Érase una vez un cuento de hadas. Cuatro protagonistas (dos parejas): un éxito descomunal e inesperado, ventas, fanatismo, admiración por ellos… hasta que ¡pum! Explotó la historia de amor y la sociedad laboral, la tragedia ingresó en sus vidas y el sueño se terminó. ¿Para siempre?
Empezamos por lo último: Agnetha Fältskog, Björn Ulvaeus, Benny Andersson y Anni-Frid (Frida) Lyngstad no editan material nuevo juntos desde hace 35 años. Pero el año pasado anunciaron su intención de hacerlo. Y recientemente su vocero declaró que aunque en principio no habrá gira real (sí un tour mundial con sus avatars, llamados «Abbatars», aún sin fecha), los esperadísimos tracks se editarán en la segunda mitad de este año.
¿Por qué ahora y no antes? ¿Cómo se logró aquel éxito rutilante y cómo perduró en el tiempo? ¿Qué pasó en estos años? Cada interrogante tiene su respuesta. Aunque se trata de historias de amor y siempre hay una cuota inexplicable. Pero basta con detenerse en los sucesos que fueron marcando la vida de los cuatro para ensayar hipótesis.
Aquellas estrellas inalcanzables llamadas en pares Agnetha y Björn, Frida y Benny, que lucen en centenares de fotos trajes estrambóticos (luego se supo que la compra de vestuario ostensiblemente no utilizable en la vida cotidiana los favorecía impositivamente), maquillajes y peinados, brillo en los labios y mucho rubor para ellas, miradas inocentes para todos, eran y son humanos. Demasiado. Y más allá de la obviedad, sus historias dan cuenta de ello.
Donde se come… ¿se ama?
Benny Andersson y su mujer Mona Norklit. Fuente: Archivo
La infancia más trágica es la de Frida, noruega de nacimiento y con un padre sargento que peleó para el ejército alemán en la Segunda Guerra Mundial. Era 1945 y Frida nacía cinco meses después del fin del conflicto. Dos años más tarde vino el exilio: su mamá y su abuela se mudaron con ella a Suecia, por temor a las represalias que podía haber por el posicionamiento bélico paterno. Los sucesos dramáticos siguen: al poco tiempo, murió su madre (tenía 21 años) y ella quedó a cargo de su abuela. En tanto, se creía que su papá estaba muerto, pero no era así y se enteró de esto años después. El reencuentro entre ambos se produjo cuando ella ya famosa y fue motivado por Benny en 1977.
Pero antes de esto y antes de ABBA (y antes de Benny), Frida tuvo un primer matrimonio y dos hijos, una separación y, luego, un compromiso con su esposo más célebre, Benny Andersson. Corría 1969, y él también se había separado de su primera novia, a la que dejaba en custodia los dos hijos de ambos. El casamiento entre Frida y Benny ocurrió en medio de la locura y la fama, en 1978, pero el amor no logró superar los obstáculos y dos años después se separaron. En 1981 firmaron los papeles de divorcio.
Björn Ulvaeus junto a su actual esposa Lena Kallersj. Fuente: Archivo.
Una suerte parecida corrió el matrimonio de Agnetha y Björn. Ellos se conocieron en 1969 y, a los dos años, se casaron. En 1973 nacía su primera hija y en 1977, su hijo. Pero esta pareja tampoco logró lidiar con el amor y el trabajo y en 1979 le pusieron un punto final a su romance. Agnetha quedó destrozada y decidió hacer terapia, mientras Björn estrenaba novia una semana después de la ruptura. Pero el show debía continuar y así lo decidieron los cuatro, en principio.
ABBA – One of us – Fuente: YouTube
Ambas parejas sostienen que no fue formar el grupo lo que contribuyó a sus separaciones sino todo lo contrario: ABBA los mantenía unidos. Pero, llegado el momento de entrar en un estudio, el clima era extraño, doloroso y difícil estando separados. Por eso, lógicamente, luego de los divorcios vino la disolución de la primera banda de habla no inglesa (aunque los temas sí estaban en inglés) en alcanzar tamaño éxito. Hay detalles que hacen esta historia más difícil: Björn compuso «The Winner Takes It All» con la separación en mente y Agnetha tuvo que cantarla en vivo desde 1980, articulando frases como «no quiero hablar de las cosas que atravesamos, aunque lo que me está doliendo ahora es historia», o «estaba en tus brazos, pensando que ése era mi lugar», o «pero decime si ella te besa como yo solía besarte». La letra entera se resignifica en este contexto.
Y así se la puede ver en el video: perturbada. Ella misma sostuvo que pensar en su propia vida y la verdad de lo que estaba diciendo el tema, le ayudó a dar credibilidad a su interpretación. Es fuerte verla y saberlo, repasar lo que está diciendo y pensar que lo escribió su propio ex para que ella lo verbalizara (es fuerte incluso si se sospecha que alguno de ellos pensó en hacer uso del juego entre ficción y realidad para sacar rédito). También, entre otros vaivenes, después de que el grupo tuvo un percance aéreo, Agnetha adquirió una fobia impeditiva para artistas famosos: tomar aviones. Pero lo tuvo que hacer y padecer hasta que ABBA se terminó y ella se recluyó para lograr una vida más tranquila.
ABBA – The winner takes it all – Fuente YouTube
Por tres décadas se mantuvo casi en silencio hasta que en 2013 dio una entrevista al Daily Mail donde habló sobre sus miedos, sus acosadores, sus amores fallidos y el suicidio de su madre en 1994. Allí Agnetha resumió: «Tal vez me tuve que recluir unos años. Estaba tan agotada cuando ABBA se terminó que quería estar en calma y con mis hijos. Me casé, estuve en ABBA, tuve mis hijos, me divorcié: todo en diez años. Me pregunto cómo pude con eso, pero era joven».
Al margen de sus parejas más famosas (ellos mismos), todos tuvieron otros amores. Pero quizás uno de los que más llamó la atención fue el de Agnetha con un camionero que la había acosado durante mucho tiempo. Esta relación duró dos años (entre 1997 y 1999) , pero él terminó con una orden de restricción.
Por su parte, Frida se casó con el príncipe Heinrich Ruzo Reuss de Plauen, que le confirió el derecho a titularse ella misma como princesa. Pero esta historia también tiene un triste final: el matrimonio duró desde 1992 hasta 1999, cuando él murió de cáncer (justo un año después de que la hija de Frida de aquel primer casamiento muriera en un accidente). En tanto, su ex Benny se había casado con una presentadora de televisión y tuvo un hijo en 1982, cuando todavía ABBA no se había disuelto.
La fórmula del éxito
El grupo se volvió a reencontrar en 2016 cuando asistieron juntos a un bar que los homenajea Fuente: Archivo.
¿Cómo se explica la magnitud y el alcance de estas superestrellas? La fórmula del éxito siempre es azarosa pero se supone que aquí contribuyeron las armonías vocales de ellas, las melodías pegadizas creadas por ellos, la simpleza de sus letras (muchas veces criticada), la pared de sonido (el efecto musical creado por Phil Spector), su imagen y, obviamente, el hecho de que se trataba de dos parejas en la vida real (con la intriga voyeurista del enamoramiento y el morbo posterior respecto a sus separaciones).
En el camino hacia la fama de esta banda hay demasiados hitos, pero vale la pena mencionar algunos: «Waterloo», el tema que ganó el festival de la canción de Eurovisión en 1974; el hit que los catapultó al éxito en 1976 «Dancing Queen» (considerado una de las mejores canciones pop de todos los tiempos); la versión de «Chiquitita» en español (1979) y la mencionada «The Winner Takes It All».
Y, además de las producciones del grupo y de ellos mismos, hubo otras contribuciones: el EP Abba-esque que Erasure editó con demos electrónicos en 1992, el grupo sueco juvenil ABBA teens (luego A-Teens) que los avivó en 1998, el rotundo suceso comercial de la edición en 1992 de ABBA Gold (con los grandes éxitos), las escenas de El Casamiento de Muriel estrenada en 1994 y, por supuesto, la comedia musical y respectiva película compuesta por Björn y Benny: Mamma Mia! (de 1999 y 2008). Y la secuela, Mamma Mia! Here We Go Again(2018).
Trailer del film «Mamma Mia! Vamos otra vez» – Fuente: Youtube
Justamente, la reunión de los cuatro a 21 años de que se los viera juntos por última vez sucedió gracias al estreno de la película y fue en el estreno de Mamma Mia! en Estocolmo en 2008, cuando Agnetha y Frida posaron para la foto junto a Meryl Streep. Luego los cuatro miembros del grupo confluyeron en una instantánea con los otros actores de la película y posteriormente hubo algún que otro encuentro esporádico.
Y así llegamos al presente. Con historias de amor que parecen saldadas pero con proyectos musicales abiertos, ABBA vuelve del pasado de cara al futuro, a la espera de la gira virtual (los cuatro fueron escaneados en 3D para que se vean en escena digitalmente, tal y como se los veía en los setenta) y aguardando también los nuevos temas y las anécdotas de los próximos reencuentros.
Agnetha y Anni-Frid, en 2008, en el estreno de Mamma Mia! en Suecia Fuente: Archivo Crédito: Reuters