran escala. Varias marcas islandesas aparecieron en los supermercados de Europa continental y América del Norte últimamente: Icelandic Glacial es una de ellas y aspira a convertirse en la principal agua certificada CarbonNeutral en el mundo. La embotellan en Ölfus, un barrio -si su tamaño permite llamarlo así- de Þorlákshöfn, un puerto del sudoeste de Islandia. Esta localidad tiene poco más de 1500 habitantes y su principal fuente de actividad es el puerto de cargas que conecta Islandia con Rotterdam, en los Países Bajos. El sobreturismo que genera tensiones en la isla no llegó a esa parte todavía, y pasa directamente de la Laguna Azul de Grindavík a las pequeñas ciudades de Selfoss y Hveragerði, donde crecen las famosas «bananas del Círculo Polar» (aunque estén todavía alejadas de ese punto y crezcan bajo invernaderos calefaccionados con fuentes geotérmicas). Lo cierto es que Icelandic Glacial es un producto emblemático de la nueva Islandia, tanto por el gusto del agua -según comunica la empresa,con un balance de carbono cero-, como por el diseño del envase. Como en el resto de Islandia, la región de Ölfus, en la península de Reykjanes, tiene un origen volcánico. La fuente misma donde se capta el agua nació durante una erupción hace 4500 años, según estudios geológicos. Como ocurre en todo el país, hay varias piletas de aguas termales en un radio de 20 a 30 km en la región y algunas agencias organizan salidas a caballo. www.south.isf

4 Francia. Experiencia Évian

La pureza de Évian, en Francia
La pureza de Évian, en Francia

El agua embotellada en Evian-Les-Bains fue la pionera y sigue siendo una de las más globales del mundo. Simbolizando la pureza de las mayores cumbres de los Alpes, que rodean a la pequeña localidad del norte de Saboya. La ciudad termal está a orillas del lago Lemán y frente a Lausana, una de las principales urbes de Suiza. El agua es el petróleo o el oro de Évian, desde empezó unos meses luego de la Revolución Francesa, en 1790, cuando una gentilhombre refugiado en esa región notó una mejora en su salud luego de tomar regularmente de una fuente sobre la propiedad de un tal Mr. Cachat. Médicos de por medio, el éxito de esta «agua curativa» fue muy rápido y Cachat hizo fortuna al vender lo que la naturaleza hacía brotar de su terreno. El rey de Cerdeña en persona (era el entonces monarca de Saboya) autorizó el embotellado en 1826. Durante el siglo XIX, la ciudad se formó en torno al primer centro termal de los Cachat. Se sumaron luego otros, así como un casino, hoteles de lujo, un teatro y un funicular. Todo para recibir a la crème de entonces: príncipes, reyes, industriales y banqueros. La fuente de los Cachat sigue existiendo, por lo menos de nombre, y es pública. El agua brota desde una canilla delante de la cual se forman filas de turistas de paso para tomar agua de la fuente, junto a vecinos que se abastecen de esta forma. La Source Cachat es una construcción Belle Époque, cerca de la Buvette Cachat, un spa construido sobre lo que fue el primer Hotel de los Baños.Como a principios de siglo XX es posible subir hasta las partes altas de la ciudad (donde están los hoteles de lujo) con el funicular, restaurado y puesto en servicio nuevamente en 2002. A diferencia de otras aguas, la planta embotelladora de Évian se puede visitar. El tour se llama Evian Experience y es un paseo en bus que sube hasta la región de montañas donde se filtran las lluvias y las nieves, para luego volver a la ciudad y conocer la Fuente Cachat y la planta. Los cupos son limitados y es necesaria una tarjeta de identidad al momento de sumarse al grupo. Esta actividad dura 4 horas y cuesta 16 euros por persona. evianexperience.com

5 Islas Fiyi. El fenómeno Viti Levu

El agua Fiyi, pureza desde la selva tropical
El agua Fiyi, pureza desde la selva tropical Crédito: Shutterstock

Desde hace varios años, es muy común ver en tiendas, supermercados y restaurantes de América del Norte y otras partes del mundo botellas con una etiqueta transparente con flores tropicales y cuatro letras símbolo de exotismo: Fiji. Es uno de los más llamativos -y menos esperados- logros comerciales en el negocio de las aguas minerales. Representa una quinta parte del comercio exterior de aquella lejana república insular del Pacifico Sur. Se embotella en el valle de Yaqara, en Viti Leuvu, lejos de todo y cerca de las nubes que aseguran abundantes lluvias tropicales. Las aguas son filtradas por las montañas de aquella isla, tan grande como el Líbano. Es la tierra donde se concentran las principales ciudades de Fiyi, como Nadi y el aeropuerto internacional, o Suva, la capital. En cuanto a las aguas, el argumento comercial de la marca lo dice todo y borra toda esperanza de poder visitar las fuentes: las aguas Fiji no tienen contacto directo con los humanos. De todos modos, durante los paseos que las agencias locales proponen dentro de la selva tropical hay abundancia de fuentes y de arroyos como para pensar que el manantial bien podría ser uno de ellos.Durante una estadía en Viti Leuvu hay que visitar los jardines del gigante dormido en Nausori, al norte de la capital (es un jardin botánico creado por el actor canadiense Raymond Burr). También hay que bañarse en fuente de aguas termales y los baños de barro de Nadi, ciudad donde vive una gran diversidad de población que se refleja en sus lugares de culto, desde templos hindúes hasta capillas anglicanas. Y, por supuesto, hay que conocer las playas de la isla y bucear en sus fondos marinos.

fuente: Fijitravel