La cultura de las reversiones y sampleos en la música popular pueden verse, además de como un mapeo de recontextualizaciones y sesignificaciones, como un juego perpetuo de puestas en valor y guiños a la historia. Y “Apache”, un instrumental ignoto de 1960 que a partir de una reversión se convirtió en el gran tesoro de los DJ de hip hop, es uno de los casos más ricos que prueban la hipótesis.
Para reconstruir la historia de “Apache” hay que remontarse a mediados de los 50, cuando el compositor inglés Jerry Lordan se inspiró en el western del mismo nombre para componer el instrumental. El tema, de todos modos, no sería grabado hasta 1960, cuando Bert Weedon primero y The Shadows después vieron que el tema tenía potencial. A partir de ahí, el instrumental se convirtió en una suerte de standard de culto en el mundo del rock, tanto es así que The Beatles solía incluirlo como parte de su repertorio en sus inicios.
“Apache”, de todos modos, no corrió con demasiada suerte hasta 1973, a excepción de la versión de Jørgen Ingmann, un guitarrista danés que la llevó al puesto #2 en el ranking de Billboard en 1961. Y ahora es cuando los nombres y las casualidades empiezan a apilarse de manera perfecta como si se tratara de un castillo de legos de cultura pop. Michael Viner es el primer nombre a tener en cuenta. ¿Quién era? Un egresado de Harvard que había trabajado en la campaña electoral de Robert Kennedy hasta su asesinato y que tenía también ciertos pergaminos como productor musical y cinematográfico. En el imprescindible documental Sample This (disponible en Netflix), el personaje es reconstruido como una suerte de creativo hábil para generar productos culturales con cierto éxito. Un ejemplo: en 1970 editó el disco The Best of Marcel Marceao, que incluía 19 minutos de silencio y un minuto de aplausos por lado. La decisión de haber tergiversado el nombre del mimo en el nombre del disco nunca fue aclarada pero seguramente lo hizo para evitarse la posibilidad de problemas legales.
Hacia 1972, Viner armó un proyecto llamado Incredible Bongo Band (un nombre entre el guiño y la parodia al grupo de folk psicodélico Incredible String Band) para producir la música de una película clase B llamada The Thing With Two Heads. Los tracks de la banda de sonido consistían en instrumentales de los 50 y los 60 reversionados con aires funk de percusiones bien al frente. “Bongo Rock”, uno de los temas incluidos, tuvo éxito en Canadá gracias a una jugada maestra de Viner. Por aquella época, las radios canadienses estaban obligadas a dar prioridad a música que, de alguna manera u otra, hayan involucrado a gente de ese país en el proceso de grabación, como una suerte de iniciativa para dar apoyo a la industria local. “Bongo Rock”, sin embargo, no tenía ningún tipo de conexión con Canadá, pero Viner se las arregló para que fuera acreditada con el certificado correspondiente.
Al año siguiente, decidió repetir la maniobra pero haciendo las cosas bien. Viner juntó algunos músicos de primera línea de Estados Unidos, los llevó a Vancouver y allí completó la formación de la Incredible Bongo Band que grabaría “Apache”.
Más nombres y más historias. El baterista de la Incredible Bongo Band fue Jim Gordon (considerado uno de los mejores sesionistas de su época, coautor de “Layla” junto a Eric Clapton y encerrado en una institución mental por haber asesinado a su madre en lo que se supone fue un ataque de esquizofrenia). El percusionista King Errison (bahamenio que desembarcó en Estados Unidos tras ser descubierto por Sean Connery para la película de James Bond Operación Trueno). El bajista Jerry Scheff (sesionista de Elvis Presley y The Doors). El guitarrista Mike Deasy (había trabajado con Frank Sinatra, los Jackson 5 y logró escapar de Charles Manson escondiéndose en una montaña durante tres días, luego de que un viaje de ácido había generado una pelea entre ambos).
“Apache” formó parte del primer disco de la Incredible Bongo Band, editado en 1973. Ese mismo año nacía en Estados Unidos un movimiento que marcaría gran parte de su cultura e identidad hasta el día de hoy: el hip hop. Con DJ Kool Herc a la cabeza, en el Bronx comenzó a cocinarse un movimiento que tenía a los DJ que pasaban música como centro de la escena. Para ellos, la caza de vinilos con partes instrumentales dominadas por baterías y percusiones se convirtió en el método para conseguir la música que los jóvenes amaban bailar. Como no tenían demasiada información de los discos que buscaban, muchas veces se dejaban llevar por las portadas y la información que podían pescar de ellas. El disco de la Incredible Bongo Band se volvió irresistible para Kool Herc: el arte de tapa consistía en la ilustración de dos manos sobre unos bongós.
La música del disco fue una joya para Herc, que se encargó de romperle la etiqueta para que los DJ que competían con él no supieran de qué se trataba. Combinando las partes más rítmicas de “Apache” y “Bongo Rock”, Herc podía llegar a darles a su público cerca de 20 minutos de baile al mayor nivel de intensidad posible. Una vez que el resto de la escena descubrió de dónde provenía esa música, la Incredible Bongo Band se convirtió en referencia para los DJ. El arte del sampleo se perfeccionó en las décadas siguientes acompañada por los avances tecnológicos y “Apache” nunca dejó de ser referencia obligada y es considerado “el himno nacional del hip hop”. Su influencia y su carácter simbólico es tan grande que trascendió géneros y fronteras. Amy Winehouse y Madonna, por ejemplo también lo samplearon. Pero el germen de todo estuvo allí, en las fiestas del Bronx, la zona más estigmatizada y relegada de Nueva York.
Fuente: Sebastián Chaves, La Nación