Nicolás Isasi tiene 32 años, es platense y quedó seleccionado entre cientos de personas de todo el mundo para participar del certamen Nano Ópera 2019, en el cual evalúa la dirección escénica de ópera de jóvenes directores.
La prestigiosa competencia organizada por el Teatro de Música de la ciudad de Moscú “Helikon Opera” en cooperación con el Departamento de Cultura de Moscú cuenta con un jurado que incluye a directores famosos de los principales teatros del mundo, además de los principales críticos de música del país, representantes de TV y radio. En la competencia los participantes tienen la real oportunidad de conseguir interesantes propuestas de “primera mano”.
“La vara era muy alta y el desafío era complejo. Me trataron excepcionalmente, con respeto y valoración. Antes de entrar al estudio de televisión que habían montado en el teatro nos decían: hagan de cuenta que las cámaras son invisibles. El ensayo de cada escena era abierto, en otro idioma con traducción simultánea, público presente y encima era televisado en vivo y en directo por el canal de cultura más importante del país más grande del mundo”, detalló Nicolás.
Nicolás es consciente del privilegio de haber llegado a la semifinal del certamen y entrar al Top Ten mundial de jóvenes directores escénicos. “Es la palmada en la espalda de uno de los países más importantes en tradición académica y musical. Te hace pensar en muchas cosas y te da la confianza de saber que vas por el camino correcto”, expresó.
Nació en La Plata y desde los 10 años eligió el arte, no solo como profesión sino como forma de vida. Estudió música en el conservatorio Gilardo Gilardi, también dirección de cine en la FUC y antes de terminar la universidad, empezó a prepararse para el examen de ingreso al ISATC. Estudio regiè de ópera en el Teatro Colón y actualmente está finalizando la Diplomatura en Cultura Argentina en la Universidad Austral. “Siempre me atrajo el detrás de escena, la construcción escenográfica, la mística del rodaje, la preproducción. Sigo teniendo el mismo asombro y la misma excitación cada vez que encaro un proyecto. Considero que la música, el cine y la ópera están completamente relacionados. Disfruto de la vida cada día y aprendo de los obstáculos que se presentan. Creo que uno nunca deja de aprender”, reflexionó.
El joven tuvo el honor de contar con grandes maestros como Ponchi Morpurgo, prestigiosa escenógrafa y vestuarista argentina, que a los 20 años le ofreció ser su asistente. Ganó la beca de Ibermedia a los 24 años para realizar un seminario de dirección actoral en España; Marta Blanco, destacada mezzosoprano, le dió la oportunidad de dirigir la primera ópera, mientras cursaba el segundo año en el Teatro Colón y fue asistente del Mº Michał Znaniecki, en varios países del mundo,
Sus experiencias como músico saxofonista, regiè de ópera, director cinematográfico y asistente de grandes, nos llevan a preguntarle dónde se siente más cómodo: “Haciendo lo que me gusta con profesionales que también aman lo que hacen, más allá del área o el rol que cumpla. Ser asistente es trabajar y aprender al mismo tiempo. Dirigí proyectos audiovisuales, teatrales y compañías de teatro, toqué con bandas y orquestas. Todas aventuras independientes, la mayoría ad honorem y ensayando por las noches después de trabajar todo el día. Dirigir supone una gran responsabilidad, saber qué decir y cómo. Liderar grupos humanos, si bien a veces resulta una ardua tarea, me ha dejado siempre experiencias que han sido muy formativas para mi desarrollo profesional y personal. Desde hace unos años trato de ser selectivo con los proyectos, y me gustaría poder vivir exclusivamente de la dirección”.
Las artes visuales son también parte de su universo. Desde chico su mamá y abuela alimentaron su pasión: en museos, galerías de arte o conciertosdesde donde observaba con detalle el detrás de escena que lo deslumbraba.
Hace más de diez años escribe sobre cine junto a un amigo para Comentarios de Cine, tratando de compartir e incentivar al público a relacionarse más de cerca con el arte y siguió el teatro, la fotografía, la música, la danza y las artes visuales. Lleva escritas más de 500 críticas para diarios y revistas nacionales, de España, Alemania y Uruguay. Al respecto dice, “El arte te sorprende, te cambia el estado de ánimo, te hace reflexionar, te emociona, y puede transformar. Borges decía: ‘A veces en las tardes una cara/nos mira desde el fondo de un espejo;/el arte debe ser como ese espejo/que nos revela nuestra propia cara’. Soy todos estos Nicolás porque creo en la unión de las artes. La unidad en la diversidad”.
Actualmente se encuentra trabajando en la presentación de una artista para septiembre próximo. En noviembre, la Embajada de Grecia junto a la UBA y la Asociación Cultural Nostos, presidida por la Dra. Tzardikos, se sumará al Festival de Teatro Griego a realizarse en el Teatro Cervantes; acompañados por la Asociación Ser Griegos de La Plata, quien lo convocó para participar como crítico. Y, para fin de año prepara la nueva edición del FOT en el marco del 200 aniversario del compositor polaco Stanisław Moniuszko. Paralelamente sigue escribiendo, dando clases y trabajando en un proyecto para el 2020 con un joven escenógrafo platense.
El próximo jueves 27 se realizará una noche de gala en Los Fuegos, el restaurante ubicado en City Bell, para celebrar el logro de Nicolás en Rusia con músicos, cantantes, shows de ilusionismo y proyecciones del certamen.