Recluidos en sus hogares, muchos padecen el «imperativo de productividad» que se ha instalado
MIRÁ EL VIDEO. Lo logran con la técnica deepfake, capaz de suplantar el rostro de una persona por el de otra sin que se note. La real Jennifer Lawrence y su modificación con el rostro de Steve Buccemi, una de las alteraciones que puede crear deepfake.
Del pañuelo verde a los vómitos de colores, los creadores locales de las estéticas virales hablan de creación y política.