Queen, una de las bandas musicales más gloriosas de todas las épocas, tiene desde hace bastante tiempo uno de los tributos más fieles que existen en el planeta, y está a cargo de una agrupación nacional, que además cumple en estos momentos nada menos que veinte años de carrera.
Nos referimos a Dios Salve a la Reina, que el pasado viernes 4 en el Teatro Gran Rex conmemoraron ese hito en su trayectoria y a la vez volvieron a homenajear, con el excelso nivel de siempre, las mejores páginas del legendario cuarteto inglés. Ofrenda que alcanza picos musicales y emotivos relevantes a través de Pablo Padín, Ezequiel Tibaldo, Dani Marcos y Matías Albornoz, músicos argentinos que proponen una notable y sólida réplica, minuciosa en todos los detalles.
Esta impronta queda más claramente evidenciada por intermedio de Padín, el cantante y pianista que refleja a todo nivel la voz, la ejecución, el arte, el espíritu, los gestos, el aspecto y la fisonomía del inmortal Freddie Mercury.
En el caso de los otros músicos, la identificación no es tan exacta, están simplemente caracterizados en los rasgos básicos del vesturario y los accesorios, pero eso queda compensado y hasta minimizado por la abrumadora capacidad musical que ponen en juego en cada acorde y sonido que los tres logran recrear. Y junto con el deslumbrante trabajo de Padín, el cuarteto logra una amalgama extraordinaria, tal cual la que alcanzaban Mercury, Deacon, May y Taylor en cada concierto y cada grabación.
Ya de entrada, One Vision ofrece una sólida apertura del show, que seguirá ascendente e impecable a través de fenomenales piezas como A Kind Of Magic, Under Pressure, Another One Bites The Dust o I Want To Break Free. En ese tramo de la presentación, llegará la icónica versión acústica de Love Of My Life a cargo de Daniel Marcos y Padín, y un rato más tarde se volverá a lucir Marcos con uno de esos fantásticos y envolventes solos de guitarra que solía brindar May en los conciertos.
Más cerca del final llegarán las páginas más emotivas y participativas: Bohemian Rhapsody (en una versión aún más completa que la que brindaban los propios Queen), We Will Rock You y We Are The Champions, en un apropiado cierre. Pero no faltarán un par de tandas de bises, que tendrán como corolario a I Want It All y Dont Stop Me Now, en brillantes versiones y con el público a puro fervor. Una noche formidable con la banda tributo por excelencia.
Dios Salve a Queen.
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Amadeo Lukas – Periodista de espectáculos y crítico de cine. Miembro de APTRA, Asociación de Cronistas Cinematográficos y Premios Gardel. Cancionista.