Con solo escribir “Aserjé, ja deje tejebe tude jebere. Sebiunouba majabi an de bugui an de buididipí…” el mundo sabe de qué se trata. No es una exageración, en 2002, Pilar (20), Lola (21) y Lucía Muñoz (23), traspasaron fronteras como Las Ketchup. Las hijas del guitarrista flamenco Juan Muñoz ‘El Tomate’ le pusieron voz y cuerpo a una “una rumbita pop sobre un narcotraficante (o en su defecto, uno de sus clientes) con estribillo inspirado en un clásico del hip-hop”, como describe el periodista Nacho Serrano en la nota publicada en el ABC de España. Imposible imaginar el fenómeno que vendió ocho millones de copias, fue número uno en más de 20 países, ocupó rápidamente el puesto 103 de los singles más vendidos de la historia de la música, por encima de Hit me baby one more time, de Britney Spears; de Wherever, Whenever, de Shakira y de Wannabe de las Spice Girs, entre otras. En Youtube, en su versión más popular, Aserejé se reprodujo más de 231 millones de veces.
La canción que, junto a Macarena, es el mayor fenómeno internacional de la música española, tiene un lado oscuro. Diego, su protagonista, es un hombre que quiere gozar, bailar y cantar. También le gustan la cocaína, los porros, las noches de fiestas, las discotecas, una “mezcla” que no le permite articular bien “I said a hip hop hippie to the hippie the hip, hip a hop, and you don’t stop, a rock it out. Bubba to the bang bang boogie, boobie to the boogie to the rhythm of the boogie the beat”, del clásico del trío de hip-hop estadounidenseThe Sugarhill Gang. Diego solo balbucea: “bugui an de buididipí… “La idea empezó como una parodia, protagonizada por un tío que sale de fiesta y va tan ciego que cuando intenta cantar el Rapper’s Delight, no da ni una. La tararea a su bola, como un buen gaditano”, explicó Francisco Manuel Ruiz Gómez Queco al medio español.
El tema que se repitió hasta el hartazgo en fiestas y que hace bailar a gatitos en Instagram tuvo que hacer frente a quienes afirmaban que tenía influencias demoníacas, iniciaciones a ritos satánicos e incentivaba el consumo de drogas. Todavía hay quienes sostienen algunas de estas teorías relacionadas con aquel One Hit Wonder creado por Queco cuenta con el coctel justo para ser un éxito. Lo primero que se escucha es “Mira lo que se avecina a la vuelta de la esquina…” que fue tomado del programa del periodista deportivo José María García quien lo pronunció en vísperas de un FC Barcelona-Real Madrid, seguido se suman 16 compases bastante similares al tema principal de la película Grease(1978), ‘You’re the one that I want’ que cantaban John Travolta y Olivia Newton-John, mezcló versos de costumbrismo gaditano gamberro (”con la luna en las pupilas y su traje agua marina van restos de contrabando”), una melodía sisada a la ópera Carmen, de Georges Bizet y Rapper’s Delight, como el gran toque. Todo cerró a la perfección con la coreografía que se bailó hasta en Japón.
El tema que inicialmente había sido escrito para Remedios Amaya y los Gipsy Kings encasilló a Las Ketchup a que solo sean las chicas del Aserejé, en algunos lugares, donde no se habla castellano se las conoció como The Ketchup Song.
“Fue un aprendizaje bestial –contó en una oportunidad Pilar–. Algo que nos sacó de la rutina. Viajamos por los cinco continentes en un breve espacio de tiempo. Fue algo muy positivo e intenso; algo que llegó de la noche a la mañana. Recuerdo que no habíamos terminado de grabar el disco y la canción ya sonaba en la radio.”
Los conflictos entre las discográficas fue un fuerte impedimento para que Las Ketchup desarrollaran su carrera, la imposibilidad de usar el nombre y otras cuestiones, como la demanda que hizo The Sugarhill Gang, hicieron que las hermanas poco a poco se alejaran de las luces. El momento decisivo fue en 2006 cuando participaron en el Festival Eurovisión con el tema Bloody Mary y quedaron en lugar número 21 de 24, lo que las llevó a tomar una pausa.
“Desde el primer momento sabíamos que arriba es abajo. Todo lo que sube, tarde o temprano va a bajar. Estábamos más preparadas para la caída que para la subida”, aseguró Lola, a lo que Pilar agregó: “Era necesario caer porque no se podía mantener ese nivel. Hay que darse cuenta de que en Inglaterra llegamos a ser el número uno. Aquel boom se iba a agotar”.
Lola terminó la carrera de Ciencias de Trabajo en la universidad y decidió volver a estudiar, esta vez Flamencología; Pilar se centró en su faceta como actriz, sin demasiada suerte y montó una peluquería a la que se sumó Lucía. “Pero nunca paramos del todo”, contó Lucía. Antes de la pandemia dieron algunos conciertos en Rumania, Polonia, Francia, Alemania, Noruega y Suiza, y recientemente iniciaron una gira por los 20 años de aquél éxito que les marcó la vida.
“La gente no se puede imaginar lo que fue aquello. Todos los músicos tienen la ilusión de que las cosas le salgan bien, pero claro, lo que nos pasó a nosotras… Eso no se lo puede esperar nadie… Fue un fenómeno que se repite pocas veces en muchos años”, reconocieron Las Ketchup, el trío que está de vuelta y dispuesto a volver a una sala de grabación con nuevas canciones.
Fuente: Fabiana Scherer, La Nación