El primer destino fue París, una ciudad a la que lo unen sus mejores recuerdos (vivió varios años allí junto a su mujer, Teresa Sainz de Los Terreros, y sus cuatro hijos, Iván [50], Yaco [48], Mario [45] y Lucía [38]) y en la que lo esperaban Iván –actor y director de teatro–, Mario –abogado y político–, y dos de sus nietos, Lorenzo y Ulysses (fruto del amor de Iván y Cécile). “Es un placer ver a los chicos, que están muy bien, y a mis nietos, que son extremadamente cariñosos conmigo”, dijo Jairo (73), quien a la emoción del reencuentro sumó la felicidad de visitar amigos, como Jacqueline Pons, que le prepara sus comidas favoritas. Después, viajó directo a Milán, donde vive su hija Lucía –historiadora del arte– con su familia. “El abrazo con Lucía fue muy especial, porque es la única mujer y la más chiquita”, contó, entre anécdotas de esos días vividos con sus tres nietos más chicos, Alessia, Filippo y Leonardo. “Es un viaje de descanso y familia. Y estoy como en una nube, porque no me dejan hacer absolutamente nada, me tratan de maravilla. Lo único que lamento es que no estén acá Yaco y sus hijos, Juana y Francisco, que se quedaron en Buenos Aires, porque me encantaría disfrutar de esta experiencia todos juntos. Pero ha sido un viaje muy completo desde lo sentimental, es todo amor, amor puro y duro. Estoy feliz”, agregó el artista que, apenas vuelva a Argentina, retomará las presentaciones con las que recorrió el país –hizo más de cincuenta shows– celebrando su medio siglo con la música.
Fuente: La Nación