“Una locura”. Esas palabras se oyeron en la primera reunión virtual, hace ya varios meses, entre los organizadores de este evento único y exclusivo con las autoridades de la provincia de San Juan. Hay que reconocerlo, la idea de hacer la preescucha del nuevo disco de Coldplay, Moon Music (se edita este viernes 4/10) en el Parque Provincial Ischigualasto, más conocido como Valle de la Luna, sonaba y suena descabellada. Pero la unión de varios frentes y el empuje de la banda británica lo hicieron posible.
Unas cuatro horas en auto separan la ciudad de San Juan de ese sitio único en el mundo por sus características geológicas, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y destino turístico por excelencia de la provincia. El martes, una comitiva enorme, nutrida de periodistas de todo el país, influencers, fans, autoridades locales y organizadores, llegó al lugar horas antes del atardecer. Todavía restaba un viaje interno en varias combis desde la base del Parque hasta “El Hongo”, una geoforma cincelada por la erosión y el paso del tiempo que, al menos por un rato, fue el lienzo donde Coldplay desplegó toda su imaginería.
La “locura”, nacida en un brainstorming del equipo de marketing de la división argentina del sello Warner Music, implicaba no solo el traslado de todos los involucrados hasta allí, sino también la gestión de la experiencia en su totalidad. Cada uno de los 200 afortunados (entre ellos Matías Alonso, el fotógrafo argentino que sacó la foto de la portada del álbum) que formaron parte tenía asignado un almohadón ubicado frente al Hongo, un par de auriculares y una pulsera de luces similar a la que entregaban en la seguidilla récord de 10 conciertos de Coldplay en el Estadio River Plate.
A las 20 horas en punto, cuando la noche por fin le ganó al día, un afectuoso mensaje de agradecimiento de Chris Martin (en castellano) fue el preludio perfecto para dar comienzo al show. Es que, más allá de que no había músicos, escenario ni butacas, lo que se vivió en el Valle de la Luna fue un verdadero espectáculo de imágenes y sonido.
En la previa, el hermetismo de los organizadores no daba pistas sobre lo que podía llegar a pasar. Por eso fue una verdadera sorpresa cuando una fuerte luz azul, como un láser, comenzó a trazar el contorno del Hongo, justo en los primeros instantes de “MOON MUSIC”, el track que sirve como introducción del álbum.
Si bien la escena se parecía bastante a una típica silent party, el contexto era completamente fuera de lo común. Y el aporte de las visuales, proyectadas sobre el imponente paisaje, le dio un toque distintivo que difícilmente se pueda repetir en las otras 28 preescuchas del disco previstas en ciudades de todo el mundo (de Ámsterdam a Beijing, Belgrado, Dubai, Varsovia, Madrid, Lima y Bangkok, por mencionar algunas). Es que, claro, no hay otro Valle de la Luna.
Cada una de las 10 canciones que completan el álbum tuvieron su propia estética y animación. Por eso, el Hongo fue Vía Láctea, luego tornado, cielo estrellado y hasta bloc de notas. También intervinieron las Barrancas Coloradas que yacen en el fondo, en un juego de colores, texturas y profundidades que le otorgaron un toque surrealista al asunto.
La experiencia no hubiese sido la misma sin la presencia de un buen puñado de fans de Coldplay que se ganaron la posibilidad de acceder a la pre escucha a través de diferentes concursos. Su emoción contagiosa, desde la primera fila, hizo valer la pena cualquier espera, cambio de temperatura o amenaza de zonda, viento característico de San Juan que había dicho presente el día previo al evento.
Fueron meses de preparación, horas de reuniones entre la gobernación, el sello, los guardaparques y las autoridades locales, varios días previos de logística e incontables mensajes en grupos de WhatsApp. Todo para apenas 45 minutos de magia. Una verdadera “locura”, sí, de esas que difícilmente se puedan olvidar.
Fuente: Rollingstone