La primera función fue este sábado 11 de mayo. Habrá otras tres funciones en septiembre, el sábado 28, a las 11 y a las 14, y el domingo 29, a las 11. Las localidades se venden en la boletería del Teatro Colón, Tucumán 1171, o a través de su sitio oficial. Los precios se inician en $200.
Es una de los libros más conocidos y reconocidos del mundo infantil. Fue traducido en más de 300 idiomas. Tuvo su película, su musical, y hasta su propio parque de diversiones temático. Marcó la infancia de numerosas generaciones, y este fin de semana, llega al escenario del Teatro Colón.
El Principito, el clásico de Saint-Exupéry, es el libro francés más traducido de la historia.
El desembarco del El Principito en el mítico escenario, no sólo representa un hito a nivel nacional, sino que se trata de un estreno sudamericano único, para el cual se realizó una traducción al español de la obra de la compositora británica Rachel Portman y del escritor Nicholas Wright, que fue presentada por primera vez en 2003 en la Houston Grand Opera, y cosechó elogiosas críticas.
Se trata de una ópera de cámara en dos actos, pensada especialmente para el público infantil, con la idea de atraer a espectadores jóvenes al teatro, y de generar un encuentro único entre las distintas generaciones que fueron marcadas por la historia de Antoine de Saint-Exupéry. Como dice el propio protagonista: “Todos los mayores han sido primero niños (pero pocos lo recuerdan)” .
Los planetas que visita El Principito están representados por figuras concéntricas. Foto: Constanza Niscovolos
Esta producción se realiza en el marco del ciclo Ópera de Cámara, en su 50 aniversario, y a su vez integra el ciclo Colón para Chicos. Para la obra, la Dirección Musical estará a cargo del maestro Ezequiel Silberstein, la Dirección de Escena a cargo de Mariana Ciolfi,y la Dirección del Coro de Niños del Teatro Colón a cargo de César Bustamante.
“Uno de los primeros desafíos fue pensar cómo bajar al plano de la acción una obra que es tan metafórica y espiritual. Se buscó mucho que sea atractivo y dinámico -ya que a la ópera siempre se la acusa de estatismo-, sin perder el verdadero significado que esconde el cuento. Tuvimos que pensar en todos los caminos posibles que Exupery podría haber imaginado. Hubo mucha investigación y lectura”, explica Mariana Ciolfi, que trabajó durante un año para idear la puesta en escena perfecta para la historia.
“La escenografía es muy minimalista, porque me parece que el cuento muestra eso, que no es lo que está afuera lo que es verdaderamente importante. Los planetas que visita El Principito, por ejemplo, van a ser representadas con esferas concéntricas de luz”, agregó.
Con respecto al vestuario, buscó que sea representativo de cada personaje, pero a la vez, muy divertido. “Una cosa es leer un libro, donde uno tiene tiempo para reflexionar, y otra muy distinta es ver una obra, que avanza sin parar, y las escenas son muy breves. Tiene que quedar muy claro quienes son estos personajes y qué nos quieren decir. El rey, por ejemplo, es un rey trucho, y se puso pantuflas y calzoncillos, pero tiene cadenas de oro, una capa y una corona. Fuimos buscando la dimensión de cada personaje, para no quedarnos sólo con la fachada”, comentó.
Jugar a ser niño. El desafío para los intérpretes de «El Principito», en el Teatro Colón. Foto: Constanza Niscovolos
“Como creadora del teatro, creo que para esta profesión no podés ser mucho menos que un niño. Quiero que cada espectador que venga a ver la obra, sin importar la edad que tenga, se permita pensar como un niño. Después de todo, el final de la obra representa la muerte de la niñez, y creo que todos deberíamos reflexionar en por qué dejamos morir ese lado nuestro, tan puro y tan mágico”, concluyó.
La obra, si bien es la traducción literal del libreto de Portman, toma algunas licencias con respecto a la historia original. Por ejemplo, el planeta del geógrafo y su personaje se ven suprimidos.
En cuanto a lo musical, se planteó que fuera una ópera mayoritariamente cantada, a pesar de ser para un público infantil, con muy pocos espacios para recitativos y partes habladas.
Así lo explica el director musical, Ezequiel Silberstein: “El 95% del texto es cantado. Lo que más nos interesó trabajar con los artistas fue la cuestión de la vocalización. Había que entender que era una ópera para chicos, ni una obra de Verdi, ni un musical. Quiero el color de la ópera, quiero sus dos actos y su estructura, pero con un texto que se entienda con total claridad por el público al que nos estamos dirigiendo. Me mataría escuchar a un chico desde la butaca preguntando ‘¿Qué pasó?’ O ‘¿Qué dijo?’”.
Y agregó: “Aunque a veces se tienda a subestimarlos, la verdad es que éste es nuestro público más exigente. La ingenuidad que tienen por no conocer, les permite no tener filtro ante sus opiniones. Es mi debut dirigiendo ópera, y es uno de los proyectos más lindos que he hecho hasta ahora. El libro es muy especial para mí, porque me recuerda cuando mis padres me lo leían de chico”, opinó.
Con respecto a la orquesta, Silberstein explicó que habrá 34 músicos, con fuerte presencia de la percusión, que acompañarán a los cantantes y lograrán conformar el ambiente ideal para sumergirse en la historia del pequeño protagonista. “Es una ópera muy cinematográfica desde lo musical, por momentos pareciera que se tratara de la banda sonora de una película. Investigando la obra, encontré en Portman una compositora impresionante, de hecho ganó un Oscar por su banda sonora del film Emma en 1996”, comentó.
Otra de las particularidades de esta obra, es que la figura de El Principito no es ni un hombre, ni un niño: se trata de la soprano argentina María Virginia Savastano, recién llegada al país después de varios años de trabajo en Europa.
“Tuve muchos meses de preparación, porque musicalmente no es una obra muy evidente ni fácil de lograr, y corporalmente también demanda mucho, por el hecho de que cantar en movimiento es más difícil de lo que parece. Mi personaje está permanentemente en escena, y creo que no hay un segundo en el que esté quieta. Ese fue el desafío más grande, cada vez que ensayamos, tenemos por lo menos 30 minutos de precalentamiento y estiramiento corporal, dirigidos por Mariana ”, explicó.
Con respecto a su tarea de representar a un hombre en escena, Savastano fue sincera: “Es la primera vez que lo hago, porque en general no me interesan los roles masculinos. Pero en este caso, me encantó la idea. El Principito es muy importante para mí, es el primer libro que leí, y redescubrirlo ahora es maravilloso. En cuanto a la actuación, no me cambia demasiado, porque yo tengo una personalidad un poco aniñada, y Mariana como directora me deja poner mucho de mí en el personaje. El secreto de este personaje es la simplicidad, es siempre sincero, no oculta nada”, confesó.
El primer elenco se completa con Alejandro Spies como “el Piloto” y Trinidad Goyeneche en el papel de “el Zorro” y “La Rosa”.
“Creo que va a ser un espectáculo de excelente calidad. La expectativa crece cada vez más en nosotros y también en el público, y sin dudas no vamos a decepcionar”, concluyen los protagonistas, que ya adelantan que habrá nuevas funciones en septiembre.
Del aula al Colón: formando al público del futuro
Además de la función ordinaria, que se llevará a cabo hoy, a las 11, también habrá dos presentaciones especiales destinadas a los niños y niñas de escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires. Este programa es llevado adelante por el Área Educativa y de Formación de Nuevos Públicos del Teatro Colón.
La idea, según explicaron desde la organización, es permitirles a los niños ingresar en el mundo del Colón, que a veces pareciera tan lejano para ellos.
Como parte del programa, se les entregó previamente a las maestras una carpeta didáctica, que les permitió llevar a las aulas conceptos como qué es una orquesta, qué hace un director musical, o cómo se desarrolla una ópera, Así, el público llega preparado al espectáculo.
“Me encanta esta oportunidad. Yo cuando vine las primeras veces al Colón, fue con el colegio, no con mis padres. Sé que para la mayoría de estos chicos, va a ser la primera vez que pisen un teatro y quiero que sea una experiencia inolvidable. Ojalá les den ganas de volver”, explicó el director musical, Ezequiel Silberstein.
El Principito en el Teatro Colón. Foto: Máximo Parpagnoli/Teatro Colónç
Fuente: Clarín