El problema no sería la diferencia horaria entre un país y otro, sino las 14 horas (más esperas en aeropuertos) que separan a Londres de Buenos Aires. Aún así, la cantante británica Katherine Jenkins atraviesa la recepción del hotel porteño donde está alojada a paso rápido y con su mejor sonrisa.
Pasaron apenas dos horas de su arribo y tiene por delante una entrevista y un par de ensayos antes del concierto con orquesta que dará esta noche en el Teatro Colón, en el marco del Festival Únicos . Ella es la única artista dentro de esa corriente musical que está entre lo clásico y lo popular, que alista a artistas como Sarah Brightman, Andrea Bocelli y al grupo vocal Il Divo, que sigue teniendo mucha vigencia.
También habrá glamorosos vestidos, algunos breves monólogos y humor. ¿Una mezzo soprano reconvertida en artista del stand-up?«¡Nooo! Pero a veces los conciertos clásicos son un poco formales y lo más importante es que la gente se sienta cómoda. A veces es bueno incluso contar por qué elijo una canción, y eso no tiene que ser serio todo el tiempo.»
-¿A qué se debe el éxito del crossover clásico en las últimas décadas?
-Yo creo que la música clásica fue la música popular de su tiempo, una música para todo el mundo. Y creo que en los últimos veinte años algo cambió. Creo que algo pasó para que volviera a ser accesible. Lamentablemente, muchos pensaron que era para una elite, lo que en el Reino Unido llamamos «posh people». Hacer conciertos en lugares que no eran los habituales de la clásica y llevar en los conciertos temas muy conocidos de la clásica fue lo que ayudó a que se convirtiera en algo más accesible y para todo público.
-¿Pensó en algún momento en encarar un personaje de ópera?
-Estudié ópera durante mi formación. Pero enseguida comencé mi carrera discográfica. Canto arias de Carmen en mis conciertos, pero pensar en hacer un personaje es algo para el futuro.
La visita de Jenkins a la Argentina es fugaz: apenas tres días. Sucede que si bien se la puede seguir considerando la princesa del crossover, hoy es una treintañera con responsabilidades familiares. Su marido -el productor, actor y director neoyorquino Andrew Levitas- está filmado una película con Johnny Depp en Serbia y los niños (Aaliyah, de 3, y Xander, que todavía no cumplió un año), se quedaron en Londres con la abuela materna. Es por eso que la mezzo soprano ni siquiera podrá bailar tango en alguna milonga porteña, como lo hizo hace un lustro en un programa de famosos de la televisión estadounidense, similar al de Marcelo Tinelli. No es que sea fan del tango, pero en algún momento de su vida pasó por las coreografías de cortes y quebradas.
Para 2019, Jenkins tiene prevista una gira de conciertos en Australia, Japón, Estados Unidos, Nueva Zelanda y varias ciudades del Reino Unido. «Es mi parte favorita, lo que más me gusta es salir de gira y cantar con orquestas. Estuve acá en 2011. La gente fue tan muy amable y cariñosa».
Sus shows incluirán tanto los éxitos de su carrera como las canciones de su último disco, que publicó a finales del año pasado, Guiding Light. Si bien sus primeras producciones tienen temas de ese repertorio crossover («Caruso», «I Will Always Love You» y varios temas en italiano), con el paso de los años fue grabando álbumes a su medida. Tanto que este último tiene un tema dedicado a su hijo, una vieja pieza popularizada por Cat Stevens («Morning has Broken»), otra del rapero Stormzy («Blinded By Your Grace») y un himno no oficial galés: «Dros Gymru’n Gwlad».
«Mi hijo era muy pequeño cuando grabé el disco. Escribí para él una canción de cuna, pero no con la intención de que fuera en este álbum. Pero cuando se la hice escuchar al productor, me dijo: «Tenemos que incluirla». Y estoy muy feliz de haberlo hecho, aunque cuando tenga 15 seguramente me va a odiar por haberlo hecho», dice entre risas. ‘Morning Has Broken’ es un tema que grabamos con (el bajo-barítono) Bryn Terfel. Los dos somos galeses y muy amigos. Un día mi hijo no paraba de llorar, por eso Bryn lo alzó y le cantó canciones de cuna para que se durmiera. En cuanto a la canción de Stormzy, la verdad es que mi versión es muy diferente a la suya, rapeada; no sabía si iba a funcionar pero cuando escuché esa letra me di cuenta de que era lo que quería incluir en el disco».
La mezzo soprano participa en el Festival Únicos Crédito: David Venni.
-El disco se llama Guiding Light. ¿Quién es su luz guía?
-Siempre sentí que tenía una luz de guía. Aprendí a cantar en la iglesia. Soy creyente y definitivamente creo que Dios es quien muestra el camino, pero perdí a mi padre a los 15 años y creo que él es mi fan más grande. Fue el que me llevó a la escuela para que tomara clases de canto y para que practicara. Creo que él también es quien me guía en el camino.
-Por los títulos de algunas canciones, parece un álbum religioso…
-Creo que es espiritual para que cada uno lo interprete como quiera y desde lo que cada uno cree. Yo soy cristiana, mi esposo es judío. En ninguna de esas canciones se menciona a Dios, «Jealous of the Angels» es un tema que habla de la pérdida, por ejemplo. Por eso cada uno puede interpretar lo que sienta. Es un álbum inclusivo.
En 2012 Jenkins bailó en un reality de la televisión estadounidense. Entre otros bailes el tango fue una de sus coreografías.