«La guitarra está desplazada del circuito mediático pero como expresión más recatada y en la soledad de un intérprete se sigue tocando y nunca disminuyó el interés por ella», resalta Juan Falú.
Este año el encuentro en tributo a las memorias de Francisco Estrada Gómez, Juanjo Domínguez, Agustín Pereyra Lucena, João Gilberto y Nini Flores, se despliega en 13 circuitos que albergan 56 distintos conciertos en sendas ciudades argentinas hasta llegar al cierre del domingo 13, desde las 18, en el Centro Cultural Kirchner.
En su caso personal, Juan actùa dos veces durante el festival compartiendo con el japonés Yasuaki Hiura (el martes 8 a las 18 en el Consejo Deliberante de Ezeiza (Avellaneda 51) y un día después a partir de las 20 en Muma de Junín (Av. Roque Sáenz Peña 141).
En medio de una apretada agenda de viajes por presentaciones en solitario en distintos escenarios del país, el guitarrista, compositor, arreglador, cantante y maestro apunta que «otro eje del festival es el fuerte significado de la guitarra como símbolo de la cultura, como instrumento muy querido y muy referencial en la Argentina».
Por ello, el creador tucumano que celebra 71 años durante Guitarras del Mundo, arriesga que «si uno tuviese que aplicar este modelo de festival no sé si sería igual en otros países donde difícilmente podría reproducirse su carácter festivo y popular. Posiblemente en Uruguay sí porque somos una misma unidad cultural».
Y hablando de modelos, el eximio intérprete pone como ejemplo el éxito de Guitarras del Mundo «para mostrar una forma de gestión donde el Estado busca socios idóneos para llevar adelante políticas públicas».
«En este caso —puntualiza Falú— se trata de un gremio como Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) que demuestra un alto interés por involucrarse en la cultura con una enorme infraestructura y capacidad organizativa».
Desde esa perspectiva, el instrumentista señala que la experiencia en torno a este festival con un cuarto de siglo de vida «hay que tomarlo como un posible modelo de gestión para un plan sostenido en el tiempo que en ese mantenerse nos deja un margen de optimismo en momentos de cambios radicales».
¿Cómo surgió esta alianza con UPCN para hacer Guitarras del Mundo?
Yo fui a la Secretaría de Cultura con la propuesta de este festival y Beatriz Krauthamer de Gutiérrez Walker fue la que me vinculó con UPCN y a la luz de los resultados fue una buena opción para la que yo hice prescindencia de mis simpatías político-ideológicas y me enfoqué en que se trataba de una organización de los trabajadores en sí misma valiosa con la que asumir una propuesta de organización y gestión cultural.
¿Qué destaca en la edición 2019?
Lo de siempre y lo que nos define. La diversidad de lenguajes musicales, de técnicas, de escuelas y generacionales tanto entre los guitarristas como entre el público. Además del carácter federal que no es un enunciado porque de verdad estamos en todas las provincias.
¿Y a modo de balance por 25 años de Guitarras del Mundo?
En realidad es un acontecimiento no sólo por el festival en sí y por sus cualidades artísticas, sino por haber sido adoptado tanto por los guitarristas, por el público y por los organizadores.