Hay muchos misterios en torno a las 50 cajas de color verde, que protegen especialmente contra los incendios y que luce como un tesoro de obras de arte, que ha sido encontrado que bajo la cúpula de la basílica de San Pedro en el Vaticano. Dentro de las cajas, de variadas dimensiones, hay “decenas y decenas” de pinturas antiguas, esculturas de mármol, frescos del siglo XV tal vez provenientes de iglesias y material arqueológico.
La mayoría son piezas auténticas, pero hay una parte de “falsos de autor” del siglo XIX, realizados con notable talento.
La corresponsal en el Vaticano del diario romano Il Messaggero, Franca Giansoldati, dio este jueves la primicia. La cantidad y calidad de las obras de arte acumuladas en la basílica de San Pedro es tan importante que el descubrimiento no impresiona mucho a los monseñores y canónicos que cuidan las maravillas del templo más importante de la Iglesia Universal, a partir de La Piedad que Miguel Angel esculpió y firmó (única escultura) cuando era joven.
Ha sido precisamente un anciano canónico, Michele Basso, el que acumuló la vasta colección y la colocó en un espacio poco frecuentado bajo el “Cupolone”, otra obra del genio de Miguel Angel.
El “Cupolone” es, en realidad, la gran obra de arte de valor incalculable de la basílica, con un diámetro interno de 42 metros y una altura que eleva la dimensión de San Pedro a 130 metros. Con el Coliseo son la marcas indelebles de identidad del paisaje arquitectónico de Roma.
El “tesoretto” se encuentra al reparo de los curiosos, explica Franca Giansoldati, en un local cerrado a doble llave al que es muy difícil llegar. El contenido del medio centenar de cajas está siendo verificado para determinar cual es el origen de “esta auténtica fortuna” y saber si formaba parte de colecciones privadas o si las obras fueron compradas con el pasar de los años. Algunos expertos creen que pueden haber sido donados al Vaticano por conventos o instituciones religiosas y los bienes no fueron nunca catalogados.
Telas y vasijas
Se espera el arribo del nuevo archiprete de la basílica, el cardenal de Asis Maruo Gambetti, naturalmente franciscano, que el Papa Francisco nombró en lugar del cardenal Angelo Comastri, retirado por límites de edad.
La corresponsal de Il Messaggero explica que “naturalmente el Papa y la Secretaría de Estado conocen la existencia de las cajas plenas de obras de arte”. Hace unos meses el cardenal Pietro Parolin, el “primer ministro” del pontífice argentino, inspeccionó el material.
El padre Michele Basso explicó que “he donado todo a la Fábrica de San Pedro, no soy más el propietario”. Solo dijo de la gran cantidad de obras que acumuló que ·”algunas fueron compradas, otras regaladas”.
El examen del material realizado en la Fábrica de San Pedro, que es el ente que se ocupa del mantenimiento de la Basílica, trajo a la luz telas magníficas de la escuela de Mattia Pretti, bocetos de Pietro da Cortona, tablas de Guercino, Golzius, Pascualotto, además de esculturas del siglo XVI y una escultura en mármol blanco inspirado en las Prisiones de Miguel Angel.
Las telas auténticas están mezclaras, narra Il Messaggero, con obras que son “falsos de autor”, falsificaciones llevados a cabo por talentosos artesanos. Hay vasos etruscos y romanos realizados con tanto talento que los asemeja como gotas de agua a los auténticos, incluido una copia del Vaso de Eufronio.
Giansoldati señala que probablemente fueron producidos en Roma a fines del siglo XIX, cuando estaba de moda reproducir manufacturas romanas y etruscas, tan extraordinariamente que las obras circulan hoy en un floreciente mercado internacional.
El año pasado el Papa ordeno abrir una inspección interna sobre la claridad de gestión de la Fábrica de San Pedro. No se ha dado información acerca del resultado de la investigación.
Fuente: Clarín