Tengo una historia así es mucho más que el disco de las grabaciones encontradas de Sandro; presenta al ídolo de América en su intimidad como nunca antes se escuchó.
El 19 de agosto de 2020, el día que Roberto Sánchez hubiera cumplido 75 años, se presentó No te vayas todavía, un adelanto de este trabajo discográfico y una canción cuya letra y música le pertenecen y que, por algún motivo, nunca llegó a grabar para incluir en alguno de sus discos. Su letra contiene un halo cuanto menos premonitorio: “No te vayas todavía, porque aún no llega el día, quédate otro poquito, por favor…” acrecentando la mística de un artista que sigue vigente en el corazón de “sus nenas”, sus incondicionales seguidoras.
El disco se completa ahora con diez canciones más, una de ellas inédita: Eso que se hace de a dos, y las otras nueve en versiones hasta hoy desconocidas. Una maravilla donde el tiempo no hace más que agigantar esta obra y esa omnipresencia de Sandro en cada corazón de sus miles de seguidores.
La otra obra de su autoría que se suma al extenso y popular repertorio de El Gitano es «Eso que se hace de a dos», donde recupera el pulso rockero de sus inicios con Los de Fuego en compañía de un terceto integrado por Charly García en teclados, Pedro Aznar en bajo y guitarra y Fernando Samalea en batería.
Como valor adicional de la pieza se retoma el reencuentro de Sandro con los exSerú Girán con quienes compartió «Rompan todo», para el disco «Tango 4» de 1991.
Por todo ello Tengo una historia así es un álbum de carácter histórico.
Las once canciones fueron íntegramente grabadas por él: nueve en casetes de chromo estéreo en portastudio, dos en cinta abierta. Todo realizado sin salir de su célebre mansión de Banfield. Los casetes, en su biblioteca -en el home estudio que luego le regaló a Rubén Aguilera (su productor y arreglador durante diez años). Las cintas, en “Excalibur” – la sala de grabación profesional que montó en la casa de huéspedes, en el fondo de su casa, luego transformado en “El Piano Bar”.
Este disco, como tal, nació hace dos años, cuando Jon Aguilera (hijo de Rubén y ahijado artístico de Sandro) comenzó junto a Nelson Pombal (productor de Palito Ortega, Charly García, entre otros) la clasificación, restauración y digitalización de esas grabaciones de entrecasa que Sandro le había confiado a su padre.
Olga Garaventa de Sánchez, viuda del artista, autorizó inmediatamente a Sony Music a desarrollar este proceso de “rescate” para lograr, con este proyecto, un resultado apabullante.
Además de las inéditas Eso que se hace de a dos y No te vayas todavía, hay una canción que no había sido editada en Argentina: Tú, que sabes del amor que fue grabada con el nombre de “Es mucho más mujer” en la edición para Estados Unidos del disco “Vengo a ocupar mi lugar”.
También aparece una versión de La vida dura, pero cantada en italiano. Más siete reversiones de canciones que recorren y abrazan distintos momentos de su carrera artística, haciendo foco tanto en su esplendor como en la soledad de su extraordinario proceso creativo.
Casi todas son de su autoría (La vida dura, Mi lágrima número Cien, Yo te haré mujer, No te vayas todavía, Tengo una historia así, Eso que se hace de a dos, Volviendo a casa, Tú, que sabes del amor y Compañero de platea). A excepción de Hay mucha agitación (Dave Williams) y Se te nota -la canción que estrenó en su legendario recital del Madison Square Garden de Nueva York-, compartida con Armil, el seudónimo de su representante Oscar Anderle.
El álbum cuenta con la participación de treinta y seis artistas, entre ellos trece de sus músicos que, por lo tanto, pertenecen a la icónica historia del Gitano: Bernardo Baraj (su compañero en los tiempos de Sandro y su conjunto con los Black Combo), Rubén Aguilera, Américo Belloto, Ricardo Lew, Raúl Padín, Miguel Tallarita, José Luis Colzani, Oscar D’Auría, Mario Parmisano, Carlos Buono, Víctor Skorupski, Enrique Roizner y Jorge “el Oso” Bertinetti (vaya nuestro reconocimiento especial a este amigo de Sandro, su músico desde 1982, fallecido recientemente, el 19 de julio de 2021).
En el booklet de Tengo una historia así hay fotografías que se erigen en verdaderos tesoros, nunca antes vistos, rescatados de su archivo privado, como por ejemplo los borradores de las letras de sus composiciones. Muchas de ellas exhiben la prolijidad de las hojas pasadas en limpio, y certificadas con su sello de lacre rojo y su firma (a veces Sandro, otras Roberto Sánchez).
Así es como su voz y este asombroso material guardado en su casona de Banfield se confunden mágicamente con ironía, profundidad sentimental y hasta con humor, todo en este disco lleva el sello de fuego que a él lo distingue. Es asombrosa la calidad interpretativa que se escucha en los demos y las cintas rescatados, y que tras un largo camino recorrido salen a la luz en estas impecables grabaciones.
El legado de su inmenso patrimonio artístico supera cada día la enorme leyenda de Sandro de América.
Y así este álbum lleva su sangre y su pasión, rindiéndole merecido tributo a su condición de artista fuera de serie.
Porque Sandro sigue entre nosotros…
Por siempre y para siempre ¡Sandro!