Madres, el primer estreno de un musical en este año, al Picadero
Sábado, a las 22. Avenida Corrientes. En el constante “modo recalculando” de la actividad escénica en tiempos pandémicos, desde el viernes, el gobierno nacional habilitó a las salas a trabajar al 70 por ciento de su capacidad pero, al no estar reglamentado por el gobierno porteño, cosa que se especula, sucederá en cuestión de horas; se continuó trabajando con una ocupación de mitad de sala, según siempre el protocolo sanitario establecido mientras se observa atentamente la variante Delta. En el sector de esta avenida en donde están los teatros Maipo, El Nacional, Ópera, Gran Rex, Multitabarís y Astros el movimiento de público es notorio, también el de sus derivas en bares y restaurantes, ya que muchos de ellos coparon las veredas.
A la salida de Art, hay colas para ver sea la segunda función de esta histórica obra que ahora protagonizan Pablo Echarri, Mike Amigorena y Fernán Mirás. Hay colas también para ver Brujas, otro espectáculo ganador, así como para El acompañamiento, el único espectáculo en pie desde cuando en noviembre del año pasado el público pudo volver a las salas.
En la boletería del Multitabarís hay un cartel de entradas agotadas. Según las estadísticas de Aadet, la entidad que nuclea a productores y dueños de salas del circuito comercial, las obras más vistas de la última semana fueron Una semana más, en El Nacional Sancor, con Nicolás Vázquez, Gimena Accardi y Benjamín Rojas; seguida por Dos locas de remate, la comedia que protagonizan Verónica Llinás y Soledad Silveyra en el Astral; Art y Brujas, ambas en el Multitabarís Comafi; y La fiesta de los chicos, con Fernando Dente, Nicolás Di Pace, Tomás Fonzi, Tupac Larriera, Santiago Pedrero, Roberto Peloni, Nicolás Riera, Agustín Suárez y Sergio Surraco, en el Astral.
Hay otra cifra significativa en relación a Una semana más: según el ranking de Aadet que da cuenta de la ocupación de sala, se alzó con un 94 por ciento. Solamente fue superada por el show de stand up de Nanutria Macho Beta, que se ofrece en el Picadilly. Claro que El Nacional tiene 1.014 butacas frente a las 336 del Picadilly, ubicado al lado del teatro San Martín.
Justamente en esa sala pública, según información oficial, el programa Piazzolla, a cargo del Ballet Contemporáneo, así como Tu amor será refugio, de Cristian Drut, llenaron sus funciones de sábados y domingos (el resto de los días, la emblemática sala está sin funciones porque oficia de vacunatorio).
A una cuadra del San Martín, en el Metropolitan Sura, Lo escucho, la obra con Gabriel Goity, Jorge Suárez y Julieta Vallina, festejó su 100ª función, con gran éxito de público (la misma recepción que tiene Petróleo, del grupo Piel de Lava, en el mismo teatro).
En otra sala del Complejo, en el Sarmiento, hoy abre la restrospectiva de Mariana Chaud con Ubu Rey, con Chaud o Laura Paredes, Marcos Ferrante, Santiago Gobernori, Nicolás Levín y Fernando Tur.
Mientras tanto, en el Nün Teatro Bar, de Villa Crespo, el domingo se estrena Surinam (tiene otro título extensísimo de varias líneas), que es una obra escrita y dirigida por Víctor Chacón.
No serán los únicos. En el Lola Membrives, hoy vuelven Los bonobos, con Peto Menahem, Osqui Guzmán, Campi, Lizy Tagliani, Anita Gutiérrez y Manuela Pal. En tanto, en El Picadero, mañana debuta Madres, obra que viene del circuito off de Broadway y que protagonizan Florencia Otero, Sabrina Garciarena, Paula Kohan y Viviana Puerta.
Carlos Rottemberg, el presidente de Aadet, resalta un dato que le resulta significativo en lo que hace al actual estado de situación: “se están agregando funciones para este fin de semana largo. Y volvió a implementarse la costumbre de trabajar un feriado, cosa que no venía sucediendo. Ya son de la partida la obra con Nicolás Vázquez, Los bonobos, El acompañamiento y Toc toc, entre otras, que ya tienen programadas funciones para el lunes. Pero también hay otras obras que están programando doble función los domingos. Y todo esto sucede, claramente, porque hay más público”.
El dueño del Mutiteatro Comafi y del Multitabarís Comafi también posee, en lo que hace al territorio porteño, el Liceo. En esa histórica sala está realizando trabajos para adaptarla al protocolo vigente.
En el off
Mientras tanto, en las aguas de la escena alternativa, el director y dramaturgo Juan Coulasso y el músico Matías Coulasso en otra sala, Roseti, está ultimando sus detalles en la nueva sede del Abasto luego de tantos años en Chacarita.
Justamente en el escenario del teatro alternativo porteño, en un reciente relevamiento realizado por Artei, una de las dos entidades que agrupan al sector de salas alternativas de la ciudad, detalla que casi el 74 por ciento de las 110 salas agrupadas en la asociación están realizando funciones. Claro que, detalle no menor, casi el 41 por ciento solamente realiza dos funciones semanales cuando, en general, salas de este tipo solían programar alrededor de ocho funciones a lo largo de los siete días. Lo cual, dista mucho de hacer viable económicamente a estos emprendimientos.
Anuncios oficiales
En medio de este panorama de crecimiento de público como de extrema debilidad del sector independiente, ayer, el gobierno nacional anunció una inversión de más de 5.300 millones de pesos destinada a la reactivación del sector en todo el país. Entre los distintos planes figura un programa de incentivo a la producción de espectáculos en vivo, que contará con una inversión de 125 millones para proyectos escénicos de circo, danza, música en vivo y teatro en espacios con aforo de más de 300 localidades; y el programa Argentina Florece, pensado tanto para la música como el teatro, que contará con una caja de 590 millones y que, en lo que hace a la producción escénica, será instrumentado por el Instituto Nacional del Teatro.
Sábado, a las 22.15. En la avenida (o calle) Corrientes hay gente en la puerta del Ópera, del Multitabarís, de El Nacional… Hay indudable movimiento, producto de la actividad teatral. Eso sí, aunque se trate de un punto neurálgico de la ciudad, es sumamente complejo conseguir un taxi. El subte debería estar abierto, pero no…
Fuente: La Nación