Es posible encontrar el catálogo ordenado en el blog de Dave Strickson.
Parte de esa colección solo se escuchó cuando fue estrenada por el propio conductor y por la banda o el solista que lo visitaban para hacer las grabaciones de tres o cuatro canciones, especialmente versionadas para la BBC. Otras, que sonaron muy bien, terminaron siendo parte de álbumes en la discografía de varios artistas.
John Peel no fue el esposo, el padre ni el hermano de la Emma Peel de Los Vengadores sino el apodo que eligió John Robert Parker Ravenscroft para desarrollar su tarea como DJ, periodista y radiodifusor, desde finales de la década del sesenta. A su doble apellido hay que agregarle OBE (Oficial de la Orden del Imperio Británico), título nobiliario que le dio la realeza de su país por el aporte cultural que ha hecho. Luego de tantos años de labor radial, la BBC le dedicó varias páginas en su web.
Nacido en Heswall (Reino Unido) en 1939, el niño que desestimaba el valor del rugby y prefería refugiarse en vinilos raros terminó eligiendo tempranamente su futuro, mientras pasaba horas como pupilo en el colegio secundario. Contra todo pronóstico, su primeros trabajos radiales no fueron en Inglaterra sino en los Estados Unidos. Durante su estada en Dallas consiguió trabajo en radio y se convirtió en un especialista en The Beatles. Tenía dos puntos a favor. Era inglés y había vivido mucho tiempo en Liverpool. También vivió en Los Ángeles y en San Francisco pero un día se terminó el amor por los Estados Unidos y regresó a sus pagos, luego de siete años.
Volvió sin un trabajo fijo pero con la suerte de estar en el momento indicado en el lugar preciso. John debutó en la BBC el 1 de octubre de 1967 con Top Gear, un programa dominical que iba después del mediodía. Las autoridades de la radio al principio lo miraron con desconfianza, sin embargo, supo generarse apoyos que le dieron continuidad. El resto lo hizo la audiencia una vez que le dio crédito a los músicos que John convocaba para sus «sessions» (Pink Floyd, David Bowie, Captain Beefheart). Así, se transformó en un baluarte de una nueva radiodifusión y un excelente musicalizador al que había que seguirle los pasos. El resto es historia bastante conocida gracias a la difusión que a estas audiciones le dieron los propios músicos. Y la importancia. ¿Quién no quiso ser parte de las «sessions»?
Entre las curiosidades del mito se puede decir que Hendrix grabó para Peel y que Peel nunca pudo tener un registro de The Clash. Y quienes hagan un recorrido atento y minucioso descubrirán perlitas como una grabación de Syd Barrett, del 24 de febrero de 1970. Detrás de la leyenda no hay secretos. Incluso, Peel no se jactaba de su gran producto. A mediados de los noventa, cuando le preguntaron sobre los inicios de las grabaciones, respondió: «Básicamente, estamos obligados a tener música no grabada; solo se nos permitió una cierta cantidad de tiempo por cada hora de programa debido a las reglas de la Unión de Músicos. La elección era tener silencio o hacer que las bandas tocasen en vivo».
Y ya desde el inicio Peel pensó que todo ese material no solo debía ser emitido y guardado en un archivo. Algunas sesiones podían ser publicadas. «Había estado discutiendo con la BBC sobre esto desde que comenzó: originalmente sugerí que la BBC lo publicara a través de BBC Enterprise, su propia etiqueta. Fui a ver a Richard Branson a Virgin, entre otros, pero él no estaba interesado, así que finalmente fui a ver a Clive Selwood y juntos establecimos el sello Strange Fruit».
El sello, que se dedicó a publicar registros de la BBC, incluidas las Peel Sessions, surgió en 1986. La primera publicación fue la grabación de la actuación que New Order había realizado en los estudios, en 1982 . De ahí hacia atrás se hizo el inventario del post punk británico. También se editó material de finales de la década del sesenta. La ventaja del sello es que contaba con mucho material. Algunas bandas fueron varias veces a grabar tres o cuatro canciones a The John Peel Sessions, por eso se podían armar álbumes enteros con varios registros. La etiqueta discográfica creada por Peel pasó de manos en esos movimientos de compras de sellos y catálogos que se suelen hacer dentro de la industria discográfica, y desapareció en 2004, año de la muerte de Peel. Lo curioso es que el último álbum publicado fue con material de New Order .
¿Cómo se arma una lista con semejante cantidad de grabaciones? El registro de Nirvana, de 1991, es un clásico, pero si de esa estética se trata no hay que olvidar la grabación de Hole, de ese mismo año. Existen registros de lo más variados y es difícil establecer un ranking que no esté ligado al gusto de cada oyente, por más que existan sesiones memorables y que algunas se convirtieran en discos. The Peel Sessions 1991-2004 es una compilación publicada por PJ Harvey en 2006 (dos años después de la muerte de Peel), con actuaciones que la cantante hizo durante esos 13 años para las «sessions» del conductor. La edición fue acompañada por este mensaje de Harvey: «Más de lo que quisiera admitir por temor a la vergüenza de ambas partes, pero siempre busqué su aprobación. Importaba. Cada sesión de Peel que hice, la hice por él. Con mucho amor elegí estas canciones, en su memoria. Una forma de decir ‘Gracias’, una vez más. Gracias, John».
El catálogo disponible hoy en el blog de Dave Strickson es la mejor herramienta para que cada oyente arme su lista. Una de las veces que se le preguntó a Peel sobre cuál era su «session» favorita dijo que entre miles era difícil elegir una. Pero, de entre las que terminaron en ediciones discográficas, destacó una actuación de 1982 del grupo jamaiquino de reggae roots Culture. Entre sus predilectos también estaban la banda femenina londinense de post punk The Slits, que eran habitués de sus estudios, y algunas grabaciones que en los estudios de la BBC hizo The Wedding Present, banda también londinense, surgida en la década siguiente.
Fuente: Mauro Apicella, La Nación