Angela Merkel finalmente cerrará sus 16 años en la cabeza del gobierno Alemán la semana que viene, en una ceremonia de salida militar en la que su sucesor, Olaf Scholz, presentará juramento. Para musicalizar su despedida oficial, la canciller realizó un sorpresivo pedido que descolocó a los alemanes: eligió una canción rockera punk de la cantante alemana Nina Hagen.
La habitual ceremonia de Grober Zapfenstreich, uno de los actos militares más importantes que se llevan a cabo en Alemania, tendrá lugar el jueves próximo por la noche en el patio exterior del Ministerio de Defensa, ante un reducido número de 200 invitados debido a las restricciones por coronavirus,
Como es costumbre, los primeros ministros salientes seleccionan tres canciones para que sean interpretadas por la banda musical durante el evento.
En su top tres, Gerhard Schröder escogió el popular tema My Way de Frank Sinatra; Helmut Kohl se decidió por Ode to Joy de Ludwig Van Beethoven.
La lista de Merkel asombró a todos. El medio británico detalla que eligió un himno cristiano popular del siglo XVIII, Grober Gott, wir loben Dich (Santo Dios alabamos tu nombre), que referiría a su infancia, “un guiño a su crianza como hija de un pastor protestante y a la identidad religiosa de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU)”.
En segundo lugar puso a “una canción nostálgica sobre la ambición adolescente y la arrogancia juvenil” llamada , Für mich soll’s rote Rosen regnen (Debería llover rosas rojas para mí), dice The Guardian.
Pero la canción más sorpresiva fue Du hast den Farbflim vergessen de Nina Hagen, que fue furor en la Alemania Oriental durante la década de 1980 durante la Guerra Fría.
Si bien la letra habla sobre el enojo de la cantante con su novio por solo haber visto una película durante sus vacaciones en la isla de Hiddensee, “la canción fue entendida por sus admiradores en ese momento como una crítica encubierta de la república socialista y su cotidiano gris y monótono, donde las películas en color eran un bien escaso”, dice The Guardian.
Esto llama la atención porque Merkel “rara vez destacó su educación oriental” y Alemania no ha visto en estos 16 años de mandato que la canciller abrazara “su identidad de Alemania Oriental”.
Los gustos musicales de Merkel para su cierre en el gobierno podrían tener un segundo significado, agrega el medio, “un aullido de frustración con los hombres que descuidan hacer su trabajo correctamente también podría diseñarse como una despedida de Merkel a sus colegas masculinos”.
Fuente: La Nación