Poco ortodoxa: quién es la argentina que canta en la serie sensación

ESCUCHÁ SUS CANCIONES. Amparo Battaglia, más conocida como Catnapp, tiene una destacada aparición en el tercer capítulo del envío de Netflix.

Según indican los números, Poco ortodoxa está entre las series favoritas de los argentinos para maratonear en esta cuarentena por la pandemia de coronavirus. Se encuentra en el puesto número dos de lo más visto en el país del catálogo de Netflix. La historia de la protagonista, Esty Shapiro (Shira Haas) en cierto punto tiene que ver con la de Amparo Battaglia (32), más conocida como Catnapp, quien aparece en el tercer capítulo de la ficción.

https://youtu.be/Mlg8x4Axry0

Tanto la protagonista como la artista argentina deciden romper con estereotipos y reinventarse. Ambas son aficionadas a la música y encuentran en Alemania la libertad de ser y hacer lo que quieren. «Muy ortodoxa no soy», cuenta Catnapp, por vía telefónica, desde Berlín.

Sin tener en claro a donde iba a instalarse, hace cinco años Amparo dejó Buenos Aires y cruzó el Océano Atlántico con el objetivo de expandir su carrera musical. Sintió que en la Argentina había alcanzado cierto techo que no le permitía crecer en el plano artístico. Con base en Berlín, además de cantar y hacer giras por Europa y Sudamérica, tiene su propio sello discográfico.

«En la Argentina es bastante difícil sobrevivir y más aún si sos artista. Y más aún si haces algo no estándar y poco clasificable. La música que hago yo es bastante peculiar y sentía que había llegado a un punto que había tocado en los lugares que podía tocar y había llegado a dónde podía llegar. Necesitaba irme a otro lado donde hubiera más oportunidades, donde pudiera inspirarme con cosas nuevas», dice la artista.

Catnapp se mudó a Berlín hace 5 años. Hace giras por toda Europa. Foto: gentileza Duran Levinson. CGI: Giusy Amoroso

Catnapp se mudó a Berlín hace 5 años. Hace giras por toda Europa. Foto: gentileza Duran Levinson. CGI: Giusy Amoroso

Si bien Catnapp tenía una carrera en la Argentina, en Europa la historia era diferente. «No conocía a nadie, no conocía a ninguna persona que organice algún evento. Con una amiga argentina que conocí acá, empezamos a ver dónde yo podía tocar y ella sacar fotos. Nos armamos una primera fecha en una mini galería, alquilamos el sonido y armamos un line up. A partir de eso empezamos a tejer una red de contactos nueva. Empecé de cero».

Su carrera dio un giro cuando se cruzó con el tour manager de Modeselektor. El dúo electrónico estaba haciendo un show en Om, boliche de Berlín, mientras ella trabaja en el guardarropas y en la caja del lugar. Cuando finalizó su horario fue a disfrutar lo que quedaba de la fiesta y, gracias a las vueltas de la vida, terminó charlando con el representante.

Él le pidió que le pasara su material y ella lo hizo, aunque no creía que alguien fuera a escucharlo. Pero gustó y junto a la discográfica Monkeytown lanzó su primero EP, Fear, en marzo de 2018. «Fue una casualidad, medio como un sueño o una película. Estaba en el boliche y de repente se me acercó y se me cumplió el sueño».

«Hubo un gran cambio en mi carrera, fue la primera vez que trabajé con un sello mediano o grande y al trabajar de la mano con el apoyo de una plataforma como esa me di cuenta de lo que eso significa. La exposición que te da y la ayuda que es. Fue un nuevo capítulo».

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Desde entonces su carrera no paró de crecer. Se presentó en varios países de Europa, como Austria, España, Alemania, Inglaterra, Rumania, Polonia, Rusia.

Después de una mala experiencia con una discográfica estadounidense, donde le prometieron «la tierra y el cielo y todo se esfumó», Amparo decidió abrir su propio sello, Napp records. «Me engañaron y me faltaron el respeto. Eso me generó una decepción muy grande, una gran herida, me rompieron un sueño y el corazón».

«Al día siguiente decidí poder darle visibilidad a otros artistas, darle mis contactos, ayudarlos a llegar a un escalón más arriba. Quería un sitio seguro para que lo que me pasó no le pase a otra persona». Su sello debutó en 2017 con Back, otro de sus EP.

Catnapp se reinventa con cada canción lo que hace imposible encasillarla en un género. «No lo hago intencionalmente, cuando me siento a hacer música hago lo que me sale, siempre hago cosas distintas y es muy difícil clasificarlo porque desde el vamos nunca fue algo clasificable. No termina de ser una cosa ni la otra, no es música para para bailar a las 5 de la mañana y tampoco es un concierto de rock», explica la productora y compositora.

Sus inspiraciones vienen de The Chemical Brothers, The Prodigy, Fever Ray, Beyoncé, Placebo, Fatboy Slim, Beastie Boys, The Streets. Mucho Big Beat, rap white trash y ritmos quebrados.

Ahora lo que interes saber es cómo llegó a ser parte de Poco ortodoxa, una de las apuestas más grandes de Netflix. La miniserie cuenta la historia de una joven judía de una familia ultra conservadora, que se escapa a Berlín huyendo de su vida en su comunidad de Brooklyn y aprovecha para seguir su sueño de estudiar música. 

Shira Haas como Esty Shapiro en Poco ortodoxa, la miniserie de Netflix.

Shira Haas como Esty Shapiro en Poco ortodoxa, la miniserie de Netflix.

«Esa fue la segunda casualidad. Estaba tocando en un boliche de Berlín y justo cayó a la fiesta un conocido de la directora de Poco ortodoxa ( María Schrader). Vio el show y pensó que representaba la escena del underground de lo que es acá en Berlín, le dijo a María y a ella le gustó. Le pareció que era perfecto para el momento en que la protagonista ingresa a este mundo desconocido del underground de Berlín. Esa fue la segunda gran casualidad de mi vida».

A Catnapp se la puede ver en el tercer capítulo de la serie, pasando música en una discoteca. «Fue muy hermoso e intenso. Fueron como 11 horas de rodaje para esa escena y fue muy lindo estar rodeada de un grupo de gente tan profesional que hace su trabajo tan bien, tan ordenado, con tanta buena onda, parecía una fiesta de verdad«, cuenta sobre su experiencia.

«Yo grabé videoclips, pero nunca había trabajado con actores. Estas personas parecían que estaban cantando la letra de las canciones no sé si se la estudiaron o ya la sabían, pero era como si yo estuviera en una fiesta de verdad, o sea, estaba tocando de verdad, sólo que había unas cámaras gigantes ahí. Fue como hacer un show de 11 horas, muy intenso y con mucho calor», cierra Catnapp.

Fuente: Clarín