Soledad Silveyra y Luis Brandoni pusieron sus dedos a modo de firma para coprotagonizar una comedia de Audrey Schebat, que dirigirá Héctor Díaz.
Una pareja está esperando a unos amigos para cenar pero nunca llegarán. Una velada de lo más normal y corriente, por tanto, como punto de partida, una velada que comienza tranquilamente y poco a poco se convierte en un enfrentamiento, en un combate de boxeo.
A primera vista, ella parece bastante ingenua, en cualquier caso contenida e inhibida.
El es claramente misógino, condescendiente y desdeñoso como puede ser. Muy rápidamente, el dúo marca el tono del musculoso y mordaz cara a cara que tendrá lugar, un cara a cara que cuestiona al ser humano y, por supuesto, a la pareja.
Se suceden las confidencias verdadero-falsas, luego las revelaciones íntimas y los malentendidos absurdos. Ambos desarrollan escenarios improbables: ella para proteger a su amiga, él para proteger a su colega. La narración rápidamente adquiere sutileza y humor. Todos acuerdan decirse toda la verdad mientras nadie está dispuesto a escucharla.
Ronda tras ronda, los idas y venidas lideran el partido para ofrecernos un encuentro a puerta cerrada rítmico, picante y divertido.
Escritos con bisturí, con notable claridad y agudeza de palabras, los diálogos son vivaces, corrosivos e inteligentes. El conjunto tan efectivo tiene el don, más allá de hacernos preguntas, de hacernos reír y sonreír mucho.
Machismo, feminismo, prejuicios, deseos, amor, pruebas del tiempo son todos temas de esta historia llena de verdades de las que podemos reírnos, por tanto… ¡o preocuparnos!
Una comedia mordaz, sensible, divertida e inteligente al mismo tiempo.
Fuente: Laubfal.com