En tiempos críticos donde tradiciones y pertenencias naufragan entre el desván y la añoranza fanática, Chango Spasiuk hace de su regreso al máximo coliseo argentino una celebración capaz de mostrar las maneras en que durante tres décadas y media ha seguido transitando nuevas y audaces posibilidades para una música que reconoce sus raíces sin dejarse amedrentar por las barreras.
La vuelta del compositor y acordeonista misionero al Colón será, por tanto, la reafirmación de un camino pensado como un devenir hacia el horizonte, como la decisión de seguir andando, como el arrojo de instaurar diálogos posibles allí donde ruido o vacío anulan todo gesto.
El concierto consta de tres segmentos:
El primero, Piezas de un Songbook para piano solo y dos pianos, acordeón y percusión. Al piano Matías Martino (responsable de los arreglos) y
Sebastián Gangi y la percusión de Marcos Villalba.
El segundo segmento, música con el noneto de cuerdas SurdelSur Ensamble, con arreglos de Guillermo Rubino, la percusión y el acordeón.
El tercer segmento reunirá al septeto que Spasiuk comparte con Pablo Farhat (violín), Eugenia Turovetzky (cello), Diego Arolfo (guitarra y voz), Marcos Villalba (percusión y guitarra), Enzo Demartini (acordeón diatónica y guitarra) y Juan Pablo Navarro (contrabajo) con dos invitados muy especiales, el maestro Rafael Gintoli en violín y la voz de Ligia Piro.
Una propuesta capaz de condensar otros posibles territorios de mixtura entre lo culto y lo folclórico, la transmisión oral y la académica, Martino escribe para dos pianos, SurdelSur desarrolla posibilidades tímbricas y texturas de las composiciones de Chango, Farhat escribe arreglos para dos violines en Schotis de las Tunas y nos presenta una escuela de violín en la música del Litoral que tributa el legado autodidacta de Lorenzo Benítez «Geniolito» Cacique Guaraní que falleció en el 2020 a sus 70 años.
Esta galería de experiencias sonoras marcan nuevas posibilidades que continúan abriendo un abanico que confirma la decisión estética y vital que Spasiuk asume apelando a memorias, rupturas y novedades que rompen casillas en el mismo año donde, además, devela otros cruces como el proyecto Taco y Suela con músicos jóvenes de chamamé, graba música del compositor clásico Schumann, edita un álbum con el guitarrista Noruego Per Einar Watle «Experiencia Mausoleo Vigeland Vivo Oslo”, entre otras cosas.
Chango abre así su cosmos sonoro para invitar a una conversación desprejuiciada que por su propio carácter enfrenta la lógica utilitaria del entretenimiento para, en cambio, proponer un arte capaz de instaurar un soplo de belleza que acaricia a la patria de la humanidad.