Paul McCartney, el talento musical dentro de Los Beatles, responsable del más extenso catálogo de la música popular contemporánea -gran parte de él en sociedad con John Lennon- y dueño de una asombrosa capacidad interpretativa gracias a sus dotes naturales para dominar diversos instrumentos, cumple este sábado 18 de junio 80 años, dos días después de cerrar su gira «Got Back» por Estados Unidos.
Es que lejos de descansar en el mito que supone el hecho de ser un pilar fundamental sobre la que se erige la música popular moderna, esta leyenda británica sigue sumando páginas asombrosas en cada nueva producción y girando por todo el mundo, en shows en donde obviamente también es principal guarda y difusor del maravilloso e inagotable legado beatle.
«Yesterday», «Penny Lane», «Hey Jude», «Michelle», «Let It Be», «Lady Madonna», «Eleanor Rigby», «Paperback Writer» conforman apenas una ínfima proporción de los innumerables clásicos que creó en su etapa con Los Beatles; en tanto que «Maybe I´m Amazed», «Live and Let Die», «Band on the Run», «Jet», «My Love», «Coming Up» y «Pipes of Peace», entre otros, se fueron sumando en los años posteriores, para constituir un abrumador repertorio.
Pero no se trata solo de un puñado de composiciones que fueron sucesos en ventas y acapararon los primeros puestos en los rankings, sino que han reformulado todos los conceptos de la música popular contemporánea y marcaron un nuevo rumbo cultural. Los enormes cambios experimentados en la década del ´60 están estrechamente asociados a Los Beatles y sus canciones fueron motores y, a la vez, banda sonora de ellos.
Acaso Paul no haya pensado precisamente en cambiar el mundo cuando se volcó a la música, como sí probablemente se le puede haber cruzado por la mente a su camarada John; pero lo que sí tuvo en claro fue que quería ser un compositor profesional. Su natural talento para la música, su capacidad receptiva y su entrega al trabajo iban a ser sus armas.
«Además de ser un compositor genial, tiene la característica de utilizar las influencias que existían de los grandes compositores antiguos y llevarlo a la música pop. Entonces crea una música fácil de entender, de reconocer para el oído común, pero a su vez con una gran calidad compositiva. Tiene esa antena para detectar lo que la gente puede entender», analizó a pedido de Télam el violonchelista, compositor y arreglador Patricio Villarejo.
«Sus temas parecen muy simples pero cuando los estudiás y descubrís las vueltitas que les da, que muchas veces son intuitivas, te das cuenta qué estatura tiene como compositor. Y funcionan increíblemente. `Here, There and Everywhere´, por ejemplo, podría ser una composición de Mozart», añadió el artista que fue parte de la orquesta de Osvaldo Pugliese e hizo los arreglos de cuerdas para el show de Charly García en el Colón, entre otras cosas.
En este punto, Villarejo recordó que, debido a que su padre era un músico aficionado, Paul creció en medio de standards de jazz, la música de la postguerra que incluía operetas y canciones alemanas; pero que también tenía inquietudes que lo llevaron a indagar en la música clásica.
Por su parte Lucrecia López Sanz, una de las fundadoras de Nube 9, banda que desde hace más de 20 años interpreta la obra de Los Beatles y de sus cuatro integrantes como solistas, destacó que «siempre es un desafío» abordar las creaciones de McCartney.
«Es un tipo que siempre hace unos arreglos muy delicados y no se repite. Si hay dos estrofas seguidas que aparentemente son iguales en estructuras, él siempre las va a tocar diferentes, o va a tocar una nota distinta en el bajo, o va a hacer un fraseo distinto con la voz, o le va a cambiar algo. Es todo el tiempo arreglos, detalles, y eso es lo que lo hace tan maravilloso», expresó. «Siempre encontramos esas delicias musicales -acotó-, como que hace alguna inversión en el bajo, o cosas así. Hay que estar muy atentos a los arreglos».
En tanto, consultado por esta agencia, Emilio del Guercio, histórica figura del rock argentino, se refirió a Paul como «un referente insoslayable de la música del siglo XX y XXI» y mostró su deslumbramiento al intentar caracterizarlo como compositor.
«Cierra perfectamente las canciones y, sin embargo, en algunas partes produce deslizamientos armónicos a estructuras que parecieran que van en un sentido con lo que la oreja tiene acostumbramiento, de acuerdo a ciertas estructuras de la armonía, sobre todo a nivel occidental. En algún momento de la canción genera una bisagra, un cambio, y eso está en casi todas sus canciones», señaló.
Pero además de su gran aporte compositivo, Paul también propuso un replanteo en el rol del bajo en las bandas de rock a partir de la creación de líneas melódicas paralelas a la tonada principal.
«Me he referenciado mucho en el criterio con el que trabajaba sus líneas de bajo. Siempre me gustó ese concepto de generar líneas melódicas en el bajo por debajo de la línea principal, sin molestar a la melodía central, pero haciendo un nexo armónico, melódico y rítmico de primerísimo orden, que para mí fue formativo», reconoció el ex Almendra y Aquelarre.
«Él era guitarrista. Lennon estaba con la rítmica, George hacía los punteos y Paul se pasó al bajo, pero todos los conocimientos que traía de la guitarra los volcó ahí», puntualizó, por su lado, López Sanz.
Para Villarejo, «Paul es un melodista, y el hecho de cantar y poner tanto énfasis en la voz hicieron que el bajo adquiriera otra característica»: «Dejó de tocar las notas fundamentales nada más y se puso a hacer melodías. Eso es herencia de la música clásica y él lo metió en el pop», remarcó.
Más allá de todo lo que pueda decirse, lo cierto es que desde un primer momento Paul no dejó las cosas libradas solamente a su talento natural y ha aplicado siempre una buena dosis de obsesivo trabajo que, hasta el día de hoy, mantiene.
También es realidad que el eterno beatle es de esa clase de seres que vive permanentemente conectado a la música, al punto que si no está tocando algún instrumento, seguramente está tarareando alguna canción, según coinciden sus biógrafos. Por eso, no es extraño que al final de cada gira o de cada producción ya esté pensando en el siguiente paso.
«Verlo a esta altura de la vida en el escenario y con esa energía es un ejemplo de vida, más allá de lo que es como artista. Todos sabemos que cuando viene acá y hace pruebas de sonido está cinco horas tocando, lo cual habla de su amor y entusiasmo por lo que hace. Esa es una lección de vida que trasciende todo concepto ideológico», celebró Del Guercio.
Y completó: «Me alegra que cumpla 80 y ojalá cumpla muchos más porque el ejemplo que muestra al estar en el escenario, rompe un poco con ese mito de que la música es solamente patrimonio de un segmento de tu vida, de la adolescencia. No es así para nada. Por suerte, no lo es».
Fuente: Hernani Natale, Télam.