Una vía de escape en tiempos de pandemia. Una pausa para imaginarse fuera de las restricciones implementadas por el avance del Covid-19 (y los rebrotes en el Reino Unido) y, sobre todo, un homenaje a las discotecas británicas. Estas son algunas de las interpretaciones que se han hecho del videoclip de «Magic», el segundo anticipo que la cantante australiana Kylie Minogue hace del álbum que lanzará el 6 de noviembre próximo y que llamará DISCO.
Los dos singles que hasta ahora lleva publicados hacen honor al título de su nuevo álbum. Porque, obviamente, la palabra DISCO en inglés no hace referencia al vinilo sino a un tipo de música que Kylie representa con muchas luces y brillos, aunque la música no sea una referencia directa a las noches con bolas de espejos y pantalones Oxford.
En ese sentido, «Magic» sigue la misma línea de «Say Something», lanzado hace un par de meses. Pero mientras que en el primero todo es un poco difuso y hasta onírico, en «Magic» hay personas: bailarines que habrán trabajado siguiendo los protocolos ingleses de distanciamiento social y que le dieron forma a este clip que se desarrolla en el club nocturno Fabric, en Londres.
Hace diez años Kylie publicó el video del tema «Come Into My World», un relato circular en el que la cantante camina por una vereda mientras transcurren diversas situaciones casi en tono de grotesco. Pero lo curioso es que cruza la calle, regresa por la vereda de enfrente hasta que todo vuelve a comenzar. Como en una cinta de Moebio, vuelve a pasar por un lugar pero también por un tiempo. Por eso se cruza muchas veces con la misma escena y son muchas las Kylie las que van apareciendo en el video. Ese ejercicio podría durar diez años, llegar hasta el día de hoy y más. De hecho, eso parece insinuar el final (que no es un final sino apenas una secuencia más), pero la canción dura lo que debe durar para sonar en la radio: poco más de cuatro minutos.
Tal vez ese «Come Into my World» sea esa juventud que sostiene incluso cuando, hace dos años, festejó orgullosa sus 50. O tal vez sea una manera de ver la historia de Kylie Minogue y ese pop bailable que la ha acompañado casi desde el principio de su carrera, allá por finales de la década del ochenta, subida al tema «The Loco-motion», hasta llegar a «Magic».
Con luz propia
Diminuta (mide poco más de un metro y medio) y poderosa, comenzó a trabajar en el espectáculo de muy chica, en su Melbourne natal, en programas infantiles y telenovelas con gran éxito, especialmente por la serie Neighbours. Pero fue desde 1987 con su «Loco-motion» que se hizo un lugar en la batea grande del mundo de la música. Al año siguiente grabó su primer disco y en 1989 apareció en la película The Delinquents.
Actriz, bailarina y cantante pop a tiempo completo, culminó una década a puro éxito y comenzó a perfilar su carrera como joven estrella de la música en la década siguiente. Los números siempre estuvieron de su lado: es la artista australiana que más discos ha vendido. En cambio, las críticas de aquellos años fueron dispares. Si bien alguna vez Kylie se aproximó a otro tipo de repertorio (como cuando, a mediados de los 90, grabó con Nick Cave «Where the Wild Roses Grow», con un video inspirado la pintura Ofelia, de John Everett Millais) el público la identificaría hasta hoy con un pop fresco, que no está tan cerca del estilo sombrío y declamativo de Nick Cave.
Luces, brillos y el rouge del labial que son partes esenciales de su estética, aunque no se haya propuesto vender una imagen de mujer fatal. Es una diva de la canción pop pero, a diferencia de otras cantantes, no construyó un marketing de su carrera a partir de grandes polémicas ni de una imagen transgresora. Minogue se mueve dentro de los cánones estipulados. Ha tenido que lidiar con el cáncer de mama, hace más de quince años, ha hecho tratamientos médicos entre una gira de shows y la siguiente. Y ha sabido salir adelante.
En su vida también hay emprendimientos comerciales (desde líneas de lencería hasta perfumes llevan su nombre) y algunas páginas en las revistas del corazón. Tuvo romances fugaces con famosos como ella: desde el cantante de INXS Michael Hutchence, hasta Lenny Kravitz, Nick Cave y Jean-Claude Van Damme.
Entre Australia e Inglaterra ha tendido un puente de ida y venida. Lo que generó en su país natal se amplificó en el Reino Unido, al punto que en 2008 fue nombrada OBE (Oficial de la Orden del Imperio Británico) por la realeza de Gales. Diez años después, celebró su vigencia y sus 50, con el disco Golden, que llegó al primero puesto de los rankings de Australia y del Reino Unido. Minogue cuenta con tres BRIT Awards, dos MTV Music Awards y un Grammy. Su actuación en Glastonbury 2019 fue el momento televisivo más visto en la historia del festival.Kylie Minogue: de los videos hot a los hits dance, la princesa del pop repasa su carrera
Por ahora, solo se conocen dos temas del disco que estrenará en noviembre. Quizás haya en esta producción algún tipo de guiño a su álbum Light Years (2000) que tiene relación con la escena musical dance. Habrá que esperar hasta el 6 de noviembre para saber de qué se trata.
Fuente: Mauro Apicella, La Nación