«¿Por qué esas acusaciones no surgieron antes y solamente ahora? No es que yo fui siempre una buena persona y de repente me volví una mala persona», dijo Barenboim en declaraciones a la agencia DPA.
El pianista y director de orquesta argentino respondió así a las críticas que se difundieron en los últimos días por parte de músicos que trabajaron bajo su mando.
Por ejemplo, Willi Hilgers, percusionista y ex integrante de la orquesta, dijo que en sus últimos dos años debió «tomar antidepresivos para ser capaz de tocar». Aunque admitió que Barenboim es «uno de los grandes músicos del planeta», apuntó que no era fácil ser parte de su equipo.
Martin Reindhart, quien tocó durante trece en la orquesta, aseguró que llegó un punto en que «tenía miedo de ir a trabajar». «A veces era muy temperamental, surgía de la nada, tenía cambios de humor bruscos, o a veces despedazaba a alguien por alguna pequeña razón», dijo.
Barenboim, de 76 años, afirmó hoy que esas opiniones «están ligadas a una campaña para evitar que permanezca en Berlín. De lo contrario, las acusaciones habrían surgido el año pasado, o hace cinco años, o diez».
Y señaló que la responsabilidad del director de una orquesta «es determinar la velocidad y el volumen. En este sentido, es como un dictador».