Al escritor, compositor y viajero estadounidense Paul Bowles le gustaba decir que prefería viajar en barco antes que en avión, porque aseguraba que, al volar en avión, el cuerpo llegaba a destino antes que el alma, y siempre se encontraba unos días desencontrado consigo mismo hasta que por fin el alma regresaba a sus huesos. Algo así le sucede a muchos de los que eligen viajar en auto al sur de Brasil y demorarse unos días en las rutas. Con la reapertura total del turismo brasileño, cada vez más argentinos se animan a irse de vacaciones en auto a esa región del país vecino, no sólo por el ahorro que representa en comparación con el costo de los pasajes aéreos, sino por la predilección de transitar la carretera por días. De Buenos Aires a Florianópolis, por ejemplo, son 1755 kilómetros.
Pablo Palmeiro es un fanático de la ruta a Brasil. Empezó yendo en auto en 1980, cuando manejaba su padre, y a partir de 1996, con 22 años, tomó el volante y se fue con amigos. Lo sigue haciendo hasta hoy. Desde hace unos años intenta viajar fuera de temporada, generalmente antes del verano. Tanto entusiasmo por la carretera lo llevó a crear, en 2006, una página (www.enautoabrasil.com.ar) y, en 2008, un grupo de Facebook “En auto a Brasil”, en donde él y cerca de 260 mil viajeros comparten todo tipo de consejos para conductores, así como opciones de alojamiento y lugares a visitar, relatos, fotos y mapas. Desde 1980 va casi ininterrumpidamente. Al principio iba siempre a Cachoeira do Bom Jesús, al lado de Canasvieiras, pero desde hace unos 8 años va a Playa de Palmas, en Governador Celso Ramos, entre Florianópolis y Bombinhas.
“Hay gente que elige viajar en avión y en 4 horas está en destino, pero si yo hago eso siento que me perdí de conocer todo lo que había en el camino, y en este caso, es mucho. Si bien suelo recomendar hacer el camino en dos tramos, en dos días, en la práctica eso lo hago sólo a la vuelta. A la ida suelo parar en algún lugar del camino o cercano al camino. Destinos como Bento Gonçalves, Valle Edén, Recanto Maestro, São Miguel das Missões o Caçapava do Sul bien merecen estar como mínimo un día completo, y otros cómo Gramado y Canela incluso dan para pasarse una semana haciendo cosas diferentes todos los días. Esto quita días de playa, sí, pero esa parada, aunque sea un día, hace que uno baje las revoluciones. Se termina sintiendo que las vacaciones fueron más largas”, asegura Palmeiro que, a sus 48 años, está cursando segundo año de las carreras de Turismo y Guía de Turismo.
El recorrido que hace con su familia sigue vigente: cruzan la frontera Colón-Paysandú, avanzan por territorio uruguayo hacia Tacuarembó y terminan en el paso de Rivera. Ya en Brasil, pasan por Rosario do Sul y San Gabriel, la ciudad en donde la mayoría de los argentinos pernocta antes de seguir viaje.
Para tener en cuenta, de los 750 kilómetros que separan San Gabriel de Florianópolis, los primeros 300 (de mano única) son los que presentan más dificultad, por el tránsito de camiones. Por eso, desde hace unos años Palmeiro prefiere evitar el tramo de la BR 290 entre Rosário do Sul y Porto Alegre, y luego de llegar a Rosário do Sul toma la BR 158 hacia Santa María y desde allí la BR 287 a Porto Alegre.
“Este desvío solo agrega 33 kilómetros, pero se hacen más de 80 kilómetros de autopista antes de llegar a Porto Alegre. La desventaja de ese camino es el costo. Es el que más peajes tiene. En la opción vía Sao Gabriel sólo hay 15 kilómetros de autopista antes de llegar a Porto Alegre. De Porto Alegre hay 100 km más de la BR 290 hasta Osorio en donde se empalma la BR 101″, explica Palmeiro, un verdadero experto en la materia.
Accesos y documentación
Respecto de los accesos, Paso de los Libres-Uruguayana es la ruta más utilizada (pero no la más corta): se llega a la ciudad correntina de Paso de los Libres donde se cruza el puente sobre el río Uruguay para ingresar a la ciudad brasilera de Uruguayana; desde allí se transita la BR 290 entera, pasando por Porto Alegre y llegando a Osorio y desde allí se toma la BR 101 que al estar trazada cerca de la costa da acceso a localidades como Torres, Laguna, Ferrugem, Praia do Rosa, Florianópolis; Bombinhas y Balneario Camboriú. A su vez, el acceso a Brasil desde Corrientes y Misiones se hace a través la localidad de Bernardo de Irigoyen, o cruzando la frontera por el puente internacional que comunica la ciudad correntina de Santo Tomé con la brasilera de São Borja y siguiendo por las rutas 285 y 282 hasta Florianópolis.
“Los peajes suelen estar en los accesos de las grandes ciudades, y se cobra en efectivo, en reales únicamente o bien, a partir de la pandemia, también se pueden pagar con tarjetas. Se sugiere viajar siempre en horarios diurnos y cumplir las leyes de tránsito y límites de velocidad. Hubo años que del lado brasileño hicieron controles y verificaban las multas. Si el vehículo registraba multas impagas no lo dejaban salir de Brasil”, advierte Palmeiro.
Los peajes suelen estar en los accesos de las grandes ciudades, y se cobra en efectivo, en reales únicamente o bien, a partir de la pandemia, también se pueden pagar con tarjetas. Se sugiere viajar siempre en horarios diurnos y cumplir las leyes de tránsito y límites de velocidad. Hubo años que del lado brasileño hicieron controles y verificaban las multas. Si el vehículo registraba multas impagas no lo dejaban salir de Brasil
En cuanto a la documentación personal para cruzar a Brasil sólo se requiere Documento de Identidad o pasaporte vigente, según el caso (fundamental revisar la fecha de vencimiento de todos los viajeros con anticipación); presentar carnet de vacunación completa contra el Covid-19 a partir de los 5 años de edad o PCR negativo realizado un día antes de cruzar la frontera y por último, hay que completar la declaración jurada de salud que se encuentra en el siguiente link: https://formulario.anvisa.gov.br . La vacuna de la fiebre amarilla no es obligatoria para ingresar a Brasil, y tener un seguro de salud no es obligatorio, pero sí recomendable.
Respecto de la documentación del auto, sea propio o alquilado, los requisitos para circular por las rutas brasileñas son parecidos a los que corren en la Argentina. Hay que tener cédula verde o azul, un certificado de seguro contra terceros cómo mínimo y la póliza de seguro única para el Mercosur que viene con el seguro del auto de forma obligatoria. En general las rutas del sur del país suelen estar en buenas condiciones salvo algunos tramos de la BR 290.
En el camino
“La recomendación más importante para encarar un viaje en auto así de largo es que el camino es parte de las vacaciones. Es decir, las vacaciones empiezan apenas salís de tu casa, es más, empiezan apenas te vas del trabajo. No hay que esperar a llegar a destino. Todo el camino son vacaciones, así que no corras, disfrutá. Si vas en familia es uno de los pocos momentos del año en el que van a estar todos tanto tiempo juntos conociendo cosas nuevas. Ni siquiera en destino van a estar así. Disfruten, jueguen, compartan”, asegura Palmeiro.
Santa Catarina es uno de los destinos más buscados por la calidad y variedad de sus playas; sólo en la isla de Florianópolis (la capital catarinense, a 1755 km de Buenos Aires por las RN 14 y BR 290) existen unas 50 playas principales y otro tanto de pequeñas playas y ensenadas, la gran mayoría de ellas aptas para bañarse; las del norte son las de mejor infraestructura y las del sur combinan belleza natural con un entorno más agreste. A partir de octubre se activan todos los servicios costeros que cierran en la temporada baja luego de Semana Santa.
Por lo pronto, uno de los anuncios para la temporada 2022-2023 es la ampliación de la franja de arena de la Playa de los Ingleses, al norte de la isla, un proceso similar al que ya se hizo en Canasvieiras y se prevé para las franjas costeras de Jurerê y Armação.
Elida Degliuomini es empleada administrativa y desde el 89 viaja en auto al sur de Brasil con su esposo Guillermo y su hijo Maximiliano, y a veces con parejas amigas. Cada uno va en su auto, y allí alquilan casas todos juntos: “Casi siempre vamos unos días a la Isla de Santa Catarina, paramos en la Praia Lagoinha, y de ahí seguimos a la Península de Bombinhas, mi lugar en Brasil, ya que en pocos kilómetros se pueden recorrer hermosas playas. Yo paro en Canto Grande, un lugar donde la mayoría es gente del lugar, tranquilo y muy seguro” asegura.
Y añade: “Lo que más me atrae de ir en auto es que disfruto cada momento desde que salgo de casa. El viaje es pura adrenalina y te permite disfrutar cada paisaje, porque cada ruta tiene su atractivo. No puedo dejar de emocionarme cada vez que cruzo la frontera o el puente que une a la isla con el continente. Además, cuando vas en auto siempre queda algo por descubrir. Por ejemplo, un año yendo por la ruta de Santo Tomé, paramos en Urubici, una colonia alemana en las Sierras Catarinenses con hermosas cascadas y bellos lugares donde la vegetación tropical se transforma en pinos y araucarias. Esto demuestra que Brasil no sólo es playas, y está bastante cerca de Florianópolis”.
Ubicada en el continente, Bombinhas (a 76.1 km de Florianópolis por la BR-101) es otra de los destinos más buscados del litoral de Santa Catarina. Con un mar calmo y un clima agradable, las playas más populosas son Bombinhas y Bombas, con restaurantes y quioscos en la costanera. Se trata de una de las ciudades brasileñas con más playas galardonadas con la Bandera Azul, el sello de calidad internacional que se otorga a destinos más sustentables en términos de calidad del agua, educación ambiental, seguridad, servicios, turismo sostenible y responsabilidad social, con tres playas premiadas: Conceição, Mariscal y Quatro Ilhas.
A 38 km de Bombinhas por la Avenida Gov. Celso Ramos y la BR-101, Balneario Camboriú es garantía de diversión, otro destino preciado de la costa sur del país. La Playa Central con su costanera es el punto más poblado de la ciudad, y su franja de arena fue ampliada este verano. En los alrededores también existen playas más limpias y con buena infraestructura, cómo Estaleiro y Estaleirinho.
Al sur de Camboriú, quienes buscan unas vacaciones tranquilas y en contacto con la naturaleza pueden tomar la Rodovia Interpraias, que comunica diversas playas y miradores. La primera del recorrido es Laranjeiras, seguida por Estaleirinho (galardonada con la Bandera Azul), Praia Brava (con olas altas, muy buscada por los surfistas), Praia do Buraco, Estaleiro (también galardonada con la Bandera Azul), Dos Amores y Taquaras. El Parque Unipraias (con teleférico, montaña rusa y una tirolesa para bajar a Laranjeira a toda velocidad), es un buen destino para pasarse el día, así como el Oceanic Aquarium, y sus más de mil especies marinas. Una de las más recientes atracciones de la ciudad es la BC Big Wheel, una “Roda Gigante” de 65 metros de altura, la segunda más alta de Brasil. Desde Bombinhas, Canasvieiras o Camboriú, otro recomendado es la excursión a la isla do Arvoredo, una reserva natural con aguas traslúcidas para hacer buceo.
Oscar Mazza es comerciante, y viaja en auto a Brasil desde 2004, cuando fue por primera vez con su señora Silvana a Canasvieiras, y hace 12 años para en Ponta das Canas (cerca de Canasvieiras), con sus hijas Lara y Mica. Asegura que lo que más le gusta es el momento de agarrar la ruta, bandera de largada para unas maravillosas vacaciones en familia: “Antes era un poco cansador, se hacía largo, la ruta angosta, en la BR 290 y la 101 había mucho tráfico de camiones y pocas estaciones de servicios. Tampoco había GPS. Pero desde hace varios años, todo cambió para mejor. Una vez que conoces el Sur de Brasil, no lo podés abandonar, es adictivo. Cuando estamos ahí, nos olvidamos de todo. A parte hay muchas playas para conocer y cada una tiene su encanto y la gente nativa es muy servicial y te hacen sentir como que estás en tu casa”, asegura.
Para sacarle punta al lápiz
Para los que van en auto, los costos mandan: un vuelo directo a Florianópolis para una familia tipo está costando entre 450.000 y 550.000 pesos -ida y vuelta- durante la primera quincena de enero. En cambio, hacer el periplo en coche hasta ese balneario demanda entre tres y cuatro tanques como máximo, es decir, unos 30.000 pesos (a 7000 pesos por tanque para un rodado mediano); sumados a una o dos noches de hotel en el camino dan cerca de 60.000 pesos, y otro tanto la vuelta.
“En cuanto al combustible, en este momento, y como está el tipo de cambio, en Brasil el litro de nafta cuesta unos 100 pesos más que acá, por lo que conviene llenar el tanque antes de cruzar la frontera”, precisa Palmeiro.
Consultado sobre las estaciones Diesel en el país vecino, aclara que hay muchas, pero el problema es que sólo los camiones y ómnibus son diesel en Brasil. “No hay vehículos particulares diesel, así que, si alguna vez surge algún contratiempo, alguna avería, no hay talleres capacitados para arreglarlo, no sólo en la ruta, sino que en las ciudades importantes tampoco. Mi recomendación es que, si se tiene un problema serio con un auto particular en Brasil, conviene trasladarlo a Argentina cómo sea y allí hacerlo arreglar”, advierte.
Fabián Vázquez es técnico en prótesis dentales, y desde 2009 va con su mujer Cynthia y luego con su hijo Lauti, a Florianópolis: “Ya desde planificar el viaje, elegir las rutas que vamos a seguir, a veces vía Uruguay, por el paso de Colón Paysandú, y otras directamente a Brasil por Pasos de los Libres, nos encanta ir en auto. Además, en el trayecto podés recorrer distintas localidades o ciudades que si viajas en avión no lo podrías hacer. Tenés la libertad de salir y volver cuando querés, sin estar atado a horarios o una fecha determinada. Empezamos a ir solos, y “después con amigos que conocimos a través de la página “En auto a Brasil. Las vacaciones pasadas fuimos unas 18 personas, y nos encontramos allá”, cuenta Fabián.
Los precios de alojamientos, alimentos y bebidas se mantienen en niveles similares a los de comienzos de 2020, salvo algunos ítems, especialmente alimentos y bebidas que avanzan al ritmo de la inflación local (en alimentos ronda el 1% mensual, en promedio). Algunos ejemplos de precios son un desayuno entre 9,60 y 14,40 reales por persona; almuerzo, de 21,60 a 54 reales y cena entre 29 y 73,20 reales por persona, según la categoría y comodidades del local elegido.
Por último, otras recomendaciones a tener en cuenta son: 1) Si el auto es Diesel, al cargar combustible usar siempre la palabra Diesel y nunca Gasoil, porque no la utilizan y se parece mucho a gasolina. 2) Al estacionar, cuidado con los cordones amarillos, azules y blancos. En el caso de los blancos, si hay un cartel de prohibido estacionar, ya es suficiente para que no se pueda en toda la cuadra. 3) Circular por la banquina tiene multas altísimas. 4) En autopistas quedarse sin combustible es motivo de multa. 5) Manejar en ojotas no sólo es peligroso, sino que además, también es motivo de multa. 6) Las mascotas van atadas y en el asiento trasero.
“Viajar en auto al Sur de Brasil es una experiencia única, que te brinda la posibilidad de salir con el auto de la puerta de tu casa y llegar a esas playas paradisíacas. Prácticamente es la misma distancia que hasta Bariloche. Si vas por Uruguay y cruzás por Colón-Paysandú, tenés unos 1620 kilómetros. Entonces parás un día, generalmente en San Gabriel, descansás, y después al otro día seguís el recorrido hasta Floripa. Salvo algunos tramitos, las rutas están en perfectas condiciones, hay muchos kilómetros de autovía, y podés manejar tranquilo. La verdad es que en todos estos años nunca tuvimos un problema en la ruta. Lamentablemente tenés que volver, pero es un viaje de ida”, concluye Vázquez.
Fuente: Alejandro Rapetti, La Nación