La historia de esa mujer llamada Laura, recién salida de una clínica psiquiátrica con la idea de reencontrarse con su hija, no es la obsesión de Fabiana Cantilo por llevar ese relato al cine, pero, sin duda, habla de su tozudez para que, luego de seis años, eso se concrete. Este lunes comienza el rodaje de Lágrimas de fuego, película que comenzó a “cranear” hace seis años y que, finalmente, puede poner frente a una cámara, con la dirección de Gabriel Grieco y las actuaciones de Gastón Pauls, Inés Estévez, Florencia Peña, Pipo Cipolatti, Julia Zenko, Marisa Mere, Santiago Montes de Oca y Victoria Aragón, entre otros.
“Sí, hace seis años que comencé con esto. Es un largo proceso de bocetos y delirios -dice Fabiana-, un rato después del último ensayo, previo al rodaje-. Es una tragicomedia de misterio con amigos que me hicieron la gamba. Finalmente Gabriel [Grieco] le dio el toque final”.
La información que circuló antes del rodaje indica que la trama de Lágrimas de fuego “narra cómo la espiritualidad, la música y las amistades ayudarán a la protagonista”. Apenas con estos tres datos se podría pensar que hay algo autorreferencial que se aprovechó para contar la historia. Pero Cantilo asegura que no va por ahí. “Nada de autorreferencia. El inconsciente tendrá que ver, pero es un invento genial y delirante que toca temas como el abuso, las fobias, las drogas y el budismo. Tiene mucha enseñanza y música propia. Es maravillosa. Encima, tratar de hacer una película en este momento del país creo que es una muestra de coraje. Pero hay que demostrar que si hay buena onda se puede”.
En Lágrimas de fuego hay muchos personajes en danza y si bien no se manifiesta la autorreferencia, el director desliza que hay cosas de Fabiana repartidas en varios de ellos. “Antes de la pandemia, Fabi me llamó, después de haber pasado por otros directores, sin poder avanzar. Nos juntamos y comenzamos a escribir lo más técnico, el guion cinematográfico. Me encontré con un montón de ideas geniales. Ya habíamos trabajado, ella había actuado en dos películas, aunque en ésta su rol es de protagonista. Y me encantó, hay muchas cosas de los noventa y mucha música. Se tocan un montón de cuestiones, y creo que uno de los personajes es una especie de alter ego suyo. Son cosas que ella quiere contar. Pero aclaro que esto es una ficción, no es biopic. Para nada biográfico.”
La trama comienza con la salida de Laura de un neuropsiquiátrico tras haber sido acusada de incendiar intencionalmente su casa, donde casi muere su hija. De ahí viene el nombre “Lágrimas de fuego”. (El fuego, de modo simbólico, siempre presente en el trabajo de Cantilo; lo sabrán quienes leyeron aquellas grandes crónicas de la escena rockera de la década del ochenta, llamada Corazones en llamas).
Grieco tiene en su haber seis películas, programas de TV, comerciales y más de 200 videoclips. Su último film estrenado en salas comerciales fue Respira (2019) disponible en Amazon Prime Video. Su primer largometraje fue Naturaleza muerta (2015). “Hay muchos temas profundos en esta película -asegura-. Laura intenta reconstruir su vida, acercándose a su familia y tratando de entender qué fue lo que pasó. El pasado se va revelando, también su relación con su ex marido, papel de Gastón Pauls. Hay un oscuro pasado que no hay que espoilear. Hay una mirada femenina muy fuerte. Es un honor que Fabi me que haya confiado su hijito para continuarlo en la construcción visual”.
La música tendrá una participación fuerte. “Así lo pensé desde el principio -asegura Cantilo-. Y la escribí en el último año, como si fuera por encargo. Desde que tengo recuerdo la música en las películas de Walt Disney la música tiene un rol muy importante. ¿Sabés que pasa en la Argentina? Sadaic tiene una exigencia muy alta con el pago [de derechos autorales]. Hay que pagar hoy unos 250 mil pesos por cada canción que se usa. Entonces los productores suelen no tener dinero para pagarle a los músicos. En mi caso, la música es original y es distinto, tiene otras tarifas. Hay que pensar en esto cuando vemos que algunas películas de acá tienen una música de mierda y otras de afuera tienen una música divina -larga Fabiana, con esa extraversión y sinceridad que la caracterizan-. Me preocupé para que esta película tuviera música excelente, primero con los temas que escribió Marisa Mere. La cuestión es que tenemos música original y eso es una gloria total”.
Con tanto material Cantilo ya podría pensar en su próximo disco. Pero no. Ahora está con la peli y el próximo álbum contendrá los singles que viene publicando más los que estrene en el futuro. “Saqué ‘Batalla’, tengo otro que le hice a mi guitarra, muy a lo George Harrison, y voy a sacar otro. Pero ahora estoy muy cinéfila. Y eso es lo que le sugiero a todos. Que vean cine y no noticias horribles”.
En Lágrimas de fuego Gastón Pauls encarna a un padre un poco ausente. “Hay algo de eso -admite el actor- y de una presencia oscura. Eso todo lo que puedo decir por ahora. Para el relato es fundamental porque es parte desencadenante de situaciones muy dolorosas que se viven a lo largo de la película”.
Pauls conduce el programa Seres libres, dedicado a la problemática de las adicciones. En uno de esos capítulos estuvo Fabiana Cantilo. Sin embargo, ese no fue el lazo que terminó con su participación en la película. “En realidad, me sumo gracias a la generosidad de Fabi, que cuando empezó a armar esto me dijo que quería que estuviera en el proyecto. Todavía era una idea, sin poder bajarlo al papel. Y le dije que sí. Fabiana acompañó muchos años de mi vida con su voz, con su música, y sumarme a esto era un regalo. Ahora que está el guión estoy mucho más contento”. No tiene que ver con el día que participó en Seres libres, aunque ella estuvo en un piloto de programa hace muchos años, que luego terminó siendo el que Gastón actualmente encabeza, en la pantalla de Crónica TV y que ha tendido una valiosísima red de contención para adictos (incluso ha estado en ese rol en casos de músicos famosos, como Chano o Pity).
“Como adicto en recuperación uno trata de acompañar a otros; a veces son desconocidos, otras conocidos, como Chano y Pity. Se trata de acompañar desde la estructura de Seres libres. Es más que un programa, tiene una plataforma de contención y acompañamiento. Esa es una de las razones por las que yo agradezco mi recuperación: acompañar a otros a encontrar el camino de vuelta a casa”.
¿Acaso la película tiene que ver con eso, con encontrar el camino de vuelta a casa? “Yo creo que, en un punto, sí. Como en Seres libres. Porque en el consumo hay mentira y escape. Y lo que la película cuenta es el largo proceso de búsqueda de la verdad”, concluye.
Fuente: Mauro Apicella, La Nación