Dueño de una voz cristalina de alta expresividad y guitarrista único, poseedor de una técnica de ejecución que casi no tiene parangones, Nahuel además ha cosechado premios y reconocimiento nacional e internacional dentro de una trayectoria aún corta pero repleta de satisfacciones, tanto artísticas como humanas.
Conversamos con él más que nada acerca de su reciente show, que forma parte de su gira denominada A solas, donde pasó por diferentes puntos del país como Tres Arroyos, Tandil, General Belgrano, Viedma, Bahía Blanca, Santa Rosa, Santa Fé, Paraná y Mar del Plata, entre otros-, pero también recorrimos otras vivencias, logros y sentimientos suyos.
Nahuel empezó a hablar de su concierto en ese teatro icónico pero también se refirió a sus sensaciones de volver al ruedo tras las flexibilizaciones: “Fue muy difícil volver al ritmo de actuaciones escénicas luego de la cuarentena, y estar nada menos que en el Ópera tampoco fue fácil. Me pasó algo muy loco cuando hicimos el primer concierto post pandemia, en la localidad de San Martín, al aire libre y con aproximadamente doscientas personas presentes. Resulta que demoré un montón en hacer algo habitual y que antes era casi automático para mí: armar la lista de canciones. Es como que había perdido la práctica, no sabía bien cuál tema poner antes que otro, cómo enganchar el final de una canción para darle paso a la siguiente, increíble. Me preocupaba más que nada la reacción de la gente, si iba a estar predispuesta a escuchar y dejarse llevar por mi material. Estaba como trabado, pero una vez que sentí el primer aplauso, el primer aliento que me transmitió el público, ahí me aflojé y me emocioné hasta las lágrimas, ya estaba otra vez en mi elemento y volvía a sentir ese ida y vuelta que se daba antes con la gente. Esa magia compartida me termnó de acomodar”.
-¿Cómo fue la experiencia de volver a un gran teatro como el Ópera y reconectarte con una audiencia masiva?
-Y, estuvo buenísimo, fue una experiencia hermosa. Un concierto muy especial, siendo el cierre del año y además aprovechando para presentar el disco, cosa que veníamos postergando ya hace bastante tiempo, por todo lo que sabemos, especialmente las restricciones que nos afectaron especialmente a los artistas. A partir de la segunda parte del año se empezaron a retomar de verdad las cosas y yo me siento en una gran momento artístico y personal, así que estábamos muy ansiosos por volcarlo y plasmarlo en el show, más en un escenario de esa envergadura. Es un show distinto para mí, que lo venimos armando desde hace tiempo, que se va consolidando y que tiene varios matices incluidos dentro del show. Trabajamos con una puesta más elaborada, recurriendo a elementos visuales y musicales a los que hasta ahora no habíamos apelado en esta magnitud. La presencia de tecnología, cantar acompañado con pistas, además de la banda que me viene acompañando hace varios años; en fin, varios elementos que antes no formaban parte de mis presentaciones. Y a eso hay que sumarle los invitados, que le dieron un realce fundamental al show: Lito Vitale, Julia Zenko, y músicos excelentes y amigos que participaron en el disco como Nico Segovia, el violinista Damián Bolotín, el maestro Rolando Goldman, la bandoneonista Milagros Caliva. También tengo que mencionar a los bailarines que le dieron gran vuelo a una de las canciones, un lindo momento del espectáculo, entre otros pasajes especiales que fuimos presentando. Fue maravilloso, hubo mucha energía, a la gente la sentí muy feliz, emocionada; tanto como yo. ¡Es que hay tantas ganas de escuchar música y cantar junto a los artistas en vivo! Y esas ganas acumuladas son también de abrazarse, de llorar, de reír junto al otro. Me llevo una de las experiencias más lindas dentro de los conciertos grandes, así que espero con expectativa el próximo, que espero que sea mejor aún, jé.
-Presentaste las canciones más recientes de tu producción.
-Sí, más que nada el material de Renacer, mi último disco, como por ejemplo “Canción de lejos” de César Isella, “Hoy”, de Gloria Estefan y “Hasta que me olvides”, que es de Juan Luis Guerra, aunque es un clásico del repertorio de Luis Miguel. También “Mundo”, que grabé con Abel Pintos, “Compañera”, con la que quisimos representar a todas las madres en una canción, “Vuelve” y “Universo paralelo”. Gran parte de ese material estuvo producido por Julio Reyes Copello, que trabajó nada menos que con Marc Anthony, Ricky Martin, Alejandro Sanz y Jennifer López. Y la palabra que le da título al álbum además me representa en este tiempo, en este proceso; Renacer, siento que he renacido en varios sentidos.
-¿Estás participando en la parte visual de los videos? Porque el clip de “Universo paralelo” tiene una sorpresa muy particular y emotiva en su postulado amoroso, además de su excelente manufactura.
-Ah, qué bueno que destaques todo eso, porque esa premisa nos encantó que sea plasmada, tiene que ver con lo inmenso del amor y en su libertad. Y me viene bien saber que eso se haya podido apreciar. Me estoy involucrando más que antes en ese aspecto, en las tomas que se eligen y qué pasa en cada momento de la canción. Uno se va imaginando cómo quedan las imágenes en determinados instantes del tema, pero después eso se completa con la gente, ellos me van comentando sus sensaciones. Más que nada me interesa que el producto sea genuino, que tenga que ver con la canción pero también conmigo. La directora fue Agustina Taffet y con ella trabajamos un video con tenga emoción y a la vez despliegue, y eso creo que quedó logrado. La verdad que fue bastante complicado el video, porque se rodó en medio de la cuarentena, aunque ella siempre le puso toda la garra y la creatividad. Lo que demuestra que siempre es posible hacer las cosas, pese a todo.
-En esta última parte del año fuiste parte de dos eventos en los que generaste emoción al participar: Yo soy de APTRA, y te vi en vivo casi al lado del escenario del Luna Park cantando en la entrega de los Martín Fierro de Cable cuando en la ceremonia se rindió tributo a las figuras del medio fallecidas en 2020 y 2021; desfilaban los nombres y las imágenes de cada artista en una gran pantalla y conmovía el acompañamiento de tu voz y la canción. Y el otro evento fue el Concierto para Los Refugiados en el teatro Coliseo, donde cantaste “Avanzar” y fue también un momento significativo, por la manera en que esa canción se ensamblaba a la temática del evento.
-Ahh, ¡qué bueno que me cuentes como salió todo cuando canté en la entrega de los Martín Fierro!, yo no estaba seguro de cómo había salido, pero esto que me estás comentando me alegra mucho. Fue una parte muy especial dentro esa noche y yo quería transmitir un sentimiento acorde que acompañe ese recuerdo, por eso elegí esa canción tan hermosa, “Hojas en el viento”, que la compuse junto a Claudia Brant, una artista argentina muy reconocida en Latinoamérica. Y lo del Concierto para Los Refugiados fue otro hito inolvidable, junto al maestro Lito Vitale y participando junto a un grupo de tremendos artistas. Una gran noche y un tributo para gente que atraviesa por dolorosas circunstancias.
-Ya ganaste más de un Premio Gardel, fuiste nominado nada menos que a un Latin Grammy, y hace poco anduviste por España, ¿qué sensaciones te despiertan esos momentos?
-¡Todas las sensaciones juntas! Una satisfacción enorme recibir esos premios, que llevan el nombre de un artista tan significativo para todos. Y fue muy positivo lo de España, canté el Café Berlín, un lugar muy importante de Madrid, por donde pasaron grandes artistas. Son los primeros pasos porque aún no es fácil hacer shows allá, como pasa en casi todos lados, que siguen saliendo de las restricciones por la pandemia, pero ha sido una gran experiencia. Y del Grammy qué decirte, otro orgullo increíble, además de la noche que pasé en Las Vegas, compartiendo momentos con grandes representantes de la música latina y de otras latitudes.
-Y otro tanto habrás vivido el año pasado en un Festival de la Canción tan difícil como lo es de Viña del Mar, ¿qué recuerdos te quedan de ese evento?
-Y, los mejores, formar parte de la competencia de un festival de esa categoría, el más importante de Latinoamérica, y ganar dos Gaviotas de Plata, un premio tan difícil de alcanzar, ¡no se podía pedir más! A lo largo de 2 o 3 días atravesé por varias etapas delante de un jurado muy prestigioso y exigente, más aún para un argentino. Y con un sonido de aquellos, al igual que toda la parte técnica y la asistencia a los artistas. Fue una experiencia realmente impresionante, y además le dio un gran impulso a mi carrera.
-Formaste parte del reciente concierto de cumpleaños de León Gieco en Tecnópolis, pero tu relación con él viene de mucho antes, entiendo que él te respaldo bastante en tus comienzos.
-Totalmente, ¡fue increíble porque León me buscó a mí y no al revés! Me descubrió viéndome en You Tube, y al principio pensó en mí para que forme del hermoso proyecto de Mundo Alas, que integran ciegos y otros discapacitados, pero luego me dijo que me veía para algo más. Y ahí me abrió una puerta importante, como también ha hecho con otros músicos y cantantes. Además dándome siempre un espacio desde un lugar de par, nunca desde ese grande de la música que realmente es. Hasta me llevó a las Naciones Unidas en 2014, donde cantamos juntos “La colina de la vida”. Y a un gran concierto suyo en el Luna Park, que fue uno de los más importantes de su carrera. Y lo mejor de todo es que gracias a eso lo pudo conocer mi viejo, que lo admira de toda la vida, esa fue la mejor recompensa para mí.
-Y hablando de tu padre, él es bajista y ese fue tu primer instrumento. Pero luego lo cambiaste por la guitarra.
-Claro, tanto él como mi madre, que es cantante, me transmitieron la pasión por la música. Ellos tuvieron una banda que se llamaba El Círculo Rock, hacían tema propios y de otras bandas, como Vox Dei. Y hace un tiempo que están grabando un disco, eso es bárbaro. Y sí, él un día me dio el bajo, me dio algunas nociones y después yo empecé a practicar de esa manera especial en la que toco, y luego lo trasladé a la guitarra. Mi viejo nunca me corrigió, aunque un día le dije que me enseñara a tocar la viola de la manera normal… ¡pero no duré ni tres clases!, ya no podía tocar de otra manera, así que seguí así. Un par de años me llevó desarrollar y pulir esa técnica y me dicen que debe ser única en el mundo. No sé si será así, pero a mí me funciona.
-Técnica que además ya tiene tu propio nombre, ¿no?
-Y sí, Técnica Pennisiana le puse, jé.
-Tocás como un zurdo, pero…¿sos zurdo?
-No, soy ambidiestro. Para algunas cosas me manejo con una mano y para otras con la otra, uso las dos. Firmo con la derecha, por ejemplo.
-Estás viviendo tu paternidad intensamente. ¿Qué podés transmitir de lo que significa Mateo para vos?
-Ser papá es la más linda e importante experiencia de la vida, un hijo es un pedacito de uno y lo tomo como un estímulo muy grande en mi camino. Mateo es una bendición, un divino total, nos hace muy felices y a la vez nos hace reflexionar. Pienso y siento a mi hijo todo el tiempo, aunque no esté con él, aunque ahora está un poco más a mi lado en medio de mis tareas, de a poco lo estoy llevando a algunos shows y se podría decir que a sus dos años ya está sabiendo lo que pasa a su alrededor, que su papá canta, que se va de viaje por su actividad, etc. Pero bueno, más allá de todo eso, sólo me propongo a diario que mi hijo sea feliz.
-Tenés una sencillez y humildad que se mantiene a través del tiempo, cosa que ya te habrán dicho antes.
-Sí, puede ser, pero nunca me cansaría de oírlo y siempre voy a seguir siendo de esta manera. O sea, no voy a cambiar, la música me ha hecho crecer como persona y a ella le debo lo que soy, y mi relación con mi vocación y con la gente que aprecia lo que hago es inalterable.
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Amadeo Lukas – Periodista de espectáculos y crítico de cine. Miembro de APTRA, Asociación de Cronistas Cinematográficos y Premios Gardel. Cancionista.