Días antes del estreno del episodio de Luis Alberto Spinetta de Bios. Vidas que marcaron la tuya, sale a la luz un tesoro pequeño y significativo: un dibujo de Spinetta publicado en la revista Disney Club durante 1964. Un payaso melancólico que parece anticipar la tapa del álbum debut de Almendra.
“Después de tantos años de juntar revistas, tengo varios dealers –dice Alfonso ‘Ponchi’ Fernández, el coleccionista responsable del hallazgo–. Mi favorita se hace llamar la Faraona: una fanática de Pastoral que maneja data muy fina del rock. Hace un par de años me tiró un dato. Alguien, en algún punto de los noventa, le había hablado del correo de lectores de la revista Disney Club.
Al parecer, Spinetta había mandado una carta a una revista infantil y se la habían publicado. Ese era el dato. Entonces me puse a bucear en las colecciones, a rastrear lotes y comprar por Mercado Libre. Yo buscaba una carta. Buscaba un ‘me encanta la revista, sigan así’. No sabía con qué me iba a encontrar”.
Fernández, que además de coleccionista es licenciado en Comunicación Social, se metió de cabeza en las revistas de los años sesenta. No le resultó, precisamente, un territorio ajeno. Desde hace tres años es el coconductor de Los subterráneos, un programa de FM Universidad de La Plata. Así, entre sus números de Pinap, Cronopios o La Bella Gente, comenzaron a colarse otras publicaciones del radio spinetteano más temprano como Rayo Rojo. “Los sábados a la mañana era una fiesta –recordaba Luis, en una entrevista–. Pasaba el diariero y mi tía me compraba el Rayo Rojo o el Misterix; entonces escuchaba música y miraba las historietas, lo cual es bastante marcante”.
El salto hacia el Colegio San Román fue traumático y fructífero. En cualquier orden. La severa dirección religiosa contrastó cada vez más con una sensibilidad expansiva alimentada por toda la música y las ilustraciones que modificaban el PH del aire en la casona de Arribeños. “Luis hacía dibujos y era un ávido lector de revistas de historietas del tipo Hora Cero –dijo Emilio Del Guercio, su compañero de banco en el San Román–. Fue uno de los primeros que me habló de los Beatles”.
Publicado por Editorial Abril, el viernes 22 de mayo de 1964 apareció el primer número de Disney Club: una revista para los niños de los sesenta. Un par de meses después, en su número 9, la revista publicó el dibujo de un lector de catorce años. Excepto la edad medianamente avanzada del niño (la mayor parte tenía un promedio de nueve o diez), nada extraordinario. La profundidad histórica, sin embargo, estaba agazapada en ese cuadrado de cinco centímetros de lado. Un payaso de témpera, a mitad de la página 3 y junto al margen izquierdo, miraba a los lectores con una mueca indescifrable. “Luis A. Spinetta, 14 años, Capital, es el autor de este dibujo”, apuntaba el epígrafe.
No es posible subestimar ni sobredimensionar el hallazgo. En principio, puede verse como una mera curiosidad. Pero es un payaso de Spinetta a tres años de la fundación de Almendra. A pocos meses de “Barro tal vez” y “Plegaria para un niño dormido”. La punta del ovillo para una figura recurrente en el incandescente imaginario spinetteano. “Cuando apareció el payaso me provocó un shock –confiesa Ponchi Fernández–. Estaba ante algo mucho más valioso de lo que yo estaba buscando. Enseguida lo emparenté con la tapa del disco y pensé que no era el payaso de un nene: era un hombre pintado de payaso. Tiene una mirada melancólica, de costado. Como el tipo que sale de animar un cumpleaños y se para en la esquina a esperar el colectivo”.
Fuente: La Nación