“2001. Fotografías diciembre 2001 – junio 2002” de Paloma García

En el marco de la presentación se inaugura también la muestra de fotos con las imágenes del libro, que se podrá visitar desde el lunes 13 al 30 de diciembre de 2021 en el 3° piso de la Biblioteca Nacional.

Participarán de la presentación: 

Paloma Garcia, autora
Adriana Meyer, periodista
Julio Menajovsky, fotógrafo
Familiares y Víctimas del 19 y 20: 
Karina Lamagna, 
hermana de Diego, asesinado en la represión 
Maria Arena, viuda de Gastón Riva, asesinado en la represión 
Martin Galli, 
sobreviviente. 
Modera: Cecilia Laratro 

Hace poco más de treinta años arrancaba un ciclo económico y político que cambiaría estructuralmente a la sociedad argentina. Iniciado por la dictadura cívico-militar, el neoliberalismo de la década de 1990 trocó las armas por un discurso engañoso al amparo de la democracia para instalar y aplicar su programa. Nada que no pudiera esperarse del capitalismo se profundizó: desigualdad, marginación, pobreza, enfermedad, pérdida de acceso a los bienes materiales más elementales. En esas condiciones, el estallido de diciembre de 2001 se tornó inevitable.

https://youtu.be/evaygX8hXKQ

El amplio campo de las prácticas fotográficas también fue atravesado por el proceso de los años noventa. Desde mediados de la década tuvo lugar la aparición de nuevos modos de producir fotografía(s), cuando estudiantes del ámbito público se agruparon para documentar aquel contexto social, el cual sólo había sido registrado hasta el momento y parcialmente por la iniciativa individual de algunxs fotógrafxs de prensa. De ese modo, en 1995 se formó la Cooperativa de Fotografía Documental, a la que siguieron los grupos y colectivos Fotografía de la Base, Contraimagen, Ojo Obrero, Indymedia y Argentina Arde, ya en 2001.

En ese contexto recién hoy conocemos el trabajo que Paloma García realizó entre 2001 y 2002. Paloma transitó por escenarios diversos de la fotografía en los años noventa: tuvo a su cargo la elaboración del dossier dedicado a lxs principales fotógrafxs argentinos contemporáneos de la revista del Foto Club Argentino, e integró desde 2001 el colectivo Argentina Arde, uno de cuyos lemas se reafirma en este libro: “vos lo viviste, no dejes que te lo cuenten”. Vemos en esos registros a una fotógrafa que además era parte de las manifestaciones, de las corridas y de las asambleas, y es manifiesta la coherencia entre militancia y (contra)información. La calle fue el escenario donde una y otra se desplegaron a lo largo de meses en que todo estalló por los aires, impulsando a la fotografía de carácter testimonial, documental y comprometida políticamente a ocupar un lugar que había sido subestimado –cuando no desdeñado- apenas poco tiempo antes.


Las fotos de Paloma Garcia devuelven la imagen de ella misma en los acontecimientos, en una cercanía que no deja dudas acerca de su inmersión corporal en los hechos y junto a los sujetos, en un pacto pleno que aunó a la fotógrafa y a la militante del periodismo y la información. Y sus fotos nos acercan a todxs a un conocimiento otro de aquellos días: sin golpes de efecto visual, emergen la crudeza y el heroísmo; los acontecimientos nos son mostrados desde una mirada que no es externa ni distante, sino partícipe. Se trata de un tipo de fotografías que portan la enorme virtud de no prestarse a la fácil manipulación, puesto que son pura autenticidad, sincero compromiso. Y que Paloma dejó reposar hasta hoy, cuando el tiempo y la distancia habilitan interpretarlas de múltiples maneras: como testimonio histórico, como manifestación personal-colectiva, como la obra de quien a lo largo de su trayectoria profesional estuvo siempre de un mismo lado, como gestos de un acercamiento siempre sensible.  

Silvia Pérez Fernández

Licenciada en Sociología y Doctora en Ciencias Sociales 

«Ponete limón en los ojos. Dale, ponete, que hay gases para rato». Fue lo que me dijo un colega fotógrafo, ese día de diciembre donde el sol del mediodía literalmente rajaba la tierra. La noche anterior había llegado a la misma Plaza de Mayo, caminando junto a vecinos de mi barrio y de otros barrios que llegamos hasta allí impulsados por la fuerza de la indignación.