Gardel y Sinatra
“Gardel y Sinatra tuvieron voces grandiosas. Gardel vivió en una época donde toda su carrera la hizo cantando sin amplificación y Sinatra en otra época fue el rey del micrófono, con otro estilo de canto que parece cantar al oído”, dice Oscar Lajad, quien encarna a Gardel en “Cuando Frank conoció a Carlitos, un encuentro imaginario”, que debuta el viernes 5 de julio en el teatro Presidente Alvear del CTBA.
Esta pieza musical escrita por Raúl López Rossi y Gustavo González, cuenta con actuaciones de Lajad, Alan Madanes como Sinatra y Antonella Misenti en el papel de la novia de Sinatra, Nancy Barbato, además de bailarines y músicos en escena. La obra imagina el encuentro entre el Zorzal Criollo y la Voz en 1934, cuando según la leyenda un joven Sinatra de 19 años irrumpió en el camarín de Gardel. Conversamos con Lajad y Madanes.
Periodista: La obra imagina un encuentro poco amable, ¿por qué?
Oscar Lajad: Se da una situación en la que Sinatra irrumpe en el camarín de Gardel, en la NBC, y no lo toma bien y lo ve como un intruso. Pero a lo largo de la obra van entablando una relación y nace una amistad.
Alan Madanes: Este es un encuentro incomprobable pero el mito cuenta que Sinatra fue con su novia Nancy Barbato a verlo. Después se acercó a Gardel charlaron y se supone que le dijo palabras inspiradoras. Sinatra estaba perdido y desde esa incomodidad y ese poco entendimiento intentaron acercarse.
P.: Puede suponerse una admiración mutua entre ambos, ¿qué admira cada uno de su colega? ¿Qué diferencias y semejanzas aparecen?
O.L.: Sinatra admiraba a Gardel, es innegable la estatura artística de Gardel, su calidad vocal, lo que significó y lo que fueron después de él los cantantes populares, el marketing de cuidado de imagen, el material discográfico. Hasta la duración de 3 minutos de un tema fueron impulsados por Gardel. Si este encuentro sucedió Gardel seguramente habrá visto algo de talento en ese chico que era Sinatra. Lo cierto es que Gardel no conoció a ese Sinatra consagrado y admiraría esa voz. Gardel tenía otra impostación vocal dada para ser escuchada sin micrófono, al final de su carrera amplificaron el sonido de los músicos con micrófono ambiental. Ambos diferían en el carácter, según lo que investigué Gardel era muy cordial, predominaba la alegría, el buen humor, lo jocoso y Sinatra era un poco cascarrabias por lo que sé.
A.M.: En la obra se ve a un Frank Sinatra rebelde, un chico que cambia de trabajo y en este encuentro Gardel lo guía. Hay un velo de seducción, histrionismo, son dos personajes hipnóticos, con luz propia.
P.: ¿Cómo es esa idolatría de Sinatra al Zorzal y cómo es la amistad que construyen?
O.L.: Sinatra tenía 19 años que todavía no era profesional y no sabía si iba a llegar a ser un cantor así que en esta historia se plantea admiración total por Gardel que era una superestrella. La amistad está dada por la situación paternal de Gardel a Sinatra, seguramente Gardel se ve reflejado en ese joven Sinatra que está transitando caminos que Gardel transitó en su juventud. Eso lleva a Gardel a querer cochear a este norteamericano de linda voz a quien le faltan horas de vuelo.
A.M.: Sinatra siente admiración total por Gardel, hay algo pasional, rioplatense, interpretación con garra, de traspasar la barrera, y de eso Sinatra quiere aprender. Hay algo fraternal entre ambos pero también de padrinazgo, se unen y se rompe la barrera de la incomodidad. De ser una estrella inalcanzable a la humanidad que había detrás de esa estrella.
P.: ¿Qué cuenta la obra sobre estos amigos en relación a las mujeres, los amigos, el barrio, el juego, el lunfardo, las buenas y las malas compañías?
O.L.: Gardel se vale de esos ejemplos y vivencias para graficar a Sinatra la esencia y la pasión por el tango.
A.M.: Sinatra estaba rodeado de malas compañías y Gardel lo quiere alejar de eso, impulsando esa potencia que tenía para la música. No se animaba a apostar a lo artístico porque estaba ligado al trabajo que poco tenía que ver con ese ambiente.
P.: ¿Qué canciones del repertorio gardeliano se oyen y con qué estilo se encaran?
O.L.: “Mi Buenos Aires querido”, “Volver”, “Cuesta abajo”, “Por una cabeza”, etc, y se cantan bien al estilo Gardel y cuando interviene Sinatra se convierten en blues, jazz, que es también un placer escuchar con traducciones muy bien hechas.
A.M.: Están los tangos más conocidos, hay concierto con músicos en escena, los tangos se mezclan con el estilo que empieza a asomar en Sinatra, con jazz, ritmos melódicos.
P.: ¿Por qué quisieron hacer una obra que fue película? ¿Qué aporta lo teatral?
O.L.: Este proyecto nació como una propuesta teatral que Raúl López Rossi y Gustavo González escribieron y pensábamos estrenar en 2020, llegó la pandemia y quedó freezado. Hasta que llegó la propuesta de filmarse y verse por Disney Plus. Se filmó sin perder la esencia teatral así que se estrenará el propósito original de ser el proyecto de teatro musical.
A.M.: Con la obra se gana en espectacularidad porque se perciben otras dimensiones, los sentidos están entrecruzados, son lenguajes muy diferentes el cine y el teatro. En cine se vuelve intimista con la cámara sobre la cara y en teatro hay que construir con otros recursos, se ve todo al mismo tiempo.
Fuente: Ámbito