A principios de los años setenta del siglo pasado, las imágenes de Rafaella Carrà enseñando el ombligo en la televisión pública, en horario de máxima audiencia, sacudieron a Italia. Aquel gesto que hoy pasaría inadvertido fue toda una revolución y enseguida se convirtió en un inesperado símbolo de libertad sin complejos. Con actuaciones como esa, la italiana, fallecida el pasado julio a los 78 años, desafió a la censura, ganó la batalla contra quienes la tildaron de demasiado provocadora y trataron de desprestigiarla y se convirtió en un ícono todoterreno para incontables generaciones, además de un fenómeno televisivo y musical. Sus bailes, canciones y, en general, cualquiera de sus apariciones televisivas son ya parte de la historia de Italia y de buena parte del mundo. Ahora, Raffaella volverá a la pantalla a través de un documental que contará en profundidad su vida, su trayectoria y su impacto cultural.
La productora internacional Fremantle (que ha hecho concursos como Got Talent y series comoThe New Pope o American Gods) acaba de adquirir a los herederos de la diva los derechos para hacer un film biográfico. Fuentes de la productora confirmaron al diario El País, de España, que la película incluirá, además de gran cantidad de material de archivo ya conocido, imágenes inéditas que nunca han visto la luz y que presumiblemente irán acompañadas de entrevistas que ayuden a ponerlas en contexto. También señalan que la intención del proyecto es captar el sentimiento rebelde y revolucionario que tenía Raffaella. “Su carrera sin precedentes como superestrella de la televisión italiana se extendió durante siete décadas, convirtiéndose en un símbolo de la liberación y los derechos de la mujer. Carrà no dejó de desafiar los límites de la moral conservadora y de presentarse como una mujer libre, independiente y consciente de sí misma”, destacan en un comunicado.
En la productora también definen a la artista como “una de las mujeres más inspiradoras de Italia”. Y subrayan el gran impacto, involuntario como ella misma confesaría en alguna ocasión, que la Carrà tuvo en la comunidad LGTB+, que de inmediato vio en ella y en sus letras sobre la liberación sexual a una musa de la libertad y de la defensa de los derechos civiles, en un período en el que apuntarse a esta lucha no era tan fácil como hoy. “Su enorme popularidad y éxito comercial, especialmente en Italia y España, hicieron que Raffaella Carrà desafiara el statu quo. Con su trabajo, ayudó a las mujeres a tener más confianza en su cuerpo y en su sexualidad, animando a todas a sentirse libres para expresarse. Se convirtió en una gran defensora e ícono de la comunidad LGTB+ y fue reconocida en el World Pride Madrid 2017″, señala Fremantle en la nota. Y desgranan también algunos momentos cumbre de la trayectoria de la diva italiana que se recordarán en el documental. Como su participación en 1965 en la película El coronel Von Ryan, junto a Frank Sinatra, Edward Mulhare y Trevor Howard; la escena del ombligo durante la canción de apertura de Canzonissima, un popular programa del principal canal de la televisión pública, RAI, que “provocó una gran controversia y debate en la sociedad italiana”. O la archiconocida y sensual coreografía del “Tuca Tuca”, también a inicios de los setenta, en la que ella y el bailarín Enzo Paolo Turchi se tocaban de forma sugerente, aunque más bien inocente, y que los más conservadores de la época lo interpretaron como excesivamente sexual y lo consideraron demasiado explícito.
En esa etapa, la popularidad de la Carrà creció como la pólvora en España y en toda Europa y América Latina, y su reputación como artista musical de primera línea quedó consolidada con álbumes como Forte Forte Forte, que se publicó en 36 países. El proyecto del documental, que aún está en fase de elaboración, está liderado por las divisiones de Italia y España de Fremantle y recorrerá la vida y obra de la estrella, nacida en Bolonia en 1943, que se elevó desde unos orígenes muy humildes hasta convertirse en la “dama de la televisión italiana”.
El misterio de sus herederos
Hasta el momento no se ha hecho pública la identidad de sus herederos. La artista no tenía hijos, pero se ocupaba de sus sobrinos Matteo y Federica desde que murió su hermano, el padre de ambos, en 2001, cuando tenía 56 años. “Ocupó el lugar de mi padre cuando faltó, siempre nos ha dado el mejor afecto y la mejor educación”, señaló su sobrino hace unos meses. La propia Raffaella explicó en varias ocasiones que trató de ejercer de padre para sus sobrinos, por los que siempre mostró adoración y que en la actualidad tienen cerca de cuarenta años. “No viven en Roma, pero para cualquier problema pueden contar conmigo, los adoro. La faceta parental se puede vivir de muchas maneras. Cuando no trabajo, estoy con ellos, vienen a verme a menudo”, relató en una ocasión. En todo lo relacionado con sus sobrinos siempre ha dominado la discreción, al igual que ocurría con la vida privada de la reina de la televisión.
La prensa italiana supone que parte de su patrimonio, entre otros, los derechos sobre su obra, lo pueden haber legado los sobrinos y otra parte Sergio Japino, director y coreógrafo, su segundo gran amor, que fue su pareja durante muchos años y a quien siguió muy unida hasta el último día.
Fuente: La Nación